08.20 Es el embajador Gustavo Zlauvinen, presidente de la Conferencia del Tratado de No Proliferación Nuclear.
Por Bryan J. Mayer. Comenzó la Décima Conferencia del Tratado de No Proliferación Nuclear. La misma, por la pandemia, fue postergada y llevaba 7 años sin realizarse. El presidente de la misma es el diplomático de sobrada carrera profesional Gustavo Zlauvinen, oriundo de la "perla del oeste" santafesina. Fue elegido como tal por todos los países del Tratado, que son 191, en 2019.
En contacto con este medio, explicó que estuvo a cargo de todo el proceso preparatorio durante estos casi tres años hasta llegar a las jornadas actuales, que se realizan del 01 al 26 de agosto en la sede de la Organización de Naciones Unidas.
El motivo del encuentro es el único Tratado trasnacional que busca alcanzar, algún día, desarmar en términos nucleares a todo el mundo. Es tan particular y relevante el trabajo que realiza porque hay 5 potencias portadoras de armas nucleares que son miembros: Estados Unidos, Rusia, China, Francia y Reino Unido que integran este grupo y se comprometen al mismo objetivo mencionado anteriormente.
Zlauvinen destaca, de todas formas, que "no firmaron Pakistán, Irán e Israel. Corea del Norte, por su lado, firmó y ratificó pero luego se retiró".
Entre los Estados parte, "se está exigiendo que empiecen a cumplir, pero lo de Ucrania hace todo más difícil. De hecho, hay frustración por parte de la mayoría de los Estados por la falta de progreso" explica el santafesino. También es importante resaltar que el mismo Tratado busca que los Estados que no tienen armamento nuclear, sigan en esa condición.
En paralelo se busca, con Estados locales como impulsores, una zona libre de armas nucleares en medio oriente. Pero - según detalla el propio funcionario - esto no avanza, justamente, por la negativa de Israel de comprometerse en esa línea. También hay incomodidad por la situación de Irán, que asegura que produce tecnología nuclear - supuestamente - con fines pacíficos. Todos temas a debatir en los próximos días en esa importante cumbre.
En la agenda también está Corea del Norte. Se retiró del Tratado, pero no habría cumplido las exigencias para hacerlo, por lo que hay demandas en esa línea. Del mismo modo, la promoción de uso pacífico será motivo de discusión porque algunos países acusan a otros de no compartir sus investigaciones o desarrollos en la materia, simplemente por diferencias políticas o ideológicas, como los casos de Cuba y Venezuela.
Gustavo Zlauvinen, uno de los embajadores más respetados en la diplomacia nacional y mundial por su extensa trayectoria iniciada desde muy joven y con alto impacto, especialmente, en materia nuclear, asegura que "en estas cuatro semanas se buscará generar un documento que aborde todos estos temas, pero demanda el consenso de todos los miembros y no es fácil. De hecho, en las anteriores oportunidades casi nunca hubo un texto unificado firmado con el consenso absoluto".
En ese marco, el argentino menciona la existencia de muchas críticas a Rusia en la mesa internacional que preside. Particularmente porque "Rusia atacó objetivos civiles con material nuclear y eso es gravísimo" por el potencial peligro que conlleva.
En términos de vínculos, para Zlauvinen el "entorno geopolítico mundial es cada vez más dinámico, donde los roles de los países van mutando de cara al resto del planeta". Aquí cita como ejemplo la visita de una comitiva estadounidense a Taiwán y la reacción amenazante de China, lo que también tendrá la atención de los participantes del encuentro que ya comenzó en un contexto internacional que lo hace tenso.
Entrelazando nuevas alianzas (o el fortalecimiento de algunas) el representante argentino recuerda que "Estados Unidos e Inglaterra transfieren tecnología para generar submarinos con propulsión nuclear, lo cual no está prohibido pero tampoco autorizado. Esto obviamente ya generó el reclamo chino y se espera una decisión al respecto, si bien Australia afirma que no usará esa tecnología con fines armamentísticos, sino sólo para abaratar costos de transportes". Este caso sirve de claro modelo del movimiento existente en la balanza de poderes y en las discusiones que se suman al Tratado, incluso más allá de las postergadas anteriormente.
Es en esa "lucha de poderes", donde se ve que los países más "pequeños" o fuera de línea, reclaman a los más "grandes" que no cumplen con ciertos pactos, especialmente con los de no proliferación.
En medio de esa vorágine de realpolitik, Gustavo Zlauvinen asegura tratar de "generar acuerdos entre las partes, lo que es un gran desafío pero estamos haciendo lo mejor para dejar bien representadas las credenciales del país" y agrega que aquí se encuentra un ejemplo de "politica de Estado: de ser pacificos en términos nucleares". En esa premisa destaca también la labor del titular del Organismo Internacional de Energía Atómica, el también argentino Rafael Grossi. (El Litoral)