El encuentro trajo consigo una actuación consagratoria de Gastón Martirena, quien logró adelantar a la Academia a los dos minutos del pitazo inicial aunque su tanto sería invalidado de manera polémica por un supuesto offside de Salas.
Pese al acalorado reclamo, el equipo de Costas no se dejó desanimar y fue el mismo lateral derecho quien logró firmar definitivamente su apellido en la columna goleadora con un golazo a los 15 minutos.
Su centro desde la banda derecha se coló en el ángulo superior izquierdo del arco de Cassio, para desatar por completo la locura en los fanáticos que colmaron el Estadio paraguayo como también en "Cilindro" de Avellaneda.
El envión anímico se sostuvo y solo cinco minutos después de la apertura llegaría la extensión a la ventaja. Salas picó al vacío y con un pase al medio permitió a Adrián Martínez empujarla y traer tranquilidad a las almas racinguistas.
El segundo tiempo trajo consigo a un Cruzeiro con más vocación y agresividad en el plano ofensivo, actitud que se tradujo en el descuento por parte de Kaio Jorge al aprovechar el rebote de Arias a su propio disparo.
La Academia contó cada segundo que lo separaba de la gloria y resistió con aguante cada nuevo embate del Cabuloso, que en su afán de empatar empezó a dejar cada vez más espacios.
Finalmente dijo presente Roger Martínez y logró el anhelado 3-1 que liquidó la historia en el minuto 95 de juego, al recibir solo y no perdonar a Cassio con su disparo cruzado.
Con el pitazo final de Esteban Ostojich se terminó por confirmar el desahogo de Racing y el final a su larga espera de 36 años por conseguir su cuarta corona en el plano continental; un último antecedente donde su entrenador Gustavo Costas vivió como jugador y se dio ante el mismo adversario.
Fuente: TyC Sports
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