Entre sus batallas las de "la admisión de mujeres a las funciones de tutoras, la vigilancia del magistrado y patrocinio escolar para la protección física y moral de los menores, la prohibición de la presencia de menores en las audiencias penales de Tribunales y cortes de Justicia, la privación de la patria potestad a los padres indignos o reconocidos como incapaces; asistencia inmediata a menores cuyos padres estén en prisión, hospitalizados o abandonados; la prohibición de admitir menores a espectáculos cinematográficos ofensivos a la moral; la prohibición de servir bebidas alcohólicas a menores de edad en los establecimientos; la regulación del trabajo infantil mediante el aumento de los límites de edad y la reducción de la jornada laboral que no podrá exceder de ocho horas diarias para los niños menores de dieciséis años y para las niñas menores de veintiún años; la elevación del límite de edad para los delitos contra la moral de las víctimas a catorce años en lugar de doce, y a dieciocho años en lugar de dieciséis, y la pena aumentada al máximo por escritos e imágenes obscenos expuestos al público". Propuestas que allanaron el camino para las leyes promulgadas en las décadas siguientes.
Con una perspectiva adelantada para la época, Lidia asiste a todo sospechoso de delitos mientras busca incansablemente la verdad detrás de las apariencias y de los prejuicios que se suscitan entre los tribunales italianos al impedirle ejercer su gran profesión: el Derecho.
Gracias a la ayuda de su cuñado Jacopo Barberis, enigmático periodista que le entrega información, Lidia va abriéndose camino en el oscuro mundo del concejo de Turín para poder investigar todos los hechos suscitados detrás de su veto profesional dentro de Italia.
Con el estallido de la Primera Guerra Mundial elige nuevamente su compromiso: se convierte en Enfermera Voluntaria en el cuerpo de la Cruz Roja Italiana y es miembro del Comité para los Refugiados del municipio de Pinerolo.
Al final de la Primera Guerra Mundial, la Ley 1176 del 17 de julio de 1919, conocida como ley Sacchi, abolió la autorización marital y permitió a las mujeres el acceso a los cargos públicos, excepto en el poder judicial, en la política y en los cargos militares.
Tras toda una vida de activismo por los derechos de las mujeres, especialmente los que se refieren al acceso libre a todas las profesiones, desde estudiarlas a ejercerlas, sin necesidad de permisos especiales de sus maridos u otras consideraciones, Lidia Poët alcanzó el mayor logro de su carrera y su trayecto personal.
Así, en 1920, treinta y seis años después de haber sido inhabilitada, Lidia Poët fue admitida de nuevo en la Orden de Abogados y Fiscales de Turín y, a los 65 años, venciendo al férreo control patriarcal de los oficios públicos en ese país, se convirtió oficialmente en la primera mujer abogada de Italia, abriendo el camino para todas las abogadas y fiscales que vendrían después.
En 1922 se convirtió en la presidenta del comité provoto de mujeres de Turín.
En 1946 se extendió el derecho al voto a las mujeres en el país.
Murió soltera en Diano Marina, provincia de Imperia, región de Liguria, a los 94 años, el 25 de febrero de 1949 y fue enterrada en el cementerio de San Martino en Perreto.
Lidia Poët no sólo fue la primera abogada en Italia. Fue pionera en la emancipación de la mujer y una de las creadoras del derecho penitenciario moderno. Fue una mujer que luchó por alcanzar sus metas y dedicó su vida a los demás; pionera de las batallas por la emancipación de la mujer.
El primer concurso en el Poder Judicial, también abierto a ciudadanas italianas, sólo tendrá lugar el 3 de mayo de 1963; las primeras ocho juezas entraron en servicio en 1965. Un hito histórico que Lidia Poët siempre había soñado y deseado para sí misma, pero que no tuvo tiempo de ver con sus propios ojos.
El 28 de julio de 2021, el Consejo del Colegio de Abogados de Turín dedicó una placa conmemorativa en los jardines del Palacio de Justicia.
Una escuela en Pinerolo y una en Frossasco están dedicadas a ella. Las ciudades de Livorno y San Giovanni Rotondo le asignaron una calle.
El 15 de febrero de 2023 se estrenó en Netflix la miniserie La ley de Lidia Poët, protagonizada por Matilda De Angelis, basada en la historia real de Lidia Poët, quien falleció en 1949 pero sentó las bases para que muchas mujeres se abrieran paso en el mundo de las leyes.
La producción italiana combina serie de época, feminismo e historias reales. Consta de seis episodios de 40 minutos.
En los últimos años se produjo un aumento progresivo del número de mujeres abogadas en Italia. Si en 1985 solo el 9,2% de la población forense estaba compuesta por abogadas, en 2020 la profesión vio el adelantamiento del "gentil sexo" a los hombres, aunque por unos pocos puntos porcentuales.
Los hechos, por lo tanto, hablan por sí solos: ¡la abogacía es definitivamente una profesión para mujeres!
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