Recientemente, se realizó la 124° asamblea plenaria de la Conferencia Episcopal Argentina en la casa de ejercicios “El Cenáculo”, de Pilar, animando a “amar a los demás y alegrar sus vidas”, en tiempos que los obispos definen como difíciles para el país. Además, advierten sobre las situaciones que atentan contra la dignidad de la persona como narcotráfico, desocupación y pobreza.
“El eje del anuncio del mensaje es una invitación a no cansarnos de amar y alegrar la vida a los demás. Se hace una descripción de una realidad que todos conocemos porque el narcotráfico es patente para todos, especialmente un sufrimiento para muchos papás. Los obispos recogiendo esa realidad, al mismo tiempo anunciamos que Jesús resucitó y está vivo; entonces no perdamos la alegría”, destacó el obispo diocesano Pedro Torres durante una entrevista en el programa “Sábado 100” por radio El Espectador (FM 100,1) de Rafaela, que conduce Emilio Grande (h.).
Y agregó: “Uno de los obispos aludió a cuando éramos niños nuestros padres nos tomaban de la mano; en tiempos difíciles y peligrosos tomarnos de la mano es el eje del mensaje de los obispos. Por eso se habla de tomarnos de la mano, tomar de la mano al más frágil y no caer en la tentación de meterse las manos en el bolsillo como una invitación a la solidaridad, al compartir, a gestos concretos. También resonó en la reunión el documento vaticano ´Dignidad Infinita´ de la Congregación de la Doctrina de la Fe. Más que denunciar solamente estos atentados a la dignidad humana es una invitación a no cansarnos de hacer el bien. De hecho, san Pablo en la carta a los Romanos (capítulo 12, 21) decía ´vence el mal, haciendo el bien´, no podemos permitir que nos pase por arriba”.
-¿Cuál es el diagnóstico que observan los obispos en las distintas diócesis sobre los reclamos más comunes?
-La temática de este año fue compartir el problema de la droga y el narcotráfico, y la comunicación digital. En el Sínodo se habló de universo digital y somos una generación no nativa que llegó en la adultez a usar estos medios. Tuvimos expertos que plantearon el narcotráfico con un periodista de investigación en Santa Fe con premios internacionales, un fiscal que contó la complejidad de la persecución de este delito y dos sacerdotes de Rosario que vienen trabajando en la acción pastoral. Desde ahí pudimos compartir la situación en cada diócesis porque toca todos los niveles sociales y los rincones de la patria; no es lo mismo una región fronteriza que en el centro del país. También se trató la sinodalidad y la colegialidad episcopal, las prácticas de salud de los sacerdotes, el congreso misionero y el servicio misionero del Episcopado argentino en la Amazonia.
-El gobierno nacional está convocando al “Pacto de Mayo” en Córdoba. ¿Se avanzará en políticas de Estado y consensos entre el oficialismo y la oposición?
-Es un anhelo que haya diálogo entre los distintos sectores para buscar el bien común. El documento dice que “vivimos tiempos complejos”, donde además de la crisis económica tenemos una crisis cultural de educación; en estos días vimos las tensiones en las universidades. Tenemos que procurar que los docentes tengan un sueldo digno, una remuneración que incentive el trabajo porque la educación, el diálogo, el encontrar acuerdos para el bien común es indispensable. Ojalá que el Pacto sea un puntapié para un camino de diálogo verdadero y no de pujas de sectores.
-El 1º de mayo es el aniversario diocesano por la festividad de san José Obrero, uno de los patronos de la diócesis de Rafaela. ¿Cuáles son las actividades previstas para ese día?
-Este año correspondería el encuentro diocesano en un lugar con una celebración conjunta, pero siendo conscientes de la realidad económica que estamos viviendo y de la dificultad que significa la movilidad hemos propuesto un modo híbrido, cada comunidad se junta en su parroquia y habrá momentos comunes desde una animación de la Catedral, que haremos un mensaje con la iluminación de testimonios, momentos de oración, adoración y de compartir la comunidad. Las misas serán entre las 17:30 y 18:00 horas, según las parroquias; en Catedral será a las 18:00, pero desde las 15:00 el Consejo Pastoral fue preparando un material que fue enviado a las comunidades en sintonía con el objetivo diocesano que es el tema de la escucha y de uno de los puntos de la síntesis del primer momento sinodal que habla del mismo tema. En ese contexto, profundizaremos el objetivo diocesano, celebrando la vida que hay que agradecer a Dios por el camino diocesano, con momentos de conexión y de trabajo en cada lugar.
-¿Cuál es el significado que nos deja el 63º aniversario de la creación de la diócesis de Rafaela?
-El primer bautismo que se hizo en la parroquia San Rafael fue el 26 de octubre de 1887 y hasta el presente hubo cerca de 30.000 bautismos. Cuánta vida de amor derramó Dios a lo largo de toda la Diócesis en estos 63 años porque al poco tiempo hubo otras parroquias como Susana, Vila, Josefina, Sunchales, Soledad, San Cristóbal, entre otras, haciéndonos descubrir que somos sus hijos y él es nuestro padre que nos cuida, agradeciendo que somos hijos de Dios. Cuando llegué a la Diócesis invitaba a redescubrir el bautismo, estamos en la misma línea porque la sinodalidad se cimenta en esta vida bautismal. La diócesis de Rafaela vivió y vive muchos momentos de gracia, con testimonios de santidad; con los catequistas el año pasado recordamos a unos catequistas del norte que hacen una obra maravillosa. Tenemos que descubrir quienes atienden a los enfermos y quien sirve en el trabajo. Son gestos de santidad que no hacen ruido, pero nos hacen mucho bien.
-¿Cuál es el mensaje por el Día del Trabajador?
-Les mando una bendición a todos los trabajadores en su día; el trabajo no sólo es manual, hay trabajo que lo hacen virtualmente, pero desgastan su vida sirviendo. Que nuestro trabajo sea dignificante y servidor de todos.
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