Por Juan Carlos Ceja - El lunes 11 a la hora del inicio del desfile inaugural del FTR 2022 hacía mucho frío y cuando iba hacia el Belgrano alcancé a observar el último tramo de desconcentración. Una señora con tapado bordó, la cabeza completamente cubierta y barbijo comentó que el público no había sido numeroso pero que el espectáculo fue lindo y simple. Una familia con sus hijos que no hizo todo el recorrido dijo que añoraba la bijouterie y variedad de otros años.
Silvit Yori producida para la ocasión hizo la conducción del acto inaugural; los funcionarios dijeron discursos breves. El secretario de cultura Claudio leyó su discurso con énfasis no exento de sentencias.
El espectáculo de la apertura oficial fue Banda de tías de CABA (Ciudad Autónoma de Buenos Aires). La banda tiene anclaje en los años 80 y se promociona para toda la familia. La simpatía de las integrantes y el recurso de repartir turrones al inicio aceitaron el vínculo con el público.
Los cuatro músicos y la voz de las cantantes-actrices hacen un muy buen ensamble, inferimos que varias de las interpretaciones son de cosecha propia.
El recurso de que a las tías las busca la policía por haber robado un camión con los turrones que regalaron y las ocurrencias domésticas y simples que cuentan entre canción y canción, son bien recibidas por el público.
Vestuario y maquillaje acentúan el perfil de los personajes. Un detalle: la presencia de lámparas y mesitas bajas otorgan aire de familiaridad a la escenificación.
Banda de tías tiene la impronta de los espectáculos de apertura y cierre que caracteriza al festival desde sus inicios.
En el Teatro Lasserre, también el lunes, vimos Todos mueren al final producto escénico del Laboratorio de Teatro II a cargo de Rodrigo Cuesta que apreciamos como un director eficaz de un grupo con competencias diversas y afianzadas para asumir el desafío de la obra que se dio a construir.
El acontecer escénico remite a una de las tantas alternativas que ofrece el teatro postdramático que asumen en gran parte artistas jóvenes y un segmento significativo de los grupos independientes, tal vez para evitar rodeos inconducentes se podría decir: desde una estética y estilo de la práctica teatral postmoderna en la que todos se hallan inmersos o desde allí interpelados.
El uso del espacio en perspectiva coreográfica es notable, así como aquello de "ponerle el cuerpo" a la actuación.
La utilización de los recursos teatrales en varias situaciones es determinante y confluye a crear escenas e imágenes donde lo físico, visual y sonoro es de alto impacto estético.
A pesar de que el tiempo de la obra no es largo en algunos momentos nos gana la sensación de déjà vu, tal vez por la reiteración de lo ya dicho o mostrado.
Se realizaron dos funciones, en la primera el público llenó la platea y la parte alta, en la segunda solo la platea. No es poca cosa.
En el aplauso final de la primera representación la euforia quedó en mayor parte en manos del público joven, el intendente Luis y otras autoridades se sumaron a este segmento. ¡Qué lindo encontrarnos!
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