El presidente electo Javier Milei tenía la intención de usar el Cadillac negro descapotable que Juan Domingo Perón adquirió en 1955 durante la ceremonia de su investidura este domingo 10.
Sin embargo, este vehículo, que había transportado a otros presidentes como Raúl Alfonsín, Carlos Menem y Fernando de la Rúa, no podrá ser utilizado debido a “demoras administrativas” que impiden que el auto salga del Museo del Bicentenario. En su lugar, Milei optó por otro descapotable, un Valiant III que será proporcionado por un coleccionista privado.
Después de su primer discurso en la explanada del Palacio Legislativo, Milei se subirá al Valiant descapotable y avanzará por la Avenida de Mayo en dirección contraria hacia la Casa Rosada. Posteriormente, intentará descender en las inmediaciones de la Avenida 9 de Julio y caminar desde allí hasta Balcarce 50. Las miradas estarán centradas en el evento político, las primeras palabras del presidente y, por supuesto, en el automóvil que eligió para su traslado.
En mayo de 1966 arribó el Valiant IV, la última generación del modelo. Era más largo (5.050 mm) y más alto (1.470 mm) que la generación anterior y mostraba varios cambios estéticos, como un frontal compuesto por una sola pieza con los faros y parrilla integrados, nuevos paragolpes y un nuevas ópticas traseras. El motor también recibió modificaciones que permitieron aumentar su potencia a 145 HP.
En 1968 el Valiant se despidió del mercado argentino para dar paso a la nueva era de Dodge y sus icónicas cupés GTX y Polara RT.
En 1980, Volkswagen adquirió el 49% de las acciones de Chrysler Argentina, marcando el fin de una era. La planta en San Justo operó bajo la dirección alemana hasta 1987, cuando se unió a Ford para formar Autolatina y trasladó la producción a Pacheco. Tras la disolución de Autolatina en 1995, Volkswagen inauguró su propio centro industrial en Pacheco, donde continúa operando hoy.
El legado deportivo del Valiant
Desde sus primeros días en las carreteras argentinas, el Valiant no solo dejó su huella en las calles, sino también en los circuitos. A finales de los ’60, la escena automovilística argentina vio la llegada al Turismo Carretera de los prototipos y el Valiant III se convirtió en una buena base. Así lo demostraron autos como el Barracuda, equipado con un motor Chevrolet 250 y conducido por Carlos Pairetti; o el Martin Fierro de Rolf Juchet. Aunque el piloto que llevó a la victoria a la marca fue Carlos Löeffel cuando ganó con un Valiant II en la Vuelta de Chivilcoy de 1971.
Con el reemplazo gradual de la marca por los Dodge Polara, los Valiant dejaron de ser una presencia frecuente en el TC. Aunque su participación en las pistas nacionales disminuyó, algunos ejemplares continuaron compitiendo en categorías zonales. Es más en 1997 y 1998, el marplatense Lionel Ugalde ganó el campeonato Turismo APAC sobre un Valiant V-200. Fuente: Automundo