Locales

Una comparación bíblica para describir la actual situación económica argentina

Las Pascuas marcaron el transitar de estos últimos días en todo el país, donde además del pescado, los huevos y la vigilia, también permitió una comparativa para poder describir como el presente y el pasado se conectan para poder describir y entender el transitar de estos días. El contador Público Nacional de nuestra ciudad, Guillermo Briggiler, le dejó a Diario CASTELLANOS un análisis minucioso para entender esta relación entre la teología y la economía.
Para empezar, Briggiler se encargó de hacer una comparativa bíblica y describió que "todo el mundo percibe que vive en un mundo violento o probablemente extremadamente violento. El pez grande se come al chico. Pero esto no fue siempre así, en algún momento todas las criaturas vivían en armonía en un lugar llamado paraíso. Pero Dios quiso que el hombre tenga libertad. Y para poder conseguir esa libertad, lo que es tan preciado como la vida, lo que hizo fue colocar y permitirle al hombre comer de todos los árboles del jardín, de todos los frutos que quisieran pero le puso un límite diciendo de estos no comas. Ese árbol que probablemente ni siquiera hubiera sido apetecible antes, se vuelve apetecible cuando nos da permiso, nos da la libertad para comer o no de él. Por supuesto, el hombre y la mujer eligen equivocadamente, comen del árbol y de esa manera se pierde la armonía creada por Dios. Esa armonía se devuelve con la posibilidad de que Dios los perdone. Pero para poder lograrlo el hombre por sí mismo no puede hacerlo. Por lo tanto, Dios decide, en un acto de infinito amor, volverse hombre. Se convierte en Jesús, es engendrado en María como un hombre, como Dios y como hombre en una sola naturaleza".
"Ese Dios en sus dos naturalezas, humana y divina, decide hacerse hombre en todo menos en el pecado para poder vivir como nosotros y ofrecer un sacrificio como hombre que nos devuelva esa armonía que se había perdido. Esa reconciliación de Dios con el hombre implica no sólo el perdón de los pecados sino un mundo nuevo. Volver a permitirnos a nosotros cambiar esa lógica con la que venimos programados 'de fábrica' donde este mundo es tremendamente violento, para convertirlo en un mundo de amor. Pero eso depende de nosotros".
Tanto la economía como la política son dos ciencias humanísticas, que dependen precisamente del accionar de las personas. En el país, claramente no se está viviendo un buen momento en estos ámbitos, pero se puede corregir. Debemos aprender a usar esa libertad y aprender a elegir lo bueno, para vivir mejor. Esto sólo depende de nosotros, los humanos.

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