Esteban Soldano

Solo uno e irrepetible

El Lamborghini Egoísta diseñado por Walter da Silva, se construyó exclusivamente en el 2013.

Construido especialmente para conmemorar el 50 aniversario de la marca iniciada en 1963, el Egoísta fue solo un ejemplar, nunca estuvo pensado en su producción y terminados los festejos fue directamente al Museo Lamborghini ubicado en Sant'Agata Bolognese donde se exhibe actualmente.

En, italiano, portugués, polaco, checo, rumano, serbio, francés y por supuesto español, Egoísta significa literalmente "egoísta". Según el diseñador del modelo, el italiano Walter de Silva, el Egoísta "representa el hedonismo(búsqueda de placer como fin y fundamento de la vida) llevado al extremo".
El motivo de existencia de este coche fue la celebración del 50 aniversario de Lamborghini, una fecha que se cumplió precisamente en el año 2013. Dicha presentación fue acompañada por una serie de actos conmemorativos que tuvieron como protagonista, en alguna ocasión, al Egoísta. Pero después de esto, el coche fue a parar al museo de la marca y nunca más se ha vuelto a saber nada sobre él.
Seguramente habrá quien se haya olvidado totalmente de este modelo, y eso que no es un coche especialmente “viejo”; ni siquiera llega a la categoría de “youngtimer” (joven) pues fue presentado en el año 2013. Es uno de esas modelos que tuvieron una fuerte repercusión en su momento, pero que luego dejó de ser interesante, no es porque nada más exista una unidad, hay autos de los cuales únicamente existe una unidad y de vez en cuando aparecen en redes sociales, en conversaciones e incluso en reportajes.
El tiempo pasa volando y hay cosas que se acaban olvidando, aunque se hicieron para ser recordadas, como este Lamborghini Egoísta no precisamente por haber aparecido en un momento poco propicio o porque todo lo que vino después fue mejor sino tal vez porque solo fue diseñado y construido para un festejo, para una imagen de marca y no para esa búsqueda del placer de la conducción. El Egoísta dio para mucho, pero estuvo dentro de un proyecto de marketing exclusivamente, como una imagen, un dibujo llevado a un producto escultórico de lo que la empresa era capaz de lograr construyendo un automóvil que no es, ni mucho menos, convencional y del que solo existe una unidad.

El Egoísta fue construir un automóvil que explotara las características típicas de un Lamborghini hasta el extremo y ese extremo fue la adopción de una configuración monoplaza, que maximizara el “absoluto placer de conducir”.

Un prototipo sin intención de llegar a producción
Lamborghini es un fabricante que, se caracteriza por unos diseños especialmente agresivos y afilados, inspirados todos ellos en las formas del Lamborghini Countach. El Countach fue tan impactante y tan fuera de lo común, que ha marcado el devenir del diseño de la marca para toda su historia. Incluso el Lamborghini Urus, el “Super SUV” de la marca, inspira sus formas en el Countach. Y como todos los coches de la firma de Sant’Agata son muy personales y reconocibles, había que hacer algo especial para celebrar el 50 aniversario, así que se les ocurrió llevar al extremo la idea que se tiene de un coche con el toro en el frontal.
El Lamborghini Egoísta fue un prototipo, “show car” que no tenía ningún futuro como de producción, nunca pasaría a ser fabricado ni siquiera en una pequeña serie y, por tanto, se tenía una enorme libertad a la hora de diseñarlo.
La idea del equipo dirigido por Walter da Silva, fue construir un automóvil que explotara las características típicas de un Lamborghini hasta el extremo y ese extremo fue la adopción de una configuración monoplaza, que maximizara el “absoluto placer de conducir”.
Para el trabajo exterior se hizo responsable a Alessandro Dambrosio y para el interior a Stefan Sielaff. Ambos, según se contó en su momento, tomaron su inspiración del mundo de la aviación y del helicóptero Apache. Una condición que marcó claramente las formas del coche y sobre todo, una de las cosas que más sorprendió allá por el 2013. Como si fuera un avión, la cúpula es abatible para entrar al exiguo interior, de tono anaranjado son antideslumbramiento, la cual, se retira hacia delante como si fuera la carlinga de un avión de combate y deja acceso al interior. Se debe quitar el volante para entrar y salir del vehículo como un con automóvil de Fórmula Uno.
Una vez dentro también se aprecia la inspiración aeronáutica en la forma del asiento, en la forma del volante y hasta en los tapizados o la instrumentación. Para salir, el conductor tiene que extraer el volante y accionar un elevador que levanta el asiento y lo hace girar 180 grados saltando sobre la carrocería.
Chasis de fibra de carbono y materiales para no ser detectado por radares
La carrocería, que tantas críticas recibió duran por sus tres puntas y su forma de segadora de trigo, está inspirada según De Silva en la forma de la cabeza de un toro agachado y listo para embestir, para lo que hay que hacer un curso para darse cuenta porque lo que uno ve es una nave de Star Wars.
Al contrario de lo que ocurre en ciertas ocasiones, el Lamborghini Egoísta no es una maqueta, se fabricó como un coche totalmente funcional, aunque nunca se llegó a decir cuál de los modelos de la marca se tomó como base. Solo se llegó a comentar que el chasis era un monocasco fabricado con fibra de carbono, sobre el que descansaba una carrocería que se había construido mediante paneles de un material que evita ser detectado por los radares. Evidentemente, eso no es del todo cierto, en realidad, empleaba un material similar al que usan los cazas “invisibles” como el Northrop Grumman B-2 Spirit o el Chengdu J-20). Hablamos de un material especialmente costoso. Pero a la vista queda claro que esa forma de avión caza de combate con un exterior lleno de planos y líneas rectas y angulosas tienen un look aviación como para escapar de los radares con un aspecto brutal de nave donde las ruedas parecen sobrar. Quizás para el centésimo aniversario esta sea la configuración de los autos, lógicamente ya aerodeslizables, donde con una pasada de plumero la marca lo muestre una vez más con cincuenta años adelantado.
La carrocería consta de paneles aerodinámicos activos que suben y bajan para lograr una carga aerodinámica y una estabilidad óptimas. El morro del Lamborghini Egoísta ha sido diseñado para generar carga aerodinámica. Los faros que se aprecian en las puntas de los salientes laterales son unas luces de posición de LED que permiten ver al coche desde prácticametne cualquier ángulo. Son dos blancas delante y dos rojas atrás, con una luz parpadeante roja en la zona superior trasera, una luz roja en el lado izquierdo del techo, una verde en el lado derecho y dos luces naranjas laterales a modo de intermitentes.
Los faros reales están ocultos en las tomas de aire delanteras, entre los salientes del frontal. Son de xenón. En la carrocería hay zonas delimitadas en las que no se puede caminar, como las que se ven en las alas de los aviones de pasajeros. Además, hay otros detalles, como la inscripción bajo la boca del depósito con "Jet fuel only" (solo combustible de reactor) y la zona para entrar y salir marcada con un "Step here" (pise aquí). En el interior lleva un asiento de competición con cinturón de seguridad de cuatro puntos. Otro de los detalles que invoca a la industria aeronáutica es que sobre el panel de instrumentos lleva un HUD, o Head Up Display, un sistema que proyecta en un panel de cristal octogonal la información del coche en la línea de visión del conductor.
Para darle vida, Lamborghini empleó un motor V10 de 5.2 litros atmosférico con 600 CV. No había más información al respecto, aunque es fácil intuir que se trata de un propulsor derivado del empleado por el Lamborghini Gallardo, el antecesor del actual Lamborghini Huracán y que se fabricaba por entonces siendo un éxito de ventas (se convirtió en el Lamborghini más vendido de la historia de la marca en aquella época). Hoy para verlo, hay que viajar al museo de la marca en Italia, o bien, realizar una visita virtual a través de Internet. Lamborghini es de una de las marcas que se molestaron en ofrecer visitas virtuales a sus museos, algo que funcionó especialmente bien durante la parte más dura de la pandemia en 2020 y hoy está instalado en la sociedad moderna.

FOTO 1: El Lamborghini Egoísta diseñado por Walter da Silva, se construyó exclusivamente en el 2013 para el Cincuenta Aniversario de la casa italiana fundada por Ferruccio Lamborghini.

Autor: Esteban Soldano|
LAMBORGHINI EGOÍSTA automovilismo

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