El director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni, subrayó que el papa emérito «pudo descansar bien anoche» y participó de la Eucaristía en su habitación.
«Anoche el papa emérito pudo descansar bien. Ayer por la tarde también participó en la celebración de la santa misa en su habitación. De momento su estado es estable». Así lo indicó este viernes el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni, ante las preguntas de los periodistas.
Bruni había renovado la invitación del papa Francisco a orar por Benedicto XVI «y acompañarlo en estas horas difíciles». Numerosas oraciones corales han implicado estos días a la Iglesia universal en diferentes partes del mundo.
Durante la audiencia general del pasado miércoles, el pontífice pidió rezar por el papa emérito, a quien visitó en el monasterio Mater Ecclesiae del Vaticano. El propio Bruni había declarado que el agravamiento se debía a la edad avanzada y que la supervisión de los médicos se mantuvo constante.
La salud de Benedicto XVI mantiene en alerta a todo el mundo que reza por él, desde las pequeñas capillas hasta las grandes catedrales. La Iglesia se moviliza en oración dando gracias por él y pidiendo por este momento difícil que atraviesa.
«No abandono la Cruz»
En la última audiencia de su pontificado, ante miles de fieles congregados en la Plaza de San Pedro, Benedicto XVI aseguraba: «No abandono la Cruz, sino que me mantengo de un modo nuevo en el Señor crucificado, en el servicio de la oración permanezco».
A principios de este año, en una carta publicada el 8 de febrero, en la que reafirmaba su inocencia y negaba las acusaciones de mal manejo de casos de abusos cuando era arzobispo de Münich, escribía Benedicto XVI: «Pronto me enfrentaré al juez definitivo de mi vida».
«Aunque pueda tener muchos motivos de temor y miedo al mirar hacia atrás en mi larga vida, me alegro, sin embargo, porque creo firmemente que el Señor no sólo es el juez justo, sino también el amigo y el hermano que ya ha sufrido Él mismo mis defectos y es, por tanto, como juez, también mi abogado», resaltaba el papa emérito.
«En vista de la hora del juicio, se hace evidente para mí la gracia de ser cristiano. Ser cristiano me da conocimiento y, más aún, amistad con el juez de mi vida y me permite atravesar con confianza la oscura puerta de la muerte», destacaba Benedicto XVI.
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