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Deportes

Nuestra despedida al gran "Nene" Ternengo: ídolo, leyenda y hombre de CASTELLANOS

Jorge Juan Ternengo falleció en nuestra ciudad a los 88 años el pasado 9 de julio y pasó a la eternidad como uno de los mejores pilotos argentinos de la historia. El "Nene" brilló en la década de los sesenta y setenta compitiendo en el Turismo Carretera y en la Fórmula 1 Mecánica.

El 9 de julio de 2024 quedará marcado en la memoria de quienes hacemos este Diario como el día en que nos dejó físicamente Jorge Juan Ternengo. No sólo despedimos ese día a un ídolo del automovilismo y una leyenda de los fierros, sino al colaborador de tantísimos años que ya en su madurez de edad se dedicó a ilustrar nuestras páginas con sus conocimientos de piloto y sus imperdibles anécdotas en pistas, rutas y entorno de todo lo que tuviera que ver con fierros en estado de aceleración pura.

De la historia deportiva del "Nene" se pueden escribir incontables páginas. Despuntó su primer amor por la velocidad en los óvalos de motos, y fue el "Rey de las Cucciolos". Siempre dijo, en las muchísimas charlas con la que siempre nos entretenía en la redacción, que para cuando pasó de la moto a los autos sentía que le "sobraba" tiempo para pensar. Era su manera sencilla de explicar que las motos fueron su gran escuela y vaya que la cursó: corrió más de 600 carreras y nunca llevó la cuenta de las que ganó, que también se midieron en tres cifras. Fue en esos tiempos de los Cucciolo cuando se relacionó con un chico que también hacía sus primeras armas en el trucaje de los fierros calientes, un púber metido, curioso y destinado también a ser leyenda: Oreste Berta.

Aunque brilló en las motos y fue múltiple campeón en las pistas de tierra, y también se midió con los más grandes a nivel internacional en el Autódromo de Buenos Aires, fueron sus años en el automovilismo los que lo instalaron en las marquesinas nacionales. Ingresó en el capítulo de los inolvidables cuando aquél pibe que se metía a experimentar con los motores y la mecánica de las motos volvió a cruzarse en su camino. Oreste empezaba a sacarle lustre a su chapa de Mago de los fierros y lo convocó para una ponerse en el volante de uno de los recién producidos Torino. IKA (Industrias Kaiser Argentina) había convocado a Oreste, ya radicado en Alta Gracia, para conformar un equipo destinado a hacer historia grande en el TC. Y Oreste quiso que en ese equipo no faltara alguien de su confianza. Así que a los ya consagrados Eduardo Copello y Héctor Luis Gradassi sumó al "Nene". El ingenio popular unió las siglas de los apellidos de los pilotos para darle su bautismo al debut de los Torino en el TC: nacía la CGT. Corría el año 1967 y a los Torino de Berta no había con qué darles: el "Nene" atesoró en Bahía Blanca y Tres Arroyos sus dos únicos triunfos en la categoría y varios podios que lo instalaron definitivamente en el podio de los mejores del año.

Pero el "Nene", al que siempre le gustó sentir el viento en la cara, ya prefería los monopostos. En 1969, en esa Mecánica Argentina Fórmula 1 desde la que se proyectaban sueños internacionales, el "Nene" se cruzó con otros talentos idolatrados, como Luis Di Palma, Angel Monguzzi, Carlos Ruesch, Ramón Requejo, Jorge Cupeiro, y también sus compañeros de la CGT teceísta.

El 8 de septiembre de 1969 fue su día de mayor gloria. Al mando de un Bravi Tornado surgido de las entrañas del taller de la Peña RUEDA (Rafaelinos Unidos en el Deporte Automotor), en Gral. Paz y Triunvirato, el "Nene" ganó su triunfo más soñado y el más celebrado: las 500 Millas Argentinas en el óvalo de Rafaela. Ciento setenta y dos vueltas al óvalo sin chicanas, una carrera de demolición, donde la vida misma se ponía en juego. Fue fiesta rafaelina total y el "11" del "Nene", preparado en Rafaela y por rafaelinos, quedó definitivamente -junto a su piloto- en el Olimpo de los grandes recuerdos de la riquísima historia deportiva de la ciudad. Fueron miles los que festejaron en la ciudad aquél triunfo inolvidable, que preanunciaba el campeonato argentino ganado por el "Nene" ese mismo año en la MAF 1.

Vinieron otros tiempos y Jorge Ternengo se le animó a todo: los monopostos, el TC, los Sport Prototipo, el Campeonato Argentino de Pilotos, algunas categorías zonales, todo pasó por sus manos y su talento.

Cuando llegó la hora del retiro, no se fue del todo. Porque abrazó el periodismo como una forma de mantenerse activo y cercano al ambiente. Produjo y condujo programas como Compitiendo y Sin Rebajes y allá por los '90 se incorporó a CASTELLANOS para darle forma a su columna más reconocida: el Anecdotario Tuerca, en el que opinaba sobre los temas de actualidad pero fundamentalmente describía una época dorada del automovilismo, pintadas con esos detalles de la intimidad de protagonistas y escenarios que al lector siempre le gustaron. Lo hizo hasta este mismo año, cuando comenzaba a apagarse la combustión que siempre lo mantuvo en pista.

Nos queda algo más que el recuerdo de sus horas en la redacción, cuando traía sus materiales, pedía algún truco de edición en las fotos más "sufridas" por el paso del tiempo y nos daba el placer de su confianza.

Se fue el "Nene", a acelerar al cielo. Estará en el podio, seguro, con su sonrisa de hombre humilde y sus manos grandes de piloto eximio.

Hasta siempre Jorge "Nene" Ternengo Jorge Ternengo
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