Es la docuserie de tres episodios dirigida por Peter Jackson a partir de material inédito y restaurado sobre la mejor banda de la historia.
La nueva producción sumerge al público en las sesiones íntimas de la grabación de la banda durante un momento crucial de la historia de la música. El documental muestra el cariño, la camaradería y el genio creativo que definieron el legado del icónico cuarteto, recopilado a partir de más de 60 horas de imágenes inéditas filmadas en enero de 1969, por Michael Lindsay-Hogg, y más de 150 horas inéditas de audio, todo cuidadosamente restaurado. Jackson es la única persona que, en 50 años, ha tenido acceso a estos archivos privados de vídeo.
‘The Beatles: Get Back’ es la historia de John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr mientras planean su primer concierto en directo en más de dos años, capturando cómo se escriben y ensayan 14 nuevas canciones, pensadas originalmente para su lanzamiento en un álbum en directo a modo de acompañamiento. El documental presenta, por primera vez y en su totalidad, la última aparición en directo de The Beatles como grupo. Se trata del inolvidable concierto en la azotea de Savile Row en Londres, así como otras canciones y composiciones clásicas que aparecen en Abbey Road y Let It Be, los dos últimos álbumes de la banda.
The Beatles: Get Back es una nueva y emocionante colaboración entre The Beatles y Jackson, que presenta The Walt Disney Studios en asociación con Apple Corps Ltd. y WingNut Films Productions Ltd.; dirigida por Peter Jackson, producida por Clare Olssen (‘Ellos no envejecerán’) y Jonathan Clyde (‘Eight Days a Week’), con Ken Kamins (trilogía ‘El Hobbit’) y Jeff Jones de Apple Corps (‘Eight Days a Week’) como productores ejecutivos. Jabez Olssen (‘Rogue One: Una historia de Star Wars’) es el montador del documental y Giles Martin (‘Rocketman’) y Sam Okell (‘Yesterday’) se han ocupado de las mezclas de la música.
Disney+ estrena ‘The Beatles: Get Back’ el jueves 25 de noviembre y estrenará los nuevos capítulos en los siguientes días, 26 y 27.
Sensación mundial
Estaba en Londres, hablando con dos ejecutivos de Apple Corps que lo habían citado para pedirle consejo técnico para una muestra itinerante que finalmente no se hizo. "En medio de la reunión me di cuenta de que era mi oportunidad para hacerles una pregunta que había estado dentro de mí durante los últimos 30 años: ¿Qué pasó con las sobras del film Let it Be? Me contaron que las tenían ellos, que estaban pensando en usarlas para armar un documental. Entonces levanté la mano y les dije que si estaban buscando a alguien que lo hiciera, aquí estaba yo. Voluntario, me ofrecí a ser esa persona".
Así, accidentalmente, en medio de una conversación espontánea y sencilla, Peter Jackson se ganó el privilegio de ser la única persona en 50 años en tener acceso a las 57 horas de película y 130 horas de audio inéditas registradas durante las sesiones del proyecto Get Back de los Beatles. Esto es: la composición, arreglos y ensayos de 14 temas nuevos durante 22 días de enero de 1969 –lo que finalmente sería Let it Be, disco y película– para ser presentados en un gran recital en vivo –luego reemplazado por el memorable concierto en la azotea–, todo esto filmado continuamente por dos cámaras bajo las órdenes del director de cine y guionista Michael Lindsay-Hogg.
Ansioso, pero no muy optimista –imposible saber qué iría a encontrar, estreno y lanzamiento se produjeron en mayo de 1970, cuando la banda ya había naufragado–, voló de regreso a Nueva Zelanda llevando en su iPad buena parte de ese material virgen. Dos días más tarde llamaba a Londres convencido: "Sí, definitivamente quiero hacerlo". Había descubierto algo extraordinariamente revelador: ajeno al ambiente irascible, poco entusiasta y exageradamente controvertido que durante medio siglo se contó en Let it Be como única versión del final cantado de un grupo de cuatro tipos que no se soportaban más, esas decenas de horas de metraje mostraban a Paul, John, George y Ringo todavía indiferentes a una separación, sumando voluntades en pleno proceso artístico, bromeando incluso con Yoko Ono y concentrándose en mejorar letras y acordes en equipo.
El desmedido señor Jackson de El Señor de los Anillos, de King Kong y El Hobbit, también el del cine gore de los vómitos, las mutilaciones sangrientas y los sesos volando por los aires, puso manos a la obra y se sentó a seleccionar, restaurar y editar. Cuatro años después, el resultado es Get Back, un documental de tres episodios y más de 6 horas de duración que esta semana, entre el 25 y el 27 de noviembre, se podrá ver por la plataforma Disney+, y que por su carácter intimista y por la luz que arroja sobre la creatividad instintiva de los Beatles y sobre sus intensos lazos personales, pretende tocar la fibra a fanáticos de la banda, seguidores de Peter Jackson y curiosos varios.
A días del estreno mundial, desde su casa en Wellington, habla el director.
-Tomaste el material del proyecto Get Back de Lindsay-Hogg y lo reiniciaste de cero, ¿cómo no dejarse influenciar por lo que se vio en Let it Be y por el mítico final de Los Beatles?
–Let it Be, la película original, no me influenció en absoluto, porque yo empecé el proyecto con todas las tomas que habían sido filmadas pero descartadas. Así que eso es lo que miré y con lo que me senté a trabajar. Mi película no tiene nada que ver, no es una remake ni una reedición. En realidad, es un documental sobre el making off de Let it Be, sobre cómo se hizo y en qué circunstancias.
-¿Fue una decisión arriesgada, incluso abierta a críticas, la de contar una historia completamente diferente a la que se dio a conocer en 1970?
-No, cuando vi las 57 horas de descartes, vi que había un material inédito extraordinario ahí. Es una filmación histórica, es la historia del rock and roll. Era increíble poder tener la oportunidad de usarlo, y no le iba a decir que no.
-Pero Apple te lo dio y lo llevaste a casa creyendo que encontrarías solo peleas y drama…
-Sí. Pero si en las filmaciones hubieran aparecido solo discusiones, un montón de momentos horribles y un grupo deshaciéndose –cosa que podía haber sucedido, nadie había visto esto en medio siglo– no la hubiera hecho. No quería hacer otra película sobre la ruptura de los Beatles. Lo que yo encontré era muy divertido y muy disfrutable. Por eso me dedico a ésto, me gusta hacer cosas que tengan humor, que sean entretenidas.
-¿Qué es lo que más va a sorprender de Get Back?
-Depende de las expectativas, o de los conocimientos que cada uno tenga sobre la banda. A todos los que vieron el adelanto les sorprendieron cosas distintas. Creo que va a sorprender mucho qué tan íntimas y personales son esas cintas. Get Back muestra a los Beatles como seres humanos. Durante ese mes de 1969 accedieron a que se los filme de una forma en la que a ninguna otra banda se la filmó antes. No se trata de una actuación para la cámara, como hicieron en A Hard Day’s Night, o en Help. Este documental es una indiscutible fly in the wall, una mosca en la pared –filmado sin posar, mientras sus protagonistas actúan normalmente– te permite descubrir a estos cuatro tipos de un modo muy genuino.
-¿El material que recibiste estaba desorganizado, sobras de celuloide todas mezcladas?
-Más o menos. El problema es que la película estaba hecha en 16 mm y el sonido había sido grabado de forma separada. Había que juntarlos. Fue difícil porque no había sincronización, ni siquiera había habido claqueta, tuvimos que hacer todo leyendo los labios. Apple hizo más o menos tres cuartas partes de ese trabajo antes de darme el material y nosotros terminamos el resto. Pasamos casi un año poniendo en orden las secuencias y obteniendo los cortes de sonido finales.
-¿Por qué un documental de seis horas de duración y no de dos, o de 18?
-El material original fue filmado con cámaras que fueron registrando todo durante esos 22 días seguidos de enero de 1969. Decidimos estructurarlo de forma tal que contáramos la historia un día a la vez. Teníamos día uno, día dos, día tres… y así fuimos avanzando. En nuestra película cada uno de esos días dura unos 20 o 25 minutos que obtuvimos de cuatro o cinco horas de la cinta original. Teníamos que hacerlo de manera tal que se preservara la precisión, proceder a la descripción exacta de lo que fue ese día y entonces ahí pasar al siguiente. No fue difícil, pero cortamos hasta donde pudimos y paramos antes de hacerle daño al documental. Era muy consciente de que aquello que no iba a usar quedaría en una bóveda, sin verse, durante otros 50 años. Así que lo terminé con todo lo que yo mismo querría ver.
-¿La llegada de la pandemia y el encierro te permitieron hacer algo más ambicioso que lo que te habías propuesto al principio?
-Quería que el documental fuera muy sencillo, porque las filmaciones son un registro tan asombroso de los Beatles en su proceso de creación que no quise agregarle complicaciones adicionales. Ellos cuentan su propia historia, no hay interacciones, nadie hace voice-over, no insertamos entrevistas. Es literalmente aquella vieja filmación. Se los ve a los chicos hablando de cómo montar un show, resolviendo situaciones que van surgiendo, componiendo juntos. Puedes vivirlo con ellos de la forma en la que le pasó a ellos. No había necesidad de hacerlo más complejo.
-Salvo aquella mítica discusión entre Paul y George Harrison, cuando éste abandonó el grupo para regresar con la condición de que Billy Preston se sumara a las sesiones en teclado, ¿por qué no usaste nada de Let it Be? Lo que mostró en su película Michael Lindsay Hogg también sucedió…
-Utilizamos algunos otros fragmentos, algunas pequeñas cosas que Michael había incluido y que nosotros debíamos sumar para contar nuestra historia. Pero tratamos de evitar Let it Be tanto como nos fuera posible, porque Let it Be es una película que existe por sí misma y no queríamos que la nuestra redundara, queríamos que fueran dos filmes separados. Ocasionalmente incluimos algunos minutos de filmación que están también allí porque no había otra alternativa, pero son sólo unos minutos dispersos por aquí y por allá.
-¿Conociste personalmente a Michael Lindsay-Hogg? ¿Te dio su apoyo?
-Sí, llegué a conocerlo bien, estuve en su casa, cené con él, fue una gran ayuda. Yo constantemente le mandaba mails haciéndole consultas, ¿por qué hiciste tal cosa, en qué contexto sucedió ésto, grabaste esto otro? Trataba de encontrar la mayor cantidad de información porque, como te decía hace un momento, nuestra película es sobre él haciendo su película. Él mismo es uno de los personajes de este documental, fue filmado dirigiendo, hablando con los Beatles, está en muchas tomas. No se lo ve en su propia película, pero se lo ve en la mía.