La Virgen de Fátima es una figura emblemática de la Iglesia Católica, cuya celebración se realiza cada 13 de mayo por la referencia que tiene su historia relacionada con apariciones sucedidas a comienzos del siglo 20 en un poblado de Portugal, y que tuvo a tres niños como protagonistas.
Formalmente conocida como Nuestra Señora del Rosario de Fátima, se trata de una advocación con que se venera en el catolicismo a la Virgen María por su aparición terrenal, acreditada por la Iglesia, ocurrida en 1917.
En línea con otras apariciones marianas, tuvo su origen en los testimonios de tres pastores, llamados Lucía dos Santos, Jacinta y Francisco Marto, quienes afirmaron haber estado cara a cara con María en la Cova da Iria, Fátima, en Portugal, entre el 13 de mayo y el 13 de octubre de aquel año.
El actual santuario, cuyo nombre completo es Santuario de Nuestra Señora del Rosario de Fátima, está construido en el mismo lugar donde la Virgen se apareció a los tres niños.
Comenzó a erigirse en 1928. Se consagró el 7 de octubre de 1953, y al año siguiente la Santa Sede le concedió el título de basílica menor durante el pontificado de Pío XII.
Se considera que el santuario de Fátima es uno de los centros de peregrinación popular más importantes del mundo. En sus inmediaciones se han establecido más de 50 casas de religiosas femeninas y unas 15 congregaciones masculinas que incluyen un seminario.
Historia
En 1917, la virgen se presentó ante Lucía y sus primos Francisco y Jacinta Marto, quienes vivían en el pueblo de Aljustrel, en Fátima. Los niños eran pastores de los rebaños de sus familias.
En aquel primer encuentro María les dijo, entre otras cosas, que regresaría durante los próximos seis meses todos los días 13 a la misma hora. Y lo cumplió.
En la primera aparición, los nenes vieron un relámpago en un día radiante. Mientras resguardaban a sus ovejas, observaron una nube sobre la que estaba parada una mujer, con un resplandor que parecía provenir del sol.
En la segunda aparición, María les comunicó a los chicos que Francisco y Jacinta morirían mientras que Lucía sobreviviría para dar testimonio de las apariciones.
En la tercera aparición de la Virgen, sucedida el 13 de julio, a Lucía se le reveló un secreto. La niña, asustada, gritó el nombre de la virgen, hubo un trueno fuerte y la visión terminó.
El día 13 de agosto, cuando debía suceder la cuarta aparición, los niños no pudieron acceder a Cova da Iria, ya que fueron detenidos por el administrador de Ourém. Así, el encuentro con la Virgen sucedió el 19 de agosto, en un lugar llamado Valinhos.
Los niños se reencontraron con la Virgen el 13 de septiembre en Cova da Iria. La sexta y última aparición ocurrió el 13 de octubre: ese día se produjo el "milagro del sol", ya que los asistentes dijeron haber visto danzar al astro rey.
Francisco y Jacinta murieron durante la pandemia de la llamada gripe española que golpeó en 1918. Mientras que Lucía volcó su vida a la religión.
Fue así que el 13 de junio de 1929, en la capilla del convento en Tuy, en España, la joven tuvo otra experiencia mística en la que vio a la Santísima Trinidad y a la Virgen María. Y el 13 de octubre de 1930, el Obispo de Leiria proclamó las apariciones de Fátima como auténticas.
Luego de 18 años de las apariciones, Sor Lucía escribió su testimonio que se mantuvo en secreto por años. Algunos textos vieron la luz en el siglo pasado. En forma de profecías, hablaban del arrepentimiento, de la oración y daban desoladoras visiones del infierno.
Sor Lucía murió a los 97 años, el 13 de febrero de 2005. En 1941 dio a conocer los dos primeros secretos. Solamente los Papas tuvieron acceso a la tercera profecía hasta que San Juan Pablo II la divulgó en mayo de 2000: lo que había escrito la religiosa en 1944 fue revelado 83 años después.
Profesías
Los tres mensajes fueron considerados premonitorios y, de acuerdo al Vaticano, su contenido ya se cumplió. Para Juan Pablo II, las visiones de la Virgen de Fátima eran "revelaciones privadas cuyo propósito es ayudar a vivir más plenamente de acuerdo a las enseñanzas de Cristo".
Una de las profecías se vincula con la Revolución Rusa. Era el año 1917 y desde febrero en ese país estaban ocurriendo acontecimientos que terminaron con la Revolución de octubre y, luego, la conformación de la Unión Soviética.
"Si se escuchan mis peticiones, Rusia se convertirá y tendrán paz; si no, esparcirá sus errores por el mundo, promoviendo guerras y persecuciones a la Iglesia", les dijo la Virgen a los pastorcitos luego de reclamar que tanto rusos como toda la humanidad se consagraran al Inmaculado Corazón de María.
Otra profecía hablaba de nuevos tiempos bélicos una vez que terminara la Primera Guerra Mundial (que finalizó en noviembre de 1918) y visualizaba la Segunda Guerra Mundial.
"La guerra va a acabar, pero si no dejan de ofender a Dios, en el reinado de Pío XI comenzará otra peor... Por sus crímenes por medio de la guerra, el hambre y las persecuciones a la Iglesia y al Santo Padre", transmitió en su mensaje.
El último secreto hacía referencia a Juan Pablo II y anticipaba el atentado que sufrió el Sumo Pontífice el 13 de mayo de 1981 cuando le dispararon en la Plaza de San Pedro.
El propio Papa aseguró haber sobrevivido al ataque gracias a la intercesión de la Virgen María y a la profecía de la Virgen de Fátima que adelantó que eso iba a suceder.
Tanta fue la devoción de Juan Pablo II que en 1984 donó la bala que le extrajeron al santuario de Fátima y que hoy se puede ver ahí engarzada en la corona de la imagen.