Por Jorge Ternengo. Nació el 18 de Abril de 1942 como Karl-Jochen Rindt en Mainz-am-Rhein (Alemania). Disfrutó de los autos más rápidos de su tiempo y, en palabras de Olivier Merlin, "fue conducido al cementerio de Graz en el coche más lento de la tierra". Jochen Rindt fue enterrado con el volante de su Lotus entre las manos. La opinión de un admirador, Charles Dressing, resume la de tantos aficionados de la época: "Fue el piloto que tenía más talento en bruto que cualquiera". Le faltaba la fría precisión de Clark y la habilidad intelectual de Stewart, pero cuando Rindt tenía su día, nadie podía con él.
El accidente
Ocurrió en la quinta vuelta de su tanda de entrenamientos en el autódromo de Monza, en la que iba bajando tiempos regularmente: 1 mn 40,78 s, 1 mn 27,59 s, 1 mn 27,24 s, 1 mn 26,75 s. El comisario Angelo Rosso, testigo presencial, explicó que el monoplaza se acercaba a más de 250 Km/h cuando, en la frenada de la Parabólica de Vedano, se desvió hacia la derecha. Tras la corrección del piloto, viró bruscamente hacia la izquierda, impactando con el guardrail. El Lotus que, para conseguir la máxima velocidad en el autódromo, había sido despojado del alerón trasero, se mostraba manifiestamente inseguro en la recta. Perdió la rueda izquierda al frenar y, aparentemente, se partió el semieje que soportaba el disco de freno. Sin embargo, tras la investigación pertinente, se demostró que el semieje del freno se había roto a consecuencia del choque, debido a la inestabilidad provocada por la falta de carga aerodinámica por no tener el alerón.
Jochen llegó a confesar a Bernie Ecclestone el miedo que le producía el Lotus 72: "Este coche es peligroso. Un día me mataré con él".
Sin embargo, Chapman y Maurice Philippe consiguieron evolucionarlo y el piloto venció en los Grands Prix de Holanda, Francia, Gran Bretaña, Brands Hatch y Alemania. Lanzado a la conquista del título mundial, Jochen Rindt parecía haber ganado confianza en el monoplaza cuando le sobrevino el accidente mortal.
Fue un gran piloto, quizás el mejor. Supo atemperar el fogoso estilo de sus comienzos, en 1960 con un Simca, hasta conseguir una eficacia irreprochable en un F1 sin perder demasiada espectacularidad.
Desgraciadamente murió el sábado 5 de Septiembre de 1970, durante los entrenamientos del Grand Prix de Italia corrido en Monza.
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