Entre los diez puntos del Pacto de Mayo que el Gobierno pretende firmar con los mandatarios provinciales figura una reforma previsional “que le dé sustentabilidad al sistema, respete a quienes aportaron y permita, a quienes prefieran, suscribirse a un sistema privado de jubilación”. En el discurso de apertura de sesiones ordinarias en el Congreso, Javier Milei afirmó además que el sistema previsional está "quebrado" y aseguró que las moratorias jubilatorias son una "afrenta moral" para los aportantes.
La realidad es que al menos 7 de cada 10 personas en Argentina acceden a una jubilación a través de alguna moratoria. Sin embargo, eso no significa que no hayan aportado ni que el sistema esté quebrado. “Es una mentira que la gente se jubila gratis con una moratoria. Las primeras moratorias fueron para aquellos trabajadores autónomos que por algún motivo no podían aportar mensualmente. Con esa moratoria podían cancelar la deuda de autónomos”, explicó a PERFIL el abogado previsional y periodista especializado en adultos mayores Christian D'Alessandro.
“En 2005 se amplió la posibilidad a quienes no eran autónomos para que se pudieran afiliar de manera retroactiva y pagar esa deuda. En ese momento se le descontaba las cuotas durante un plazo de 60 meses máximo. La persona compraba deuda de autónomo, la pagaba en cuotas. Podemos discutir si esos valores eran muy baratos o no, pero la gente lo compraba y lo pagaba, lo que debía haber pagado mensualmente lo pagaban después, capital e interés”, agregó.
Lo importante a tener en cuenta, explicó, es que el sistema no se financia únicamente con aportes y contribuciones, sino también a través de impuestos. “Parte de los impuestos van a sostener las jubilaciones de todos. Quien se jubiló como ama de casa pagó esta moratoria y, además, con la comida que compra, también sostiene su jubilación y la jubilación de otros”.
Por eso, explicó, la mayoría de los jubilados aportan más de una vez. “Incluso aquellos que trabajaron y sus empleadores les robaron sus aportes –porque les descontaban y ese dinero no fue al sistema–, pagan su jubilación tres veces”, afirmó.
La versión actual de la moratoria, que dura hasta 2025, “es mucho más cara que la anterior en lo que refiere a la compra de aportes, no cualquiera puede acceder. Si yo hoy me quiero afiliar como monotributista pago un monto, si voy a comprar un mes por moratoria pago cuatro veces más”.
La moratoria y el alto grado de la informalidad laboral
Uno de los motivos principales por los cuales la gran mayoría de la población accede a la jubilación a través de una moratoria tiene que ver precisamente con el alto grado de informalidad del mercado laboral argentino.
Según el último informe del Ministerio de Capital Humano, publicado en febrero, la población con trabajo registrado alcanzó los 13,323 millones de personas en noviembre 2023. “En términos desestacionalizados y en relación con el mes anterior, presentó una variación de -0,7% (88,6 mil personas menos)”, detallaron.
Durante los últimos 20 años, y más allá de la caída y recomposición del empleo registrado en diferentes periodos, el acceso a un trabajo pleno de derechos nunca superó por mucho al 40% del total de la población activa. Según el Observatorio de la deuda social de la UCA, quienes accedieron a un empleo pleno de derechos no superaron al 45% del total de las personas con alguna ocupación en los últimos diez años y, de acuerdo con los últimos datos del Indec, el 35,8% de los que son asalariados no cuenta con descuento jubilatorio.
“El principal motivo por el cual mucha gente accede a la moratoria es porque sus empleadores, a lo largo de su historia laboral, no les hicieron los aportes. No es culpa del empleado demostrar que tiene esos aportes. Es culpa del empleador que debiera haber hecho los aportes mensuales. Por otro lado, hay una responsabilidad enorme del Estado que no hace las inspecciones oportunas”.
El Pacto de Mayo menciona la necesidad de una reforma laboral “que promueva el trabajo formal”. Si bien no hay especificaciones acerca de este punto, el mega DNU presentado por el Gobierno en diciembre incluía entre otras cosas la derogación de los artículos 8 al 16 de la ley 24.013 que regula el empleo, y en los que se estipulaba la obligación del pago de una indemnización a los empleadores que no registraran una relación laboral o que consignaran una fecha de ingreso posterior a la real en los recibos.
“Las moratorias fueron creadas en un contexto posterior a la crisis de 2001, provocada por la altísima desocupación de la década del 90. Por esa altísima desocupación tuvieron que darle un instrumento a las personas que habían trabajado toda la vida, pero tal vez no tenían la cantidad de aportes suficientes y habían llegado a la edad jubilatoria sin tener un beneficio”, explicó el especialista. “Durante el gobierno de Alberto Fernández se reeditó la moratoria que hoy está vigente”, agregó.
Las mujeres y las "jubilaciones de amas de casa"
Por otro lado, afirmó, “están las mal llamadas jubilaciones de amas de casa. El trabajo informal es una cosa, pero el trabajo del hogar es una tarea no remunerada. Muchas mujeres trabajaron toda la vida en la casa, y además de trabajar sufrieron violencia intrafamiliar de diferentes tipos. Es decir, no habían ido a trabajar fuera del hogar, pero sí tenían un patrón de la familia que en algunos casos podía ser más peligroso que cualquier otro empleador. Esas mujeres pudieron salir del ostracismo familiar y la violencia a través de las moratorias y con esa plata, que no es mucha, alquilarse una habitación y vivir por sí mismas”.
En total, 9 de cada 10 mujeres accedieron a la jubilación en Argentina por alguna moratoria. En el caso de los hombres, esta cifra se reduce a 7 de cada 10. El acceso a un empleo registrado sigue siendo desigual entre los géneros. Por poner un ejemplo, las mujeres representan el 99,3% de las personas ocupadas en casas particulares, un empleo que, según los datos oficiales, solamente cuenta con el 22% de registración.
Si el sistema priorizara a los que aportaron y dejara afuera a los que no tienen registro de esos aportes, aunque hayan trabajado toda su vida y pagado los impuestos, las jubilaciones alcanzarían a menos del 30% de las personas. “Además, la gran mayoría de quienes entraron en moratoria tienen entre 10 y 20 años de aportes”, explicó D'Alessandro.
“Hay quienes dicen que la moratoria no es la solución, y a lo mejor efectivamente no es la solución, pero es la solución para el país que tenemos, para el nivel de informalidad que tenemos, y ante un Estado que para los controles está ausente”.
Para el abogado, “Argentina está en condiciones de continuar con este sistema. El sistema podría pagar ampliamente las jubilaciones y dar moratorias si se aplicara bien el Fondo de Garantía de Sustentabilidad. La plata está”, concluyó. (Perfil)