El roll over en el que estaba pensando uno de los padres fundadores del rock and roll, Chuk Berry, en 1956, estaba dedicado a los cultores de la música clásica y a Ludwig van Beethoven que seguramente se revolcaría en su tumba, roll over in their grave, si supiera como el rhythm and blues y el rock and roll reemplazaron en las radios a la música culta. Pero el roll over en el que están pensando los empresarios del capítulo argentino del festival de Lollapalooza es eminentemente financiero e involucra el dinero recaudado por preventa de entradas a la edición 2020 del festival que debió suspenderse por las restricciones impuestas a causa de la pandemia de coronavirus.
El roll over financiero se basa en prolongar una posición abierta, como una prórroga. En el mundo financiero y bursátil se define como alargar en el tiempo un préstamo que, en la vida real, conlleva intereses.
Ahora bien, ¿quién o quienes se benefician de esos intereses en el caso de una preventa anticipada de tickets?
La organización del tramo local del festival, que se extiende por tres días, corresponde a DF Entertainment que, en el año 2018, le vendió una parte mayoritaria de la compañía a la multinacional de origen estadounidense Live Nation Entertainment.
De esta manera, la empresa norteamericana surgida de la fusión de Live Nation y Ticketmaster en 2010 y que se especializa en la venta de boletos del rubro del entretenimiento, se asoció a una productora que tiene experiencia en mercados altamente regulados como el argentino.
El segundo gran festival que iba a realizarse con esta nueva composición accionaria debió producirse el 27,28 y 29 de marzo de 2020 en el Hipódromo de San Isidro e involucraba a cien artistas y bandas, algunas de ellas legendarias, como Guns ‘N Roses o The Strokes y cantantes como Travis Scott; Lana del Rey o Gwen Stefani.
Una convocatoria que posibilitó la preventa anticipada de 120.000 tickets que se agotaron rápidamente en Julio de 2019.
En el séptimo mes de ese año, bajo el gobierno de Mauricio Macri, el dólar cerraba su cotización mensual en torno a los 44,90 pesos. En Julio de 2019 comenzó la venta de entradas anticipadas, abono Early Bird, para las tres jornadas a 3600 $ más cargos de servicio. Un precio que a medida que se fueron agotando los tickets de ese abono se pasó a un sistema de pre ventas del 1 al 4 que elevó ese precio a pagar, pasando a 4990 pesos por abono de la preventa 1ª a 8250 pesos de la preventa 4ª a medida que se iba colgando el cartelito que más adoran los empresarios del rubro, sold out, todo vendido.
Cabe aclarar que también hay diferentes categorías de boletos y existen ingresos vip que en Octubre de 2019, cuando las noticias de una posible pandemia por un difuso coronavirus apenas merecían unas líneas en revistas especializadas, se vendían a 14990 pesos más gastos.
Pero tomemos, tan sólo un ejemplo, el más accesible. Una entrada anticipada, Early Bird, de Julio de 2019 a 3600 pesos con un dólar de 44,90, arroja un monto de 80 dólares invertidos por un espectador y consumidor final de la operación de compra de un ticket.
Si se hubieran vendido los 120.000 boletos a 80 dólares, cuestión que no es así teniendo en cuenta el precio ascendente de las distintas etapas de preventa a lo largo del 2019, se habrían recaudado 9.600.000 dólares.
La cotización del día, 4 de octubre de 2021, indica que la divisa oficial cerró a la venta por unidad en 104,80 $ mientras que cada dólar, en el mercado informal o blue, de la era Alberto Fernández, cotizó en 186 $.
Fuentes del mercado financiero indicaron a NA que en estos casos «se suele armar una mesa de dinero interesante en el circuito informal o sea se pone a trabajar la platita hasta que la cuestión de las restricciones se aclaren».
Una sospecha que se sustenta por el doble rasero que utiliza Lollapalooza cuando hay que devolver los valores de las entradas por una cuestión de fuerza mayor.
Si bien la pandemia, como su concepto lo indica, es un fenómeno presente en todos los continentes, sus efectos no son los mismos y las buenas prácticas de las empresas con respecto al respeto a los consumidores por los perjuicios que se produjeron, tampoco están homogeneizados.
Medir por el mismo rasero significa otorgar igual trato a las personas, las cosas o las acciones, pero el doble rasero o la doble moral o trato desigual entre los consumidores se aplican a este festival porque las trabas que impone DF Entertainment para retrasar la devolución del dinero que había cobrado por los recitales son numerosas.
Comprar una entrada del Lollapalooza, con dinero en mano, en cuenta o a crédito, es muy fácil y sencillo, hasta se habilitaron bocas de expendio para vender las famosas pulseras que habilitaban el ingreso al predio pero para reclamar por la devolución del servicio no prestado se necesita un abogado experto en derecho al consumidor o tener la paciencia de un yogui, un practicante de yoga, para que los continuos pedidos de aclaración de identidad no termine por sacar de quicio a la persona que pide su dinero de vuelta aunque, más no sean, pesos devaluados una y otra vez.
Varias muestras de la indignación por los atrasos en la devolución quedaron registradas en el sitio especializado www.tuquejasuma.com
Allí se leen usuarios que afirman, «Desde el año pasado solicito devuelvan 3 pases de tres días y nunca contestaron mis email. No hay donde pueda reclamar!!!», del 27 de septiembre. O, un consumidor que sostiene, «… he solicitado hace casi dos meses el reembolso de 2 (dos) entradas para el lollapalooza 2020. Me contestaron que pase los datos de la cuenta y al enviar la información nunca más volvieron a contestar ni reintegrar el importe. He cumplido con todos los requisitos solicitados…», u, otro reclamo, del 5 de agosto que dice, con bastante criterio ante los cambios de artistas que puedan suceder, «…solicité el reembolso del dinero correspondiente a la edición 2020 del Lollapalooza. Dicen que hay que esperar al anuncio del nuevo lineup 2021. Quisiera el reembolso ahora mismo, no tengo porque esperar al anuncio de un nuevo lineup. El evento debió haber sido hace un año y medio…».
Los requisitos enormes para acceder al dinero de los que reclaman su devolución incluyen un trámite virtual con foto del DNI y de la tarjeta de crédito, en caso de haber abonado por ese medio de pago, detalle de la pulsera con el código alfa numérico de 14 cifras, el chip cortado por la mitad y la tela de la pulsera por separado y, luego, aguardar a que el dinero se les devuelva en el siguiente resumen de la tarjeta de crédito, si es que no hubo ningún error en los pasos antes descriptos, lo que haría retornar al inicio del trámite para intentarlo una vez más. Como en el juego de la Oca, sólo que ese entretenimiento de mesa no causaba ataques de presión.
Por otra parte, desde que comenzó la crisis del coronavirus, este modus operandi de DF Entertainment, de dilatar todo lo que se pueda la devolución del dinero abonado por las entradas, ya tuvo reclamos en redes de usuarios de otros espectáculos programados y vueltos a programar como en el caso de los shows de Metallica y Maroon 5. De Metallica poco se sabe de la reprogramación, luego de la suspensión del recital de diciembre de 2020, mientras que la banda de Adam Levine, tiene una nueva fecha para abril de 2022.
Ahora bien, el doble rasero surge de la comparación con lo que sucede en los Estados Unidos y Canadá, donde Live Nation, socia de DF Entertainment en nuestro país, tiene una política clara y precisa con respecto a la devolución del precio de los boletos vendidos y que deben ser reprogramados.
Con respecto a los shows cancelados, aquellos consumidores que recibieron sus entradas recibieron automáticamente el reembolso del precio abonado. Sin dilación alguna. O, si prefieren, pueden elegir una promoción, dentro de 30 días, por un crédito del 150% de lo pagado para canjear por otras compras en Live Nation. Este festival que se iba a realizar en la Argentina en marzo de 2020, se postergó para noviembre y otra vez para marzo de 2021 para finalmente llegar a la fecha de noviembre que también será reprogramada hasta mediados de marzo de 2022
En el caso de los shows reprogramados, los tickets serán válidos para los días elegidos para una nueva fecha, siempre y cuando no se elija el reembolso de la entrada que se podrá solicitar a los treinta días de conocida la nueva fecha del show reprogramado.
Ahora bien, la organización de Lollapalooza Argentina anunció el 4 de septiembre de 2020 que el festival se pospuso para el 26, 27, y 28 de noviembre de este año, con las denunciadas demoras en la devolución de las entradas registradas en diversos foros virtuales de parte de los usuarios y, a estas irregularidades, se les van a sumar las quejas de la nueva postergación del festival que no podrá organizarse para fines del mes de noviembre.
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