Por Juan Carlos Ceja - El Festival de Teatro Rafaela 2022 tiene un lema convocante, oportuno y preciso: ¡Qué lindo encontrarnos! El sentido de la frase es claro de por sí y entusiasmados adherimos a él.

Los medios oficiales y privados de la ciudad, en todas sus variantes, previo al inicio del festival, hicieron conocer el éxito anticipado concretado a través de funciones agotadas y el resto, conjeturamos, también a lograrlo. Las ganancias escénicas se irán develando del día 9 hasta el 17 de julio.

En la presentación del FTR 2022 se tuvo un anticipo del trabajo escénico auspiciado por el festival cuando se mostró Todos mueren al final -Laboratorio Teatro II- espectáculo programado oficialmente para el lunes 11.

Nuestro recorrido teatral comenzó el sábado 9 por el Auditorio "Virgilio Cordero" del Instituto Superior del Profesorado donde se pudo apreciar Quería llorar del Laboratorio Teatro Jóvenes.
El auditorio se colmó y hubo sintonía afectiva hacia el numeroso grupo que ocupó el escenario. A los jóvenes actores se los vio gozosos por mostrar su trabajo.

Quería llorar contó con la dirección de Francisco Benvenutti, el responsable de una comedia dramática inmadura y fallida, donde es muy poco lo que se puede decir a sabiendas del estricto criterio de calidad teatral que anima el armado de la programación del festival.

El domingo 10 nos encaminamos hacia el CC La Máscara para asistir a la función de La política del tiempo producto del Laboratorio Teatro I dirigido por Braian Kobla. La obra está construida por escenas que remiten al teatro de la presentación donde los conceptos estructurantes, entre otros, son comunidad, presentismo y otredad.

El grupo actoral desarrolla las secuencias como espacio lúdico, sin artificios y todo en el marco y atmósfera de una pensada espontaneidad que conlleva guiños hacia la platea cuya interpelación no siempre halla eco.

De menor a mayor la segunda parte de la propuesta es la más lograda. Hablando del tiempo, la atención y entusiasmo de este espectador tienen desniveles producto del suceder teatral.
La escena final casi como un foro endogámico viene a explicar por parte del grupo, por si fuese necesario, las bases de La política del tiempo.

Conviene registrar que con respecto a la aptitud y participación son menos los actores que resaltan. Al momento del repaso nos quedamos con el clima inicial y la chica de la guitarra, los varones de la corrida y los abrazos, la secuencia de violencia con su relatora en inglés y el momento final, acertadamente breve, centrado en la soledad personal.

En los laboratorios hay hipótesis, experimentos y análisis en proceso y los resultados o creaciones no están garantizados, a veces son impredecibles, más allá o más acá de las expectativas de los experimentadores.