Una de las grandes novedades que tuvo la tercera fecha de la Copa de Oro del Turismo Carretera en la ciudad de Rafaela fue el regreso de Agustín Canapino, el piloto de Juncos Racing que volvió a correr en las pistas nacionales luego de su primera temporada en suelo norteamericano, con Indy Car.
En la previa de la carrera final de ayer domingo, quien se atrevió a dar testimonio fue el jefe de Canapino, Ricardo Juncos. El dueño del equipo de pilotos tuvo su primera visita a la ciudad de Rafaela para vivir el TC. "Tuve la suerte de conocer la pista en detalles ayer por la noche -por el sábado- y también el centro de Rafaela. Estoy muy contento y me han tratado muy bien. Ahora disfrutamos de una fiesta", señaló a CASTELLANOS, uno de los medios presentes en la zona de boxes.
No es una novedad cuando se menciona que el Turismo Carretera es una de las categorías más apasionantes del automovilismo nacional. Como lo deja establecido el dueño de Juncos Racing, se trata de "la categoría en el mundo que tiene más pasión de los fans". Además, la experiencia en la pista de Rafaela le da otro distintivo a la competencia cada vez que regresa a la ciudad.
A su vez, la historia de Rafaela dentro del automovilismo está ligada también a las históricas 500 millas de Indianápolis, cuando la categoría norteamericana llegó a la Provincia de Santa Fe para correr fuera de su país por primera vez. "Fue la primera vez que los americanos salieron de Estados Unidos a cualquier parte. Fue en Argentina y a Rafaela. Para el automovilismo nuestro, que además somos tan fanáticos, marcó un antes y un después en la historia", expresó Juncos.
1971 fue el año en el que la categoría de Estados Unidos pisó suelo rafaelino. Aquel año se corrieron 300 millas, a diferencia de lo que venía siendo su tradicional carrera. Desde entonces, se generó un vínculo muy importante entre el país norteamericano y la pista rafaelina.
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