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Un cumpleaños raro

No fue una semana más para el “mundo Atlético”. Sumado a las grandes complicaciones para el armado del plantel profesional de fútbol, en las últimas horas se oficializó la renuncia de Silvio Fontanini como vicepresidente, a pocas horas de un nuevo aniversario “Celeste”.
Es de público conocimiento que la decisión fue tomada debido a un conflicto de intereses, entre el mismo Fontanini y el presidente Diego Kurganoff, incluso apareciendo en el medio el sobrino de Silvio, Fabricio -ex jugador de Atlético y ahora representante-.
La “Crema” cumplió 117 años de vida ayer sábado y en la noche de este viernes, en el autódromo “Ciudad de Rafaela”, se desarrolló la previa y los festejos, con cientos de almas “cremosas” ubicadas en tablones postrados en la calle de boxes del autódromo de nuestra ciudad. La fiesta comenzó con música, alegría y algo de distracción, de la mano de los conductores, Alejandro Castro y “Tati” Falconi.
Todos los ojos estaban puestos en el presidente, que lejos de incomodarse por el contexto, conversaba con cada hincha que se le cruzaba y colaboraba con el armado de las mesas. CASTELLANOS, estuvo presente en el evento y tuvo la posibilidad de charlar con Kurganoff, que no le escapó a las declaraciones y cuando fue consultado por la salida de Fontanini, expresó “Atlético está por encima de cualquier nombre. Siempre hay que preservar la institución. Lo que sucedió, ya está terminado. Atlético no te da respiro un segundo y hay que seguir mirando para adelante". Si bien la declaración es acertada y la intención correcta, era inevitable notar como cada conversación terminaba en lo mismo. El tema, recorría todas las mesas del recinto.
A las 21:40 se presentó la excelente pieza audiovisual “La Carrera y La Tercera”, realizada por Mario Liotta, que grafica la presencia de la Copa del Mundo en la última carrera del Turismo Carretera en nuestra ciudad. Al finalizar el video, se rompió la intriga y apareció el ex vicepresidente del club, acompañado del dirigente Alejandro Zeballos. El reloj marcaba las 21:56, cuando todas las miradas voltearon hacía la entrada, mientras Silvio comenzaba a zambullirse entre la gente, dubitativo a la hora de decidir donde ubicarse. Se buscó una silla, se la llevó y se sentó en una esquina alejada, junto a otros dos directivos. Allí se quedó toda la noche, conversando y bebiendo mucha agua. A su vez, un inquieto Kurganoff, seguía colaborando y dando vueltas. A pesar de esos movimientos, los protagonistas de esta historia nunca se cruzaron, no hubo charla y mucho menos saludo, como si hubiese estado pactado. Ninguno se salió del libreto ¿Vieron como cuando en la fiesta está tu ex y haces todo lo posible para no cruzarse? Bueno, así.
A pesar de esa percepción, todo continúo por las vías normales de una celebración. El que quería comer o tomar algo se acercaba a la cantina, mientras comenzaban los reconocimientos, la presentación de una nueva maqueta del proyecto del nuevo estadio y los sorteos. Recién a las 23:40 los hinchas comenzaron a cantar y a saltar, mientras Diego solo aplaudía y Silvio seguía charlando. Cerca de las 00:00, comenzó la cuenta regresiva en la pantalla del escenario y cuando el reloj quedó en blanco, los fuegos artificiales decoraron el cielo, mientras la gente le daba ritmo a la noche. Llegó el momento de la música en vivo, algunos valientes se animaron a bailar frente al escenario, colaborando como distracción para que Fontanini se retire de la misma manera en la que llegó, exactamente a la 01:00.
El evento tuvo varios detalles interesantes y el interés de la fiesta prácticamente pasó por otro lado, luego de una semana con chisporroteos. ¿Hay enojo? No mucho ¿Están peleados? Para nada…al menos eso es lo que manifiestan públicamente. No hubo tensión, no hubo cruces, ni momentos incomodos. Pero la noche, estuvo rara.

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