Un día como hoy, pero de 1992, en ocasión de disputarse la Vuelta de Lobos, anteúltima fecha del campeonato de TC de ese año, en el décimo giro el Chevrolet N° 9 que conducía Roberto Mouras sufrió el estallido del neumático delantero izquierdo, por lo que el piloto perdió el control del coche e impactó de lleno el lateral izquierdo del coche contra un talud de tierra. La violencia del impacto resultó ser de tal magnitud que el lateral del coche se hundió hasta donde se ubicaba la butaca de Mouras, provocándole la muerte en forma instantánea. En dicho accidente también resultó herido su copiloto Amadeo González, quien falleció dos días después. Amadeo era mecánico del taller de Jorge Pedersoli quien era responsable de la preparación del motor y de la atención de la Chevy de Roberto.
La competencia fue detenida rápidamente con bandera roja dándose como resultado final la clasificación con la vuelta anterior del accidente siendo Mouras declarado como ganador.
De esta manera el circuito semipermanente de Lobos se llevó la vida de una de las máximas figuras del TC.
De ahí que a manera de reconocimiento el autódromo de La Plata lleva su nombre. Además, en su ciudad, Carlos Casares, fue levantado un Museo sobre su vida y trayectoria deportiva.
Su debut en el automovilismo fue en 1966 en una categoría zonal con un Chevrolet 400, con ese coche luego compitió en la Mar y Sierras.
En 1968 debutó a nivel nacional en el Turismo Anexo J (hoy Turismo Nacional). En 1970 corrió con el TC con Torino, en 1975 se pasó a Chevrolet, donde en 1976 obtuvo seis victorias con ese coche. En 1980 cambió de marca y fue a Dodge, consiguiendo tres campeonatos en forma consecutiva, 1983-1984 y 1985. También ganó el Torneo Antonio Lizeviche-Víctor Galíndez como homenaje a quienes perdieron la vida en una competencia de TC, cuando se bajaron de su auto e iban caminando hacia los boxes fueron embestidos desde atrás por un auto que sufrió un despiste tras un desperfecto mecánico. En 1986 volvió a competir con Chevrolet.
Todavía perduran en la mente y en la retina de los amantes de la categoría sus cerrados y disputadísimos duelos en pista con otros grandes de la época como Oscar Castellanos, Emilio Satriano y Osvaldo Morresi.
Obtuvo un total de 50 victorias en el TC conduciendo tanto con Dodge como con Chevrolet.