Fagiani, aquel 3 de Newell’s, hoy lleva adelante la conducción de Argentino en su retorno a la C. El Indio habló de todo, en un repaso para no perderse.
Daniel Fagiani (50 años) está al frente de la primera división de Argentino y disfruta del día a día enseñando y a la vez aprendiendo de sus jugadores. En el inicio del torneo de la C está realizando una campaña más que satisfactoria y con la alegría de haberle ganado al clásico a Central Córdoba en el Gabino Sosa. Frontal, ocupado de cuestiones sociales, por momentos emocionado y apasionado en cada temática futbolera, mantuvo un jugoso mano a mano con Ovación. Hoy en el salaíto es una pieza clave de un proyecto superador, donde uno de los objetivos es ayudar a sacar a los chicos de las calles para que jueguen al fútbol y completen la educación. El Indio recordó, además, sus inicios en Newell’s y la duradera amistad con su coterráneo de Pujato: Lionel Scaloni, el actual DT campeón del mundo. Claro que, como hincha leproso, sigue de cerca al equipo del Parque. Cree que Mauricio Larriera es un “buen entrenador” y espera que le encuentre “regularidad” al rendimiento colectivo. También considera que el rojinegro tiene “uno de los mejores planteles del país”. Sin filtro y mucha emoción, un Fagiani auténtico. Como en sus tiempos de 3 en la Lepra.
—¿Cómo transcurre tu experiencia como DT de Argentino?
—La experiencia es muy linda, atrapante, es un proyecto hermoso, en el que Argentino unió lazos con la Confederación Argentina de Deportes y se ha hecho un proyecto superador. Que no sólo abarca a los resultados deportivos del fin de semana, si bien el objetivo obviamente es participar y ganar en una liga tan importante, pero también tiene ribetes sociales, al estar la Confederación obviamente. Y eso es lo lindo es este proyecto.
—Hablas de ribetes sociales, en tus redes hay posteos de videos de comedores infantiles y también por el Día de la Memoria, ¿son temas que te interesan?
—Lo social es importantísimo, que los chicos en este caso tengan posibilidades es hermoso. En este caso el proyecto abarca sacar chicos de la calle y meterlos dentro de una cancha de fútbol, que es lo más hermoso que hay, que hagan deportes y que tengan la ilusión de crecer en la vida desde el deporte. Específicamente en Argentino de Rosario cuando nosotros entramos se intentó participar en las divisiones inferiores de AFA, en sexta, quinta y cuarta, también en la división reserva, y seguir participando en la primera local de la Rosarina, que también es importante, y hemos hecho unas 850 pruebas de chicos que se acercaron a mostrarse, hemos elegido para los planteles de fútbol de estas categorías y empezaron a participar en los torneos de AFA. Los chicos hoy están muy contentos que es lo principal. Gracias a los lazos que han unido Argentino con la Confederación Argentina de Deportes, que han incorporarse pide trabajar en conjunto lo social con lo deportivo. Lo social es sacar a los chicos de las calles, ponerlos dentro de una cancha de fútbol, es que hagan deportes, que tengan una ilusión por mejorar su vida a través del deporte, algo que es importantísimo.
—Digamos que se los acompaña dentro y fuera de la cancha.
—Sin dudas. Hoy empezando por el plantel de Primera tiene su psicólogo, su asistente social, su nutricionista, su kinesiólogo, estamos regalándoles un libro por mes a los jugadores para incentivar la lectura. También estamos trabajando con el plantel superior para que aquellos chicos que no terminaron la secundaria puedan hacerlo en un Empa.
—¿En la Primera C qué balance hacés hasta acá del certamen, donde están siendo competitivos en el inicio?
—Estamos siendo muy competitivos y yo estoy muy conforme. El año pasado cuando nosotros entramos porque el anterior entrenador decidió irse, agarramos casi en los últimos partidos del torneo y nos faltaba materia prima, no teníamos jugadores y hemos improvisado en varios puestos. Hoy el plantel de primera división tiene rotación, tiene material, hay treinta jugadores de los 40 o 45 que tenemos en el plantel de primera, reserva y primera local, que puede participar cualquiera. No hemos traído refuerzos que ya estaban instalados en este campeonato. Sí chicos que tal vez pensábamos que iban a tener que jugar un año en inferiores y hoy están vistiendo la camiseta de primera de una manera espectacular. Se han proyectado y eso le dio jerarquía al plantel.
—Uno imagina las ganas y hambre de gloria de esos chicos.
—Eso es lo que más me gusta. De moldear la ilusión que tienen de jugar al fútbol. Uno se traslada a cuando era joven y vos le ves la mirada a estos chicos y tienen la mirada y la ambición que teníamos nosotros, pero una ambición pura. Esto es lo que me hace ir día a día a este lugar.
—El ascenso es muy duro porque en muchas ocasiones los jugadores también deben tener otro trabajo además del fútbol. ¿Debe ser una linda opción para tus jugadores estar en este proyecto de Argentino?
—Sin dudas, lo comparto. Nosotros en este proyecto le agregamos el dentista, el psicólogo, el nutricionista, el asistente social, el kinesiólogo. Empezamos por primera división ahora mismo y tenemos pensado llevarlo a divisiones inferiores, en regalarle un libro por mes a cada jugador. En que los chicos del plantel superior en este caso y después vamos a ir para abajo, el que no haya terminado la secundaria ofrecerle que la termine porque son mayores y no los podemos obligar. Sí ofrecerles el abanico de que está la escuela para que la termine. Porque no todo es el fútbol. Tal vez no se le da en el fútbol y tiene otra herramienta para realizarse en su vida.
—Es ingrato hablar de individualidades, pero tenés un fuera de serie en el equipo, un crack, un clásico número diez como Juan Cruz Vega, ¿cómo lo definís y qué les aporta?
—Juan es importante obviamente dentro del plantel, él lo sabe, los demás chicos también saben que es determinante, pero creo que este año a Juan lo ha potenciado el equipo. Entendió que necesita del equipo para él resaltar. En el fútbol, si no sos Messi o Maradona, no podés hacer nada solo. Lo entendió y le agregó concepto a su juego en función del equipo. Lo hizo un jugador más completo. Un ejemplo: El año pasado hizo siete goles y tres fueron de pelota parada. Hoy lleva ocho goles con uno solo de pelota quieta y estamos a la mitad del torneo.
—Te tocó protagonizar como DT el reciente clásico del ascenso, con ambas parcialidades, en lo que fue una verdadera fiesta futbolística. Derrotaron 2 a 0 a Central Córdoba en el Gabino Sosa. ¿Qué sensaciones tuviste?
—Para mí fue histórico porque hace mucho que no se jugaba este partido y además que Argentino no ganaba en esa cancha. Participar de la historia es hermoso, si bien deportivamente son sólo tres puntos, en el aura del hincha de Argentino, en el aura de los jugadores, queda esa sensación de haber salido triunfantes en el partido más importante de esta parte del torneo. Nosotros lo jugamos como a todos los partidos. Sí les inculcamos que el clásico es muy importante en todos los niveles y hay que jugarlo como tal, pero después esto sigue.
—Fue un partido atrapante porque los dos equipos salieron a jugar, a ganar bajo un diluvio y armaron un verdadero partidazo. ¿Lo viste así?
—Yo lo quiero mucho al Chivito Pavoni (fue el DT charrúa), el padre fue técnico mío en inferiores de Newell’s y le tengo un aprecio enorme. El primer tiempo fue de Central Córdoba, el segundo fue nuestro, nosotros acertamos en el momento justo. En el segundo tiempo manejamos los tiempos y jugamos un poco más. Creo que fuimos justos ganadores. No hay que dejar de reconocer el trabajo del otro entrenador. Y reconocer que la gente de Central Córdoba nos trató muy bien. Y nosotros fuimos muy respetuosos porque no festejamos en el lugar y así se tiene que jugar este tipo de partidos. Lo que pasa es que a veces por la cantidad de gente que tienen Newell’s y Central no lo podés manejar.
—Una lástima que eso tan lindo y tan genuino que se vivió en el clásico del ascenso no se pueda replicar en el partido más convocante de la ciudad, como un Newell’s-Central.
—Sí, no se va a volver a hacer eso. Es complejo también porque la masa societaria de todos los clubes ha crecido y hoy los campos de juego han quedado chicos. Hoy todos los equipos con los locales te llenan la cancha. Entonces me parece que la hinchada visitante no se va a ver.
—Vos tuviste la suerte de disfrutar y jugar el clásico rosarino con las dos hinchadas. ¿Es único?
—La verdad que el fútbol me ha llevado por muchos lugares, me regaló un montón de cosas importantes y dentro de ello me ha regalado no perder ningún clásico. Jugar y no perder ninguno. Jugar para Newell’s y contra Central en su cancha, en la nuestra, en Necochea, en dónde sea y no perder ninguno, y eso lo festejo como si fuese un título.
—¿Como jugador lo disfrutabas al clásico?
La verdad que me gustaba jugar el clásico. Es un partido que no se miran tanto los errores técnicos y tácticos, ese partido es jugar a ganarlo. Hay una definición que dije una vez y que para mí es la justa para un clásico: “Es el partido que vos jugás con las ganas del hincha y no hay otra”. A mí me encantaba jugar ese partido. Tuve la suerte de no perder ninguno.
—¿Cuál es el objetivo a largo plazo con Argentino?
—Es crecer, instalarnos en la categoría. Seguir creciendo. Ahora tenemos un plantel numeroso y hago rotaciones porque quiero darles tiempo de juego a todos, que nadie se caiga. Es un proyecto en el que nos focalizamos en el jugador de fútbol. Si el jugador crece y puede hacerlo saliendo de Argentino hacia otra liga, a otro equipo, no vamos a retenerlo. Porque también es una propuesta social para ellos, si ellos pueden crecer, también le vamos a ofrecer que sigan creciendo. Se puede pensar que vamos a desarmar el equipo constantemente, pero para eso tenemos 30 jugadores. Es un proyecto muy lindo y que la otra persona crezca con la ayuda tuya es lo importante y lo que buscamos. Obvio que el mismo crecimiento de los jugadores te lleva a buenos resultados.
—¿Por qué té decidiste a ser entrenador y qué cosas tomaste de los técnicos que te marcaron para tratar de implementar ahora en la cancha?
—Una vez con un entrenador referente, en realidad fue Carlos Bianchi, que fue el mejor entrenador que tuve en mi carrera, viví algo especial. En un momento yo estaba muy mal cuando había dejado de jugar, porque uno piensa que puede jugar al fútbol eternamente. Porque siempre te sentís jugador de fútbol. Y no te das cuenta nunca que el fútbol es el que te deja. Vos no dejás nunca el fútbol, el fútbol te deja a vos. No servís. Ya no podes correr, no alcanzas a los chicos, nada. El fútbol te va relegando. Estaba muy mal y tengo muy buena relación con Carlos hasta hoy día. Hablo mucho. Y un día me dice: “Daniel, si te sentís mal por no poder jugar acercate lo que más puedas a la cancha de fútbol. Vos ves el fútbol, tenés pasión y por qué no estudias de técnico y te metés”. Y así fue. Hice el curso y me apasiona la formación del jugador, el dialogar, el explicarle el por qué de las jugadas. Es fácil ver ejercicios tácticos en Internet, hay un montón. Pero el tema es cuando estás delante de un plantel y les tenés que explicar. Por qué, cuándo, en qué momento. Dentro de mis posibilidades y conocimientos, no me estoy vendiendo como entrenador ni mucho menos, uno intenta explicárselo al chico. Y eso es apasionante cuando el pibe lo entiende o lo adquiere. Eso me fue atrapando y me fue llevando. Estuve en las divisiones inferiores de Newell’s, dirigí categorías y últimamente estaba en el área de captación, pero sin casi injerencia sobre las cosas que pasan ahí, entonces me apareció este proyecto de Argentino con mucha injerencia porque dirijo la primera división y soy el encargado de las inferiores mayores. En otro momento será lo de volver a Newell’s.
—Cuando hablás de Newell’s, lo hacés con gran afecto.
—Es mi casa. Siempre lo dije, no es ahora, y no me vendo para volver a Newell’s, estoy diciendo lo que realmente siento. Dije siempre que todo lo que me dio el fútbol, una final de Champlions League, campeón del mundo con Boca, jugar en Atlético Madrid, Valencia, todo me lo dio Newell’s, sin Newell’s no hubiese existido. Porque entre al club a los 7 años y me formó hasta jugar en primera división. Es imposible no hablar de Newell’s con el sentimiento que hablo. Porque en mi casa me enseñaron a ser agradecido. Sería imposible no reconocerlo. Hablo siempre con sinceridad de Newell’s.
—A veces demasiada para este ambiente.
—Se han enojado mucho conmigo, pero después se desenojan. Yo les digo a los hinchas que saben que lo hago con pasión y sinceridad. Opino siempre de Newell’s como un hincha y con mucho amor. Porque es lo que siento.
—¿Cómo lo viste a Newell’s en el último torneo?
—Puntualmente dije hace un tiempo atrás que Newell’s arrancó muy bien y se descentró con el viaje a Miami. Ahí no encontró más la regularidad. Este fue un partido amistoso con todo el ribete de ir a la casa de Messi. Pero no tengo el día a día, es lo que veo desde mi casa. Sí sostengo que Newell’s tiene de los mejores planteles del fútbol argentino. Y ojalá el profe Larriera encuentre esa regularidad que había comenzado con el equipo. Creo que es un buen entrenador.
—Hablaste de tu etapa de inferiores en Newell’s y ahí viajabas desde Pujato con Lionel Scaloni para entrenar. ¿Cómo es tu relación hoy con el actual técnico campeón del mundo?
—Sigo en contacto. Digo siempre que soy una persona que está con los que considero mis amigos, más cuando las cosas no van bien que cuando están bien. Cuando están bien me alejo porque se que están bien. Y cuando están mal tenés que estar. Leo hoy está disfrutando de algo hermoso en lo deportivo. Y trato de ir a verlo cuando está en Pujato, que está junto a sus padres. Ahí lo veo en el pueblo. Lo veo en su casa y es como que el tiempo no ha pasado y somos los dos pibes del pueblo que veníamos a entrenar en inferiores a Newell’s.
—Desde que tomó la selección le fue todo muy bien.
—Sí. Pero al principio fue muy criticado por la prensa y no la pasaba bien. Pero lo aguantó como un campeón, con trabajo, en silencio, con dedicación. Está donde se merece. Y yo muy orgulloso porque ha puesto a mi pueblo en boca de todos y lo ha hecho muy conocido. La verdad es que a mí me fascina que le vaya bien. Ojalá tengamos suerte en lo que se viene y que siga hasta el otro Mundial.
—Tenés 50 años, sos un técnico joven, ¿cuáles son tus sueños y proyectos personales?
—Trabajar. Estar en este lugar. Dirigir, aprender. Me costó arrancar en esto porque tenía que solucionar algunas cosas que tengo fuera de esto que es mi familia. Está todo encaminado con toda la ayuda que tengo desde el lado de mi familia, el tema de mis hijos y ahora a disfrutar del trabajo. Tengo está posibilidad en Argentino como antes me la dieron en Newell’s y estoy muy agradecido. Dónde llegaré, no lo sé. Disfruto el día a día e intento aprender con mis jugadores. Estoy cómodo, contento y trabajando con gente que quiero. Disfrutando del fútbol, que es tan atrapante. (Con información de La Capital y El Ciudadano)
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