Este fin de semana se celebró en Palm Beach (Florida) una nueva edición de Cavallino Classic, el evento para coleccionistas de Ferrari más importante de los alrededores de Miami (EEUU). Y el premio "Best of Show Gran Turismo" fue para un auto muy conocido en Argentina: la Ferrari 212 Inter Ghia (año 1952, con chasis #0191EL) que fuera comprada por el entonces presidente Juan Domingo Perón.
La 212 Inter cambió varias veces de propietarios en los últimos años y hoy pertenece a los coleccionistas norteamericanos Dennis y Susan Garrity. El jurado de Cavallino Classic justificó el premio con estas palabras: "Esta impresionante Ferrari es un ejemplar one-off, única en su tipo, carrozada en este elegante estilo. De hecho, es una de las apenas 34 Ferrari diseñadas por Carrozzeria Ghia. El vehículo es una impresionante obra de arte rodante. De proa a popa, el estilo del auto es palpable. Y qué mejor argumento que el hecho de que el primer propietario no fuera otro que el presidente Juan Perón de Argentina, marido de la famosa Eva Perón".
¿Pero por qué Perón compró una Ferrari 0km en pleno ejercicio de la presidencia y cómo hizo para traerla a la Argentina? Esta es la historia de un presidente que evadió impuestos para tener su Cavallino Rampante.
"La Ferrari del Pocho"
Juan Domingo Perón siempre fue un aficionado a los autos y las motos. Cuando salía a probar una de sus máquinas se calzaba una gorrita. Esa gorra tenía un diseño que en la época se llamaba "Pochita", porque se usaba para cubrir "la capocha" (cabeza, en lunfardo). Por eso, cada vez que daba rienda suelta a su pasatiempo fierrero, Perón era apodado "El Pocho".
La Ferrari 212 Inter se exhibió por primera vez en el Salón de París de 1952. Es una elegante coupé de tres volúmens, que se fabricó en Maranello entre 1951 y 1952. Lleva un motor Colombo V12 2.5 con 150 caballos de potencia.
Se fabricaron apenas 82 unidades de la 212 Inter, de las cuales una sola recibió una carrocería diseñada y fabricada por los artesanos de Ghia. Ese ejemplar one-off se presentó en París de y fue comprado por Juan Domingo Perón, a través de un intermediario del consulado argentino en Milán.
Perón intentó en todo momento mantener en secreto la compra de la Ferrari, para evitar críticas de la oposición. En 2018, la casa de subastas RM Auctions reveló -tras una exhaustiva investigación- la maniobra que se realizó para evitar pagar grandes impuestos. La Ferrari de Perón había sido fabricada originalmente con el número de chasis #0233EU. Si hubiera ingresado con esa documentación a la Argentina hubiese tenido que pagar el "impuesto al lujo", que tributaban los autos extranjeros más caros por aquél entonces.
Así surgió una idea entre los asesores de Perón: desde el Salón de París el auto fue enviado otra vez a la fábrica de Maranello, donde se la patentó con la matrícula MI197153. Esa patente había sido utilizada por otra Ferrari con carrocería Ghia, que había tenido el número de chasis #0191EL. En Maranello se le hizo un cambio en la numeración del chasis y, al ser rebautizada como #0191EL, ingresó a la Argentina como "auto usado", sin pagar mayores impuestos.
El cambio de número de chasis se hizo sin modificar la carrocería, la mecánica o cualquier otro componente. Fue sólo una maniobra de Perón para evadir de impuestos. La investigación completa de RM Auctions se publica más abajo.
Al ser importada como "auto usado", Perón se animó a enfrentar las críticas políticas con el argumento de que "no era un auto de lujo". Por ese motivo se animó a fotografiarse en la residencia presidencial junto al auto. Las imágenes más famosas del Pocho y su Ferrari, en blanco y negro, son obra del fotógrafo presidencial Pinélides Aristóbulo Fusco.
La Inter -conocida de ahí en más como "La Ferrari del Pocho"- estuvo en poder de Perón hasta que fue derrocado en 1955. A partir de ese momento quedó en manos de los custodios de sus bienes durante el exilio, hasta que en 1973 fue comprada por el coleccionista argentino Conrado Tennino. El auto permaneció en el país hasta 1987, cuando comenzó a cambiar de manos con frecuencia, entre compradores de Estados Unidos, Suiza y Alemania. Las operaciones siempre rondaron valores entre 600 mil y 1.5 millones de dólares.
En el transcurso de este tiempo, la carrocería cambió de color y se realizaron diferentes restauraciones. En agosto de 1997, la Inter tuvo un breve regreso a la Argentina. Fue sólo para la grabación de un programa de televisión. (ar.motor1.com)
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