18.37 El Ciclón lo perdía 1 a 0 y logró darlo vuelta 3 a 1. Sin embargo, la visita llegó a la igualdad en una ráfaga de llegadas. La tercera fecha comenzó a puro gol.
En otra época podría tratarse de dos equipos con aspiraciones diferentes, pero la amenaza de los promedios confirmó que San Lorenzo y Arsenal se vieron las caras en el Pedro Bidegain con la misión de sumar para evitar problemas futuros relacionados con el descenso.
El espectáculo fue tan pobre que la primera acción de riesgo llegó recién a los 19 minutos cuando el conjunto de Sarandí se puso en ventaja a través de una pelota parada. Joaquín Ibañez ganó en el área azulgrana, Gonzalo Goñi intentó corregir el cabezazo, Sebastián Torrico sacó como pudo y Lucas Suárez capitalizó el rebote. Sin brillo, ni estética, los de Leonardo Carol Madelón celebraron el tanto que puso en ventaja al combinado del sur del conurbano bonaerense.
Si bien el Ciclón intentó reaccionar, los ataques de Ezequiel Cerutti y Bareiro no llevaban el peligro para inquietar a Alejandro Medina; y antes de que los protagonistas se fueran al descanso el escaso público improvisó una canción tradicional contra los dirigentes, para que se den cuenta “que no los quiere nadie”.
En la reanudación del pleito una ingenuidad de Julián Navas le permitió al dueño de casa emparejar las acciones a través de un penal. El defensor derribó dentro del área a Nicolás Fernández Mercau y Darío Herrera no dudó en sancionar la pena máxima. Desde los doce pasos, Néstor Ortigoza no perdonó y selló el 1 a 1 para calmar las turbulentas aguas de Boedo.
Los gritos de Ruben Darío Insua causaron efecto en los hombres del Cuervo. Unos instantes después de lo que significó la inyección anímica del grito del experimentado volante con pasado en la selección de Paraguay, Cerutti desarticuló a la última línea de Arsenal por el sector izquierdo y envió un punzante buscapié que aprovechó Jalil Elías. Con el marcador a su favor, la tormenta aparentaba dilapidarse en el cielo del Nuevo Gasómetro.
Como si se tratara de otro partido, la confianza en los jugadores de San Lorenzo se revirtió por el cambio de timón que hizo el estratega. La maniobra individual de Ivan Leguizamon, quien dejó en el camino a Lucas Suárez con un caño hermoso, fue la obra que le permitió al Ciclón festejar el 3 a 1.
Sin embargo, cuando parecía que el choque estaba liquidado, los de Leonardo Carol Madelón gestaron una fabulosa escena con triangulaciones ofensivas que concluyó con un gran tanto de Cristian Colmán. Un descuento que le permitió revivir a Arsenal e instalar el suspenso en el escenario porteño.
Fue una ráfaga que no dio lugar a las especulaciones. El paraguayo que ingresó por Facundo Kruspzky fue la clave para el elenco visitante para silenciar al público con otro violento remate al segundo palo de Torrico que selló el 3 a 3. Partidazo, emociones y final abierto.
La repartición de puntos no le sirvió a ninguno, dado que ambos continúan sin ganar en la Liga Profesional. La sensación más amarga quedará para San Lorenzo por no haber sabido aprovechar la diferencia de dos goles. Y Arsenal deberá quedarse con la notable reacción que demostró después de los golpes recibidos. Sin dudas, los que más se beneficiaron con el encuentro fueron los espectadores neutrales que siguieron las acciones a través de la TV.
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