Locales

"Sólo el amor vence la muerte y da fuerza para construir la paz"

Un gran número de rafaelinos participaron del tradicional Vía Crucis.
Crédito: N. Gramaglia

Anoche se realizó el Vía Crucis de la ciudad alrededor de la Plaza "25 de Mayo", participando una multitud de personas para rezar y meditar las 14 estaciones sobre la pasión y muerte de Jesús, el que fue animado por oraciones, meditaciones y canciones alusivas.
Al término del recorrido, el obispo diocesano Pedro Torres reflexionó en el atrio de la Catedral San Rafael: "Nos hace bien caminar juntos -es lo que significa la palabra sinodalidad- junto a Jesús, a nuestros sacerdotes -de las distintas parroquias, a quienes invitó a pasar al frente, al igual que a las religiosas de Don Orione-".
Y agregó: "Si Juan y María pudieron estar al pie de la cruz era porque sabían del amor de Dios y creyeron en él. Hemos buscado la felicidad y hemos fracasado muchas veces, y Jesús nos dice en esta cuaresma y en esta Pascua 'si conocieras el don de Dios y quien te dice dame de beber, tú le pedirías' y te daría una fuente que salta hasta la vida eterna; esa fuente es el bautismo, que no es un momento de la vida sino una fuente que nos devuelve la vista".
En otro momento de su alocución, dijo que "estamos invitados a ver que sólo el amor vence la muerte y da fuerza para construir la paz, la verdad, la justicia, una humanidad nueva. Hemos conocido el amor de Dios y lo hemos palpado en la ternura de María. ¿Qué sentiría María cuando recibió el cuerpo de Jesús, que era fruto de sus entrañas y de su amor? Si Jesús con 12 pescadores y hombres simples cambió la historia, nosotros podemos cambiar la historia si somos coherentes, fieles y testigos de la ternura del amor de Dios, que no se cansa de perdonar y de invitar a que comencemos de nuevo".
En este Viernes Santo también se vivió la celebración de la pasión del Señor en la que Jesús dio su vida por amor, muriendo en la cruz por los pecados de la humanidad. "Quien sabe de la cruz lo sabe todo, quien no sabe de la cruz no sabe nada, así enseñaba san Juan de Ávila (sacerdote español, 1499-1569) en un tratado sobre la vida espiritual y la santidad de todos los bautizados. Santo Tomás de Aquino (sacerdote italiano, 1225-1274) decía que en la cruz se encuentra el resumen de todas las virtudes. Allí nos amó hasta el fin, de su costado abierto brotó sangre y agua; el evangelio que hoy hemos anunciado (Jn 18, 1-19, 42) es inagotable", remarcó Torres en el templo mayor de la Diócesis, celebración concelebrada con el párroco Alejandro Mugna.
"Este es el misterio de la Pascua -continuó- que completado con el anuncio de la resurrección porque la muerte ha sido vencida, no tiene la última palabra, es lo que celebramos en cada eucaristía y cada domingo: el amor de Cristo, la vida nueva que nos da porque entregó su Espíritu".
En otra parte de su homilía, el obispo diocesano invitó de una manera especial a que "nos detengamos en el regalo que nos hace desde la cruz, en ese diálogo junto a su madre, la hermana de su madre María mujer de Cleofás y María Magdalena; al ver a la madre y cerca al discípulo a quien él amaba (Juan) Jesús dijo 'mujer ahí tienes a tu hijo'. Juan nos hace descubrir a María es la nueva Eva y a Jesús el nuevo Adán, de su costado abierto va a brotar la vida que nosotros tenemos y somos, la vida de la Iglesia, cuerpo místico de Jesús. María y Jesús dan vuelta la historia", para agregar que "María participa de la pasión de Jesús con el corazón traspasado; María y Jesús se hacen cargo de nuestro pecado".
Más adelante, Torres dijo que "sólo el amor sana, Jesús sana al mundo, es el único salvador, María participa de este misterio; sanemos la apatía. El Papa Francisco dice la tentación más grande de la Iglesia es la mediocridad o mundanidad espiritual, tenemos la tibieza en el corazón, la superficialidad, la acedia (tristeza, pereza). Este misterio de la cruz nos hace reencender el fuego, enciende Señor la llama de tu amor, ¿quién soy yo para Dios?".
Y fue más allá: "Necesitamos purificar nuestros corazones, nuestras familias, nuestra patria, tan enferma de convulsión, de impunidad, de apatía, y no basta protestar, hay que animarse a cambiar allí donde estoy yo, viviendo con responsabilidad mi trabajo, mis servicios, viviendo con honestidad hasta cuando voy a hacer las compras al kiosco".
El Jueves Santo
El obispo Torres presidió la misa del Jueves Santo en la Catedral, siendo concelebrada por el citado Mugna. En esta ceremonia se instituyó el sacerdocio, la eucaristía con la última cena y el mandamiento del amor con el lavatorio de los pies.
"Es asombroso porque el Señor nos ama, ha dado la vida por nosotros, nos ha purificado por el bautismo nos sigue lavando los pies. Casi al comienzo de la salvación fue Abraham en el Génesis (capítulo 18) el que recibió a tres huéspedes misteriosos peregrinos y el primer gesto que hizo fue lavarle los pies, pero ahora es el Dios con nosotros. En el Antiguo Testamento, el salmista se pregunta ¿con qué pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho?, cuánto más nosotros", destacó el obispo durante su homilía.
Y agregó: "¿A qué venimos a misa? Venimos a agradecer porque nos asombra el amor de Dios y el bien que nos ha hecho, mucho más que al salmista. El don de Jesús, el haber conocido que Dios es Padre, que como fruto de la Pascua se nos dona el Espíritu, desde la cruz nos ha dicho 'Ahí tienes a tu madre', la Virgen, nos ha dado de comer. Al comienzo de la Cuaresma nos decía no sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios".
Más adelante, Torres señaló que "Jesús es el maestro, nos ha enseñado y alimentado con su Palabra hecha carne, se nos da como alimento porque en la eucaristía es su cuerpo, su sangre, su alma y su divinidad. El Señor hasta nos ha dado de comer".
Sobre el Jueves Santo, dijo que "es una misa que comienza hoy y termina en la vigilia pascual, es decir no concluye; es además el día del sacerdocio, por eso comenzamos cantando el Salmo 109, es el día de la eucaristía al instituirla en la última cena y es el día del mandamiento de amor. Para entender esto con el asombro de la fe y la alegría de ser salvados, le podemos pedir ayuda a la Virgen, la ungida por el Espíritu Santo y la servidora del Señor. Cuando el servicio se hace por amor, engrandece; en cambio si se hace sólo por obligación, esclaviza y agobia".
En otra parte de sermón se refirió a la situación del país: "Tal vez, estamos preocupados por las grietas nacionales, que ciertamente son preocupantes, podemos olvidarnos que tenemos una grieta en el corazón; redimidos por Cristo seguimos muchas veces heridos por el pecado, tenemos herido el corazón y la familia, empobrecida muchas veces nuestra oración y nos hemos olvidado lo que dice el Génesis (capítulo 3) el pecado es una ruptura, es abandonar la casa del Padre, es romper con su proyecto; una ruptura con uno mismo, con el otro, con la creación y con Dios".
Finalmente, sostuvo que "estamos heridos por la cultura de la indiferencia y del egoísmo que puede invadir nuestras vidas; yo me salvo y los demás que se arreglen. No lo hago porque no tengo tiempo, es tal la velocidad de nuestro modo de vida que corremos sin saber por qué o por el miedo. El evangelio relata que en esos días los discípulos se encerraron por miedo. ¿Cuáles son las grietas que hay en mi corazón y en mi vida?".
Vigilia Pascual
Las celebraciones continuarán en la Catedral San Rafael con la siguiente programación:
*Sábado Santo: a las 20:00 hs la vigilia pascual.
*Domingo de Pascua: las misas serán a las 8:30, 11:00 y 20:00 hs.

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