Una victoria con sabor especial. Diego Schwartzman (36º del ranking ATP) logró el triunfo más importante de la temporada y pudo por fin cortar la mala racha sobre polvo de ladrillo. En el Masters 1000 de Monte-Carlo, el albiceleste derrotó al belga David Goffin (45º) con parciales de 6-4 y 6-2 y festejó por primera vez en el año en canchas lentas.
El argentino llegó al Principado con un balance negativo de tres victorias y 10 derrotas y con cinco despedidas en fila en torneos de arcilla (Córdoba, Buenos Aires, Río de Janeiro, Santiago y Estoril). Es más, incluyendo todos estos encuentros, solo había ganado un parcial, ante Nicolás Jarry en el torneo chileno.
Su última alegría en dicha superficie databa de julio de 2022: en el ATP 250 de Bastad, venció al sueco Elias Ymer. Desde ese momento las cosas no salieron como "El Peque" imaginaba y debió soportar siete frustraciones seguidas hasta este necesario y fundamental desahogo.
Quien lucha tiene su recompensa, y Schwartzman, un jugador que nunca se cansa de intentar, tuvo su merecido en el mes de abril. Jugó un partido completo ante un rival de experiencia, ex Top 10 mundial, como el porteño, pero que también afronta un presente irregular y se metió con plena justicia en la segunda ronda.
El albiceleste, que salió del Top 30 por primera vez en cinco años, achicó el historial ante Goffin a 2-5 (el belga venía de ganar los últimos cuatro compromisos) y se medirá por el pase a la tercera ronda ante el brillante tenista italiano Jannik Sinner (9º), su compañero de dobles en esta edición del certamen de Mónaco.
Cabe mencionar que otros dos argentinos hicieron su debut en el torneo contra rivales británicos. Francisco Cerúndolo (33º) derrotó a Cameron Norrie, mientras que Sebastián Báez (32º) fue eliminado por Jack Draper.
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