Israel continúa intensificando sus ataques contra Hamas este sábado y se enfoca sobre el sur de Gaza para esta nueva fase de la guerra que comenzó con renovada fuerza tras el fin de una tregua de una semana, cuyo reinicio aparece cada vez más lejano, después de que el gobierno de Benjamin Netanyahu retirara a sus representantes de las negociaciones en Qatar.
Por lo menos 200 palestinos murieron desde que se reanudaron los combates el viernes por la mañana, lo que se suma a los más de 15.000 muertos desde que comenzó la guerra, de acuerdo con el Ministerio de Salud de Gaza, controlada por Hamas, incluso después de que Estados Unidos pidió a su aliado Israel hacer todo lo posible para proteger a los civiles.
“Esto va a ser muy importante a partir de ahora”, comentó el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, el viernes luego de sostener reuniones con ministros de exteriores árabes en Dubái, en el cierre de su tercera gira por Oriente Medio desde que empezó la guerra. “Va a ser algo que vamos observar muy de cerca”.
El ejército israelí declaró que en las últimas 24 horas los ataques combinados de sus fuerzas terrestres, aéreas y navales alcanzaron 400 objetivos de los terroristas y matado a un número indeterminado de combatientes de Hamas.
Mientras tanto, Israel informó este sábado haber retirado a sus negociadores de Qatar, uno de los mediadores en los esfuerzos para asegurar una nueva tregua, tras un estancamiento de las conversaciones. “Después de un bloqueo en las negociaciones y por instrucción del primer ministro Benjamin Netanyahu, David Barnea, jefe del Mosad, ordenó a su equipo en Doha que regresara a Israel”, declaró la oficina del jefe del gobierno israelí en un comunicado.
“La organización terrorista Hamas no cumplió su parte del acuerdo, que incluía la liberación de todos los niños y mujeres según una lista entregada a Hamas y aprobada por este”, agregó en el texto.
Los dos bandos se culparon mutuamente del fracaso de la tregua de siete días, durante la cual Hamas liberó a más de cien rehenes a cambio de más de 200 presos palestinos retenidos en cárceles israelíes.
Naciones Unidas declaró que los combates agravarían una situación de extrema emergencia humanitaria. “El infierno en la Tierra ha vuelto a Gaza”, dijo Jens Laerke, portavoz de la oficina humanitaria de la ONU en Ginebra.
Los primeros camiones de ayuda desde el fin de la tregua entraron el sábado por el lado egipcio del paso fronterizo de Rafah, según informaron a Reuters fuentes de seguridad egipcias y de la Media Luna Roja.
El conflicto estalló el 7 de octubre, cuando militantes de Hamas cruzaron al sur de Israel y mataron a 1200 personas, en su mayoría civiles, y secuestraron a más de 200 rehenes que estuvieron cautivos en Gaza.
Bombardeos
Israel respondió con una feroz campaña de bombardeos y una ofensiva terrestre que ha destruido amplias zonas de Gaza y desplazado a cientos de miles de personas en lo que se ha convertido en el episodio más sangriento del conflicto palestino-israelí.
Muchos de los ataques israelíes del sábado fueron perpetrados en la zona de Khan Yunis, en el sur de la Franja de Gaza, donde las fuerzas militares dijeron que habían impactado más de 50 objetivos de Hamas con ataques aéreos, disparos de tanques y su armada.
Las fuerzas militares lanzaron panfletos en la víspera para advertir a los residentes que abandonaran la zona pero, hasta última hora del viernes, no se había informado de la salida de un gran número de personas, según Naciones Unidas.
“No hay ningún lugar adonde ir”, se lamentó Emad Hajar, que huyó con su esposa y sus tres hijos de la ciudad septentrional de Beit Lahia hace un mes para buscar refugio en Jan Yunis. “Nos expulsaron del norte y ahora nos están diciendo que abandonemos el sur”.
El viernes hubo intensos bombardeos en Jan Yunis y Rafah, en el sur, según médicos y testigos. Los gazatíes desplazados se han refugiado allí debido a los combates en el densamente poblado norte del enclave, pero los residentes dijeron que temían que Israel estuviera preparando el avance de tropas terrestres sobre el sur.
Alrededor de 2 millones de personas, casi toda la población de Gaza, están hacinados en el sur del territorio, donde Israel pidió a la gente que se reubicara al inicio de la guerra y desde entonces ha prometido ampliar su asalto terrestre. Al no poder ir al norte de Gaza ni al vecino Egipto, su única escapatoria es desplazarse dentro de la zona de 220 kilómetros cuadrados.
En respuesta a los llamamientos de Estados Unidos para proteger a los civiles, el ejército israelí publicó un mapa en internet, pero sólo ha creado más confusión.
El mapa divide la Franja de Gaza en cientos de parcelas numeradas y dibujadas al azar, en ocasiones a través de caminos o bloques, y le pide a los residentes que se aprendan el número de su ubicación en caso de una eventual evacuación.
“La publicación no especifica adónde debe evacuar la gente”, señaló la oficina de la ONU para coordinar cuestiones humanitarias en el territorio palestino en su reporte diario. “No está claro cómo aquellos que residen en Gaza accederán al mapa sin electricidad y en medio de los frecuentes cortes a las telecomunicaciones”.
Egipto ha expresado inquietudes en torno a que la nueva ofensiva podría provocar que los palestinos intenten cruzar hacia su territorio. En un comunicado emitido el viernes, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Egipto dijo que el traslado forzoso de palestinos “es una línea roja”.
Agencias Reuters, AP y AFP