El 1 de mayo de 1994, tras un accidente en el circuito de Imola, el ídolo brasileño, considerado como uno de los mejores pilotos de la historia, perdió la vida.
Pese a no haber sido uno de los automovilistas más consagrados de la Fórmula 1, Ayrton Senna es considerado como uno de los más grandes corredores de la élite del automovilismo y, además, es uno de los que más fanáticos reúnen en el mundo.
Al margen de sus tres campeonatos mundiales, el brasileño fue un velocista nato que, con su estilo de conducción pasional y sus arriesgadas maniobras, cautivó al público y se ganó el respeto de sus rivales en la pista.
El domingo 1° de mayo de 1994, tuvo lugar de las tragedias más recordadas en la historia del deporte y, más precisamente, de la Fórmula 1. Como consecuencia de un fuerte impacto contra un muro de concreto a más de 200 kilómetros por hora, el piloto brasileño Ayrton Senna perdió la vida.
El fatal accidente ocurrió en la séptima vuelta. Ingresó a 309 km/h a la curva Tamburello y, cuando se percató de que sería imposible mantener el control del vehículo, redujo la velocidad todo lo que pudo para reducir el impacto, que fue a 209 km/h.
Según las pericias judiciales, el neumático desprendido golpeó el casco del brasileño y provocó que su cabeza impactara contra el apoyacabeza del monoposto, lo que habría provocado las fracturas de cráneo. Además, un elemento de la suspensión que estaba junto al volante penetró el casco.
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