Tal día como hoy, 28 de marzo de 1939, el Ejército Popular de la República se rendía en Madrid a las fuerzas del general Franco. El 1 de abril siguiente se publicaba el parte que ponía fin oficial a la guerra civil española.
Las tropas franquistas entraron en Madrid sin disparar un tiro. En las semanas anteriores la capital de España había sido escenario de cruentos enfrentamientos dentro del propio Frente Popular entre los partidarios de intentar una rendición honrosa, sobre todo socialistas y anarquistas, y los partidarios de aguantar hasta enlazar la guerra española con la guerra mundial, que eran sobre todo los comunistas.
En realidad era una quimera: Madrid no podía aguantar porque todo el edificio de la España roja se había venido ya abajo. Los líderes comunistas habían abandonado el país con destino a Rusia, dejando a los milicianos de base entregados a su suerte. La capital del Frente Popular ya no estaba ni en Valencia ni en Barcelona, sino en los automóviles fugitivos de los ministros republicanos, que en ese mismo instante peleaban por hacerse con el tesoro expoliado durante la guerra. Así terminaba la epopeya del Madrid rojo, cercado por las tropas de Franco desde el otoño de 1936 y que había resistido con éxito varias ofensivas. Ahora ya no quedaba nadie para resistir.
El único político de relieve que permanecía en la capital era el socialista Julián Besteiro, firme partidario de la paz desde bastante tiempo atrás. Besteiro, enfermo de tuberculosis, había renunciado a la huida. Fue detenido en el Ministerio de Hacienda. Para los madrileños perseguidos durante la dominación roja llegaba la hora de la liberación. Para los simpatizantes del Frente Popular, la hora amarga de la represión. Y para la inmensa mayoría de la población, el alivio de ver que la guerra civil estaba vista para sentencia. El día 29 de marzo caían sin resistencia Cuenca, Albacete, Ciudad Real, Jaén, Almería y Murcia. Al día siguiente, Valencia y Alicante. Por último, el 31 de marzo, Cartagena.
El 1 de abril el Cuartel General de Franco en Burgos emitía el parte final: “En el día de hoy, cautivo y desarmado el ejército rojo, han alcanzado las tropas nacionales sus últimos objetivos militares. La guerra ha terminado”.
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