La agencia a cargo de controlar los espectáculos deportivos en la provincia de Buenos Aires (Aprevide) falló en contra de Quilmes de cara al próximo partido de local que disputará, tras los incidentes en Mendoza.
Quilmes jugará su próximo partido como local solamente con la presencia de socios por disposición de la Agencia de Prevención contra la Violencia en el Deporte (Aprevide) tras los incidentes protagonizados el miércoles a la noche por sus hinchas durante el partido con Boca Juniors en Mendoza por la Copa Argentina.
La medida aplica para el último partido de la temporada de la Primera Nacional ante Deportivo Maipú de Mendoza, que todavía no tiene fecha de programación.
Un grupo de hinchas del "Cervecero" provocó serios disturbios en una de las cabeceras del estadio Malvinas Argentinas de la ciudad cuyana cuando atacó con proyectiles a los plateístas de Boca y se enfrentó luego con la policía.
"Ya me comuniqué con las autoridades de seguridad de la Provincia de Mendoza para que nos pasen todas las imágenes. Vamos a ir a fondo con los violentos que sembraron el caos anoche. Los vamos a identificar y les caerá todo el peso de la ley", avisó el titular de Aprevide, Eduardo Aparicio.
El organismo de seguridad bonaerense comunicó que el presidente de Quilmes, Mateo Magadán, manifestó su preocupación sobre el trato recibido por los hinchas de Quilmes, que fueron retenidos durante 7 horas por la policía mendocina y autorizados a ingresar cuando el partido ya había empezado.
Los incidentes en el partido en Mendoza
El encuentro entre Boca y Quilmes estuvo suspendido durante 17 minutos cuando después del segundo gol de los "cerveceros" -convertido por Mariano Pavone a los 19 minutos del segundo tiempo- los hinchas de este equipo les arrojaron proyectiles a los simpatizantes "xeneizes2 que estaban ubicados en uno de los sectores de la platea.
Debido a este hecho, el árbitro Ariel Penel llamó a ambos capitanes, Guillermo Fernández y Pavone, y decidió suspender el partido durante 17 minutos.
Todo comenzó cuando los hinchas "cerveceros" se acercaron al límite que une la habitual popular local y la platea donde estaban los boquenses, y les lanzaron piedras y botellas.
Luego forzaron una de las puertas y trataron de subir a la platea ante la intervención policial, que lanzó agua para frenar a los revoltosos.
De estos incidentes quedó como resultado que el jefe de seguridad de Quilmes, Pablo Otero, fue herido en la cabeza con un corte sangrante.