Pese a que se amplió la cobertura y se ha avanzado en lugares donde no estaba garantizada la ILE previamente, la cuestión más preocupante en Argentina es la disparidad entre provincias para el acceso al aborto. Otro obstáculo es la falta de respaldo de los jefes de servicio y los directores de los hospitales a los profesionales que no tienen objeción de conciencia. En Rafaela, CASTELLANOS consultó a diferentes actores que aportaron su mirada sobre un tema que forma parte de la grieta.
En los últimos meses dos hechos, uno nacional y otro del exterior, volvieron a demostrar que el asunto del aborto continúa siendo un debate caliente en el mundo occidental.
Por un lado, la anulación en junio pasado del fallo Roe vs. Wade fue un cimbronazo a los cimientos del aborto en los Estados Unidos, y ahora cada distrito por separado deberá legislar para decidir si se permite o no.
Por el otro, acá en Argentina, en la ciudad de Concordia una mujer de 22 años murió luego de un aborto legal en el Hospital Delicia Concepción de Masvernat. Esta última noticia fue poco difundida en los medios nacionales, al igual que cuando en 2021 falleció otra mujer luego de que se le indicara Misoprostol para terminar con su embarazo.
Después de aprobada la ley en nuestro país en 2020 los hospitales comenzaron a ofrecer esta práctica entre sus servicios, incluido por supuesto el Jaime Ferré de Rafaela.
Como era de esperarse, la fuerte polarización social generó que parte de los médicos se amparasen en la objeción de conciencia. Esto inevitablemente dificultó desde un inicio los procedimientos de interrupción voluntaria del embarazo (IVE) e interrupción legal del embarazo (ILE), que aunque tienen nombres similares se diferencian por el tiempo de evolución de la gesta.
Ocurre que en un aborto en el hospital no solo intervienen los profesionales que reciben a la mujer, sino también aquellos que se ven involucrados en otros procesos, como por ejemplo los médicos ecografistas y aquellos que realizan los estudios de laboratorio.
Al respecto, Diario CASTELLANOS habló con la Dra. Gisel Boidi, médica especialista en medicina general y familiar de hospital rafaelino. Ella explicó que la objeción de conciencia tiene que ver con aquellos profesionales que sienten que no pueden acompañar a la mujer por cuestiones personales muy profundas. Pero aseguró que esos médicos tienen privilegios porque otras personas terminan asumiendo la responsabilidad a costa de que ellos no quieran.
Acerca de la situación actual en el hospital dijo que "hay mucha resistencia a garantizar la práctica porque se cuestionan las decisiones de las mujeres". Asimismo se mostró preocupada porque algunos profesionales no actúan de una forma que ayude a transitar con comodidad el momento estresante que está viviendo la mujer. Al respecto manifestó que hay quienes no se sienten bien con esta práctica. "Que se sientan incómodos pero que no hagan sentir incómoda a esta usuaria y que no generen situaciones que pueden ser tomadas como destrato o maltrato", reclamó la Dra. Boidi.
En la vereda opuesta, están quienes apoyan a los objetores, explicando que no se trata de tener privilegios sino de ampararse en la Constitución Nacional. Pablo Possetto, abogado y Secretario de la Fundación Rafaelinos por la vida, explicó a Diario CASTELLANOS que "Todo ser humano puede solicitar el no cumplimiento de una obligación legal amparándose en que podría atentar contra sus convicciones o contra su moral". A la vez, Possetto contó que fue tan importante la cantidad de objetores en el ámbito local, que las autoridades sanitarias tuvieron que recurrir a profesionales de afuera para poder realizar los procedimientos que habilita la ley de aborto.
Consultada acerca de las mujeres que actualmente se acercan por abortos al Jaime Ferré, la Dra. Boidi dijo que no hay un perfil determinado ya que acuden personas de todas las clases sociales y en situaciones de vínculos variados como solteras y casadas. "No se puede establecer un perfil y es porque todas las mujeres en algún momento de su vida social reproductiva se encuentran en esta situación de un embarazo inesperado, no planificado y por diversos motivos no pueden sostener la continuidad del mismo".
A su vez, la vicepresidente de Rafaelinos por la vida, Nieves Torres Argañaraz, hizo una distinción dentro del universo de las mujeres: las que más evidencian su posición contraria al aborto son aquellas que se encuentran en peor situación socioeconómica. Dijo que de esa manera queda en claro la falsedad de aquel argumento acerca de que (antes de la ley) eran las pobres quienes más se morían por no poder acceder a un aborto legal. En base al trabajo de campo que viene realizando desde hace años, aseguró que ellas "se aferran a lo único que tienen, que es su hijo. Cuando vos estás en una situación difícil que ves todo oscuro, lo que te sostiene es tu hijo y decís 'lo hago por mi hijo'. En la clase social humilde muchas veces eso es lo que las sostiene, los que las impulsa a seguir un día más".
Los entrevistados se expresaron también acerca del futuro del aborto en nuestro país. La Dra. Boidi dijo ver que se está logrando un avance lento pero sostenido: "Lo importante es que cada efector ante una situación de IVE o ILE pueda dar respuesta de manera ética, profesional y creo que de a poco se está incorporando esto".
Torres Argañaraz se mostró entusiasmada con lo que según ella puede llegar a venir: "Mis expectativas son que esta ley que considero nefasta pueda ser derogada y que podamos respetar la vida. No importa cómo fue gestada, la vida siempre vale".
En Rafaela, como en todo el país, ambas posturas se encuentran presentes. Desde la Redacción de este medio queremos agradecer a las personas consultadas en esta nota, quienes ante un tema tan sensible mostraron su predisposición para responder todas las preguntas abiertamente sin ningún condicionamiento.
A pesar no estar entre los principales temas de la agenda política y mediática, la discusión por el aborto claramente continúa subyacente en la sociedad argentina. Así como ocurrió en Estados Unidos, en cualquier momento una decisión en el ámbito político o jurídico podría modificar el panorama para un lado o para el otro. Habrá que estar atentos.
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