La mañana se presentó con un cielo amenazante y pronósticos que generaban lógica incertidumbre entre los participantes, que se acrecentaba, obviamente, por las características de los vehículos.
A medida que se aproximaba la hora señalada, las baquets se fueron acercando a la Plaza 25 de Mayo, el lugar de concentración, en la localidad de Humberto 1°.
Algunos vehículos se trasladaron en marcha, asumiendo el primer desafío en una jornada que habría de plantearlas muchos otros a lo largo de un recorrido de más de 140 kilómetros por caminos rurales de los departamentos Castellanos, Las Colonias y San Cristóbal.
Otras unidades llegaron en trailers incorporadas a una suerte de prolongación imaginaria de las camionetas que los arrastraban. Todos llegaron puntualmente, respetando uno de los principios esenciales de la regularidad, aunque en esta oportunidad no hubo que recurrir a los cronómetros y a los cálculos minuciosos por tratarse de un paseo no competitivo, tal como se lo había promocionado.
La temperatura agradable y una brisa que no atentó contra los torsos que emergían desde los estrechos habitáculos descubiertos, se asociaron para que el clima sea el que todos rogaban desde el comienzo de la prueba.
Un desayuno acompañado por una variedad de tortas en el paseo humbertino, presentado con una elogiable prolijidad por la Comuna de la población, cuyo titular Mauro Gilabert fue reelecto para seguir al frente del Ejecutivo, puso claramente de manifiesto el compromiso de las autoridades para que el 5° Paseo por las Estancias responda a las expectativas que había despertado.
La Asociación Santafesina de Automóviles Antiguos dejó en claro que los 40 años transcurridos desde su creación no pasaron en vano. La organización fue impecable, responsabilidad que la institución compartió con el gobierno local y el Museo Ruedas del Pasado.
Experimentados y novatos. Hombres y mujeres. Pilotos y acompañantes. Todos fueron convocados, megáfono en mano, por Víctor Perusia, quien sería el vocero del evento a lo largo del extenso trayecto.
Todo quedó dispuesto para que las baquets, con sus ruedas altas y angostas, empiecen a desandar los senderos, excesivamente angostos en determinados tramos y con un importante grado de dificultad.
Una topografía llana, típica de la Pampa Gringa, simplificó el avance de quienes se sumaron a la aventura, pero también hubo que sortear obstáculos, como los que fueron apareciendo en cada aproximación a los pantanos, que no terminaron de absorber las precipitaciones registradas en los días previos.
Los caminos alternativos permitieron superar ese imprevisto, mientras en cada mirada al cielo se podía advertir un color gris plomizo y en algún momento un presagio de lluvia, felizmente no consumado.
Ubicada a la vera de la Ruta Provincial 13 y a menos de una decena de kilómetros del punto de largada, la Estancia La Huella, en jurisdicción de Humberto 1°, se constituyó en la primera referencia de neutralización.
Una breve detención y una recorrida por el casco, marcaron una pausa en un lugar que tiene una antigüedad de unos 120 años y que está enmarcado por frondosos eucaliptos, también centenarios. Como la mayoría, en un terreno de generosas dimensiones, la agricultura es su principal explotación.
La bocina se hizo escuchar con fuerza, una vez más, como lo haría durante todo el día, a retomar sus puestos en los vehículos.
Una nueva detención, ahora en la Estancia El Retiro, que allá lejos en el tiempo fue propiedad de uno de los más importantes colonizadores de estas tierras, Guillermo Lehmann, permitió recabar otras informaciones. Por ejemplo, vale la pena destacar que en la antigua casona, funcionó una escuela, ocupando un espacio casi insignificante dentro de una superficie total de 1.400 hectáreas, en el distrito Soutomayor, en el departamento Las Colonias.
El procedimiento se reiteraría, en una especie de reagrupamiento, con hombres y máquinas ordenados para seguir avanzando, con las miras enfocadas en los siguientes destinos. La Maruca, también en jurisdicción de Soutomayor, precedió al arribo de la Estancia Los Ejes.
Su castillo estilo medieval sorprende por su belleza arquitectónica, tanto como las palmeras que rodean a la edificación del siglo XIX, pero más aún, su atrapante historia.
Ese nombre responde a las actividades que se desarrollaban en ese paraje, donde los carros se detenían, en caso de necesitar reparaciones, en su largo tránsito por el Camino Real, que unía a Santa Fe con las provincias de Santiago del Estero y Tucumán.
Era muy común que esos pesados medios de transportes sufran averías, principalmente en los ejes, que no siempre resistían semejante carga y las exigencias de cientos de kilómetros, por lo que debían hacer un alto en la travesía completar posteriormente la totalidad de un interminable tramo que demandaba un esfuerzo tremendo de los hombres y los animales que tiraban a esos carromatos.
La casa original, que se preserva, aunque no logra disimular el paso de los más de 100 años de existencia, ocupa un espacio importante, pero toda la admiración de los visitantes se la lleva el castillo, que fue construido en el año 1932 por Guillermo Bertero. En el amplio patio, una pileta, sobre una superficie más elevada, también reclama la atención. Así lo entendieron los ocasionales huéspedes, que retrataron en sus cámaras y celulares cada uno de los rincones de un lugar de ensueño para disfrutar del turismo rural en La Pelada.
El tan ansiado almuerzo campestre estaba aguardando. Desde la primera hora del día, el asado con cuero, que era mantenido a fuego lento, ocupaba una generosa parrilla, casi desbordada, ya estaba a punto. Solamente era cuestión de tomar ubicaciones en las tres mesas ordenadamente distribuidas bajo la sombra para que el servicio empiece a brindar su excelente atención a los comensales, ansiosos por recuperar energías y ser agasajados con un manjar delicioso, que respondió con creces a los paladares más exigentes.
La concentración, ya superado el mediodía, se concretó en la Estancia El Cometa, cuya denominación está relacionada con el Halley, que se pudo divisar en una de sus aproximaciones a la Tierra en 1910, año en el que adoptó su nombre ese terreno, de 1.130 hectáreas, destinadas a la agricultura y ganadería, en el que fueron sepultados los restos de sus propietarios originales, George Scheibler (un alemán nacido en Londres en 1872 y fallecido en ese lugar en 1941).
Caminar entre los árboles y las raíces no fue una tarea sencilla, pero casi nadie se resistió a la tentación de visitar esas tumbas, protegidas por un cerco de rejas herrumbradas.
La sobremesa, que permitió estrechar relaciones entre los participantes, algunos llegados desde regiones alejadas, como un matrimonio de la ciudad mendocina de San Martín, que invitó a brindar con un vino de su propia finca, se extendió más de lo previsto en el respectivo cronograma. Pero, créanme, que valió la pena. Además, el regreso era más breve, en distancia y en tiempo.
Restaba completar, entonces, el último segmento. A esa altura, ya nadie se preocupaba por la lluvia, porque el clima se había estabilizado y en algunos pasajes hasta el sol le puso una luminosidad que no había tenido la caravana hasta la pausa gastronómica.
La Dorotea, en Ituzaingó, fue la siguiente estancia. Más tarde fue el momento de visitar La Camucha y finalmente, el ingreso a El Palomar, a la que accedimos por un camino excelente como ningún otro. Nos recibió una construcción en estado impecable y un amplio establo, que terminaron siendo una buena excusa, para los insaciables, quienes se tentaron ante el ofrecimiento de unas tortas fritas caseras.
El 5° Paseo de las Estancias estaba próximo a finalizar. En el exacto momento que empezaba a caer la tarde y cuando las primeras sombras acompañaron a un grupo maravilloso, que disfrutó a pleno y en un clima de franca camaradería, el recorrido programado, arribamos a Humberto 1°, casi nueve horas después de haber iniciado un desafío fascinante. Las anécdotas no se hicieron esperar. Las sonrisas de felicidad se dibujaban en cada rostro, disimulando los más embarrados, cuando llegó el momento de bajar el telón.
Pero después, hubo tiempo, como no podía ser diferente, para degustar un buen café y tortas artesanales en el Museo Ruedas del Pasado, en una fecha especial para la Asociación Santafesina de Automóviles Antiguos, que celebró su cuadragésimo aniversario con un evento imborrable y que ya tiene agendada su fecha en el calendario para 2025.
El Autódromo de Rafaela volverá a recibir a las baquets en el Gran Premio
El fin de semana del 18 y 19 de mayo, con la organización del Club Atlético de Rafaela, a través de la Subcomisión de Automovilismo y con el auspicio de la Municipalidad, se llevará a cabo el Gran Premio de Baquets.
El sábado 18, a partir de las 08:00, se recibirán las inscripciones en el edificio municipal, procediéndose a la entrega de medallas y patentas, para servirse en el mismo lugar un desayuno de campaña.
A las 09:00 se realizará la largada desde la Plaza 25 de Mayo, frente a la Municipalidad, para dar comienzo a un recorrido recreativo por las siguientes poblaciones: Lehmann, Ataliva, Humberto 1° (refrigerio), Colonia Raquel, Tacural, Sunchales (almuerzo), Egusquiza, Capilla Fassu (refrigerio), Presidente Roca; a las 17:00 llegada al autódromo "Ciudad de Rafaela"; a las 17:30, caravana hacia el centro de la ciudad de las baquets y los Torino, para tomar parte de una muestra estática en el bulevar Santa Fe.
El domingo, a las 09:30, prueba de regularidad en el autódromo (exclusiva para vehículos tipo baquets); a las 11:00, vueltas libres en el Templo de la Velocidad y a las 13:00, almuerzo y entrega de premios.
Las inscripciones deberán confirmarse a los siguientes contactos: Adrián Sanmartino (3492 666058), Rubén Yost (3492 610307), Mario Ricotti (3492 247130) ó autrafaela@gmail.com.
Participarán los siguientes vehículos: a) baquets, con reglamento libre, pero que respeten las características propias de este tipo de vehículo, registrado para el tránsito normal, con documentación y patentes, licencia y/o permiso de circulación y seguro para participación en competencias de regularidad.
Vehículos invitados especiales: autos históricos, clásicos, TC Cupecitas y Vintage. Podrán hacer el recorrido de acompañamiento el sábado al final de las baquets, en camionetas y velocidad controlada. También podrán girar libremente por el circuito una vez culminada la prueba de regularidad exclusiva para baquets.
Lee la nota también en la edición impresa del lunes 13 de mayo.