Locales

Una historia de lucha y superación que busca concientizar y acompañar a otras familias

"Yo tenía la postura de no ser donante porque nunca lo había considerado pero la realidad me pegó en la cara y me hizo entender a la fuerza la importancia de este tema", así lo manifestó a Diario CASTELLANOS Marcelo, el papá de Tomás, un niño de nuestra ciudad que el día lunes pudo volver a su casa luego de que fuera trasplantado de un riñón y recibiera una nueva oportunidad de vida.
Esta historia es de una larga lucha. La misma comenzó en junio de 2021, cuando "Tomi" se sentía mal y los médicos le detectaron una infección generalizada en el cuerpo producto del Covid-19. A partir de allí, comenzó a perder función renal repentinamente.
Para fines de ese mes, en plena pandemia, al ver que no mejoraba y tampoco identificar lo que le estaba ocurriendo, es derivado de urgencia al Hospital "Dr. Orlando Alassia" de Santa Fe. Allí, con el correr de los días, estando aislado de su familiar debido a la crisis pandémica, lo iban atendiendo cada vez más médicos: nefrólogos, cardiólogos, inmunólogos, entre otros, los cuales intentaron revertir la falla renal pero los tratamientos que propusieron fueron totalmente inútiles porque en 20 días este joven ya había perdido completamente la función de sus riñones. Luego de los intentos de revertir la situación, finalmente el equipo de médicos le comunicó a los padres de Tomás que debía iniciar diálisis peritoneal porque ya no había solución y que había que necesitaba un trasplante de riñón.
A partir de ahí, "era una diálisis en casa, cada seis horas, durante un año y medio, con todo lo que eso implica en una criatura de 6 años, que no podía salir a jugar, que no podía juntarse con los compañeritos, una dieta totalmente distinta, empiezan a aparecer palabras como sodio, potasio, fósforo, cuestiones que cualquier padre no tiene en cuenta pero en este caso para nosotros fue algo que nos cambió la vida porque si no lo cuidábamos en la alimentación, fallábamos en la diálisis o si errábamos con la medicación, era poner en juego la salud de él", relató Marcelo Bregy en una entrevista exclusiva a CASTELLANOS.
Como indica el padre, fue una travesía muy difícil para un nene de 6/7 años (comenzó a los 6 pero atravesó más de un año), pero indicó que en su familia –integrada por papá Marcelo, mamá Jaquelina, y tres hijos: Maia de 23 años, Agus de 11 y Tomi de 8 años- hablan mucho sobre las cosas, entonces cuando pasó esto le explicaron a su hijo lo que estaba pasando, sobre que necesitaba un órgano, que debía esperar una donación; lo cual fue difícil pero que generó que adquiera una gran consciencia sobre los cuidados que debía tener, incluso contó que cuando empezó a ir a los cumpleaños de amiguitos, las madres de los compañeritos destacaban cómo él estaba pendiente de su medicación y de lo que podía o no comer.
"Sin dudas que la fe y la unión de la familia, más el apoyo de todos los conocidos, es lo que nos mantuvo en pie", aseguró Marcelo. Aunque reconoció que fue muy difícil decirle a un nene que no puede tomar gaseosa, comer chocolate, comer fruta, que no puede tomar leche con cacao, cosas que parecen totalmente sencillas y que en el caso de él no se puede hacer. "Es lo mismo que le pasa a un celíaco o un diabético, tienen sus limitaciones, uno a veces se queda en lo suyo pero hay mucha gente con estos problemas. En eso está nuestra intención de aportar sobre la importancia de la solidaridad de todos en lo que le está pasando al otro. Hoy tenemos una historia con un final feliz pero hay mucha gente que la está peleando y que a veces no colaboramos como podríamos cada uno con el que tenemos al lado", expresó.

El momento de tristeza y el de felicidad
Sin dudas que para unos padres que un médico les diga que su hijo está muy enfermo y necesita sí o sí recibir un riñón para seguir viviendo debe ser muy fuerte. Eso es lo que tuvieron que escuchar los papás de "Tomi". Su papá contó que en ese momento, cuando les dijeron, "la primera sensación es que se te cae el mundo encima, lo primero que se nos vino a la cabeza cuando entrás en esta situación es empezar a hablar de certificado de discapacidad, de limitaciones, de ver que uno proyectó una vida de una forma y no va a poder ser y se te cae el mundo encima; en esa parte es fundamental el apoyo de la familia y empezar a conocer historias de gente que ya lo transitó y que hoy está haciendo una vida prácticamente normal", relató. En esa misma línea, remarcó que para ellos fue fundamental conocer historias, "por eso ahora nos comprometimos con mi señora a tratar de que se hable del tema, porque uno cree que se le cae el mundo y ver que hay gente trasplantada que hace deportes, tiene hijos, trabaja, lleva adelante una familia, ayuda. Se deben conocer esas cosas y saber que se puede seguir adelante a pesar de esta situación difícil"..
A pesar de todo, como reza un himno de la banda argentina "Soda Stereo", al final, hay recompensa, y así fue para esta familia que tanto la luchó. Finalmente, después de todo este camino de diálisis y sufrimiento, pero también de mucho amor, esperanza y aprendizaje; una nueva oportunidad de vida apareció. Después de 2 años, el 18 de junio, "Día del Padre", a las ocho de la mañana cuando ya estaban todos despiertos y "Tomi" se estaba haciendo diálisis, recibieron el esperado llamado, había aparecido un riñón. La noticia fue confirmada al mediodía y dos horas después ya estaban en el Hospital "Dr. Orlando Alassia" de Santa Fe, donde lo internaron rápidamente, le empezaron a hacer los estudios prequirúrgicos y a las 20:00 hs entró al quirófano para salir tres horas más tarde. "Fue una situación muy traumática verlo, pero también con expectativas de ver cómo había salido el trasplante y sobre el post operatorio que es fundamental, la reacción del cuerpo de él. Fue un día con las pulsaciones a mil todo el día. Fue un cruce de emociones muy fuerte, a su vez uno sabiendo que depende de la desgracia ajena, en este caso no podía ser un donante vivo entonces eso también te hace pensar que en un momento de felicidad hay gente que no la está pasando bien y la verdad que es un cruce de emociones», manifestó Marcelo, quien destacó que el hecho los impactó aún más como familia creyente porque se dio un día domingo, "tenía que ser el día que llegue el milagro".
Un nuevo camino, el de la concientización
Marcelo contó que durante todo este proceso se encontraron con muchas personas que desconocían sobre la importancia de la donación de órganos, sobre los tratamientos y cuidados que se requieren, incluso en ellos mismos. Por eso, como indicó anteriormente, una vez que atravesaron la parte más complicada de sus vidas, su objetivo es poder compartir su experiencia y ayudar a familias que están atravesando por situaciones similares.
Asimismo, concientizarlos sobre lo importante que es hablar de la donación y manifestarse como donantes. Tal como se indica al principio de la nota, él mismo no pensaba ni tenía en cuenta a la donación, pero necesitó de una lección de la vida para comprender. "La idea es que la gente no tenga que llegar a eso, sea consciente y entienda que todo aquel que está esperando un trasplante es una vida que cada segundo vale oro», dijo; y llamó a que se empiece a hablar del tema, no se va a terminar en una conversación pero ya el solo hecho de que empecemos a conversar va a ser útil para todos".
Por último, manifestó su acompañamiento para todas las familias que están atravesando enfermedades como esta o similares. "Fuerza para todas esas familias que están esperando, que uno nunca sabe pero a tener fe y a no bajar los brazos que llega", cerró, entre lágrimas.

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