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Cultura

Después de dos años Cosquín volvió a 'rockear'

09.56 Skay Beilinson, Babasónicos, Trueno, Julieta Venegas y más tocaron ante las 45 mil personas que coparon el Aeródromo de Punilla con sed de música.

733 días pasaron desde que los Ratones Paranoicos despertaron el último pogo del Cosquín Rock -entrada la madrugada del 10 de febrero de 2020- hasta este sábado, en el que desde un rincón de las sierras se escucharon los primeros acordes de Inazulina y Zenón Pereyra: fueron quienes abrieron la puerta a la edición 2022 del festival, jornada inaugural que juntó a 45 mil personas en torno a más de setenta bandas repartidas en nueve escenarios. Un guiso que es rock y rap, es blues y pop, es cumbia y es electrónica, protector solar y campera, pasto y barro. Diversidad y diversión garantizadas.

El clima entre el público era casi el ideal: festivo, con ansiedad de ser parte de un pogo desprejuiciado después de tanto tiempo, inquieto y curioso por lo que ocurría en las diez hectáreas del Aeródromo de Santa María de Punilla. Y al igual que la última vez, el de Wos volvió a estar entre los shows que más gente juntó. A 220 y con los cables pelados, el rapero quemó millas de garganta junto a su banda y los nuevos temas de Oscuro éxtasis, disco que editó a finales del año pasado. Así, el vuelo introspectivo de “Culpa” -con un Ricardo Mollo hecho avatar desde las pantallas- y el jolgorio catártico en “Niño gordo flaco” engrosaron un repertorio vital donde temas como “Fresco” y “Púrpura” (con la que suele cerrar) ya son los clásicos.

Se sabe: en el adn de Valentín Oliva el rock se cruza con el rap y le hace un guiño a la tradición: la cita musical en “Luz delito” y la casi textual en “Canguro” (“Fijate siempre de que lado de la mecha te encontrás”) impactan de lleno en el corazón ricotero. Y así, le dejó el escenario caliente a Skay Beilinson, con quien después tuvieron un afectuoso encuentro en camarines: “Música, simplemente música. Gracias”, celebró el guitarrista junto a la foto del momento.

“Sentirse parte de la cultura rock me resulta muy loco. Y más loco es no haberlo pensado demasiado, porque es algo que uno siente y por eso sucedió de una manera genuina. Sentirse parte de algo tan grande y que uno miró mucho tiempo desde afuera, por ser fan, es un delirio de los buenos”, le dijo Wos a Teleshow, en su camarín, minutos después de su recital. “Todavía me sorprende y me resulta extraño que eso mismo que sentí con frases o con músicos que son parte del adn del país, le pueda pasar a alguien que me escuche”, confiesa con una serenidad transparente que contrasta con la actitud rabiosa sobre las tablas.

Más tarde, Wos sería parte del show de Ciro y Los Persas (reeditó su freestyle para volver a actualizar la añejada “Pistolas”, de Los Piojos) y le gritó en la cara al público más federal del rock argentina eso de que él y Trueno (y toda su generación) son “el nuevo rock & roll”, como firmaron en “Sangría”. Te guste o no. Fue durante la presentación del rapero del barrio de La Boca, una de las más pirotécnicas y agitadas de la noche, donde mezcló los temas de su disco Atrevido con algunos de sus hits nuevos, como “Dance Crip”. Y con dos invitados más: Tiago PZK la fiesta de “Salimos de noche” y su novia Nicki Nicole en “Mamichula” (con piquito final incluido).

“Cuesta bajar del escenario por la adrenalina que genera, pero después hay felicidad. Y lo festejo a full: es el primer festival grande en el que toco como músico y para mi es algo hermoso”, le dijo Trueno a Teleshow después de rapear junto a su papá Pedro Peligro y KMI420.

Un par de horas antes, Skay Beilinson -“el corazón de Patricio Rey”, como lo definen sus fieles- dio una clase crepuscular de rock mientras el sol disparaba sus últimos flashes. Además de las propias “Oda a la sin nombre” o “El golem de Paternal”, el público se terminó de prender con las versiones de “Ji-ji-ji”, “Criminal mambo” y un medley en el que hiló “El pibe de los astilleros” a “Nuestro amo juega al esclavo”.

¿Más ricota? Entre “solistas” y “piojosos” Andrés Ciro y su banda sorprendió con una lectura fiel de “Me matan, Limón”, aquella precisa crónica roja sobre los últimos minutos de Pablo Escobar que pintó el Indio Solari en 1996.

Babasónicos encantó con un set conciso y cargado de distorsión (”Sin mi diablo”, “Cretino”, “Desfachatados”), hits (”Los calientes”) y una perla como “La izquierda de la noche”, su canción más nueva y que ya caló en el nervio de los feligreses de Adrián Dárgelos y los suyos.

En tanto, Los Auténticos Decadentes fueron el número final de la noche, pasadas las dos de la madrugada del domingo. Declaración de principios (”Somos como somos / Decadentes, así somos”, cantan en el primer estribillo de la noche), picaresca (”Los piratas”) y unas visuales curiosas para reforzar conceptos (un paisaje litoraleño en ese cumbión que es “Corazón”) e ironías (los rostros de los Decadentes mutando a través del tiempo, de adolescentes a arrugados, para “Pendeviejo”). Y a Ricardo Enrique Bochini como invitado especial sobre el escenario: “Que tengan una linda una noche. Los Decadentes son los mejores del mundo”, le dijo el ídolo de Independiente al público del Cosquín Rock.

Hablando de los Decadentes, en la tarde del festival Él mató a un policía motorizado tendió un puente con la tradición de canción de amor agridulce y tierna, materia en la que Jorge Serrano, cantante y compositor de LAD, es el rey. Fue con “El tesoro”, la más agitada del show de la banda platense. Y más tarde, Serrano entonó “Un osito de peluche de Taiwán” como para cerrar ese círculo invisible.

Dos de los shows más hiteros de los que hubo sobre el escenario Sur del festival, fueron los de Julieta Venegas y el de Turf. En su debut en el CR, la mexicana le dio una nueva vida a clásicos como “Andar conmigo” y “Me voy”: ”El publico fue una belleza, fue muy difícil no disfrutarlo: desde antes de subir al escenario se cantaban las canciones. Y fue toda una experiencia tocar acá, con todo este paisaje”, le dijo Venegas a Teleshow.

Por su parte, la banda de Joaquín Levinton levantó la tarde con la novedad “Gatitas y ratones” (con insert de la melodía de “Beijo”, de Earth, Wind & Fire, inmortalizada en la cortina de Las gatitas y ratones de Porcel), pero también con inoxidables como “Loco un poco”, “Magia blanca” y una sorpresa: “Lamento boliviano”, el hit indestructible y panamericano de Enanitos Verdes.

“Es una locura ese tema. Teníamos ganas de hacer un cover hace rato y surgió este porque estamos de gira por Latinoamérica y queríamos hacer una que sea conocida en cualquier país”, justificó ante Teleshow el cantante, quien también es Masterchef Celebrity 3.

Para este domingo 13, segunda y definitiva jornada del Cosquín Rock, se darán los shows de Divididos, María Becerra, Fito Páez, Airbag, Dillom, Las Pelotas y un cierre a puro cuarteto con La Mona Jiménez. (Infobae)

Cosquín Rock cultura festival Música Titular

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