Las incertidumbres sobre una devaluación que el gobierno niega (nadie levanta defensas si no teme un ataque) alienta los retardos relativos en liquidar exportaciones desde la cadena agroindustrial, que es la que alimenta las reservas del BCRA. Argentina propuso al FMI que para fines junio, la meta de piso de variación positiva de las reservas netas llegará a US$10.900 millones.
“Las autoridades ajustarán la política cambiaria con el tiempo para que sea más flexible y refleje mejor los fundamentos y salvaguarde una mejora adicional en la cobertura de reservas necesaria para respaldar una flexibilización de medidas de gestión de los flujos de capital”. Es lo que dice en uno de sus párrafos del extenso staff report del FMI sobre la Argentina.
Leído en el llano, el país debería -a criterio de los técnicos del FMI- levantar el cepo a fines de julio, unificar el dólar (incluyendo la eliminación para fin de este mes del blend 80/20 con el que liquida el campo sus exportaciones) y dejar flotar el tipo de cambio, que estaría 30% por debajo de su “equilibrio”.
Eso no va a suceder en lo inmediato, si de Javier Milei y su equipo depende. Igual que en la pregunta sobre el huevo y la gallina, el directorio que preside Kristalina Georgieva y el ministerio a cargo de Luis Caputo deben definir, de cara a un nuevo acuerdo, si primero se libera el tipo de cambio con una flotación controlada en sus márgenes, o si el Fondo hace un desembolso (se especulan unos US$ 15 mil millones) para garantizar que el dólar no se dispare si se libera, a fin de evitar “la calesita” de la inflación, tal como la define Ricardo Arriazu.
En su “Ietter of Intent” firmada por el ministro de Economía, Luis Caputo, y el presidente del Banco Central de la República Argentina (BCRA), Santiago Bausili, la Casa Rosada le pide al organismo que permita “como excepción” los múltiples tipos de cambio y los controles vigentes, incluido el impuesto PAIS, más allá de la promesa de Caputo de bajarlo del 17,5% al 10,5% si se aprueban las leyes que revisará la próxima semana la Cámara de Diputados.
¿Se puede pueden bajar impuestos? La Casa Rosada quiere hacerlo con Bienes Personales para alentar el blanqueo; pero busca incrementar Ganancias para mejorar la recaudación que además coparticipa. Por eso Guillermo Francos procura que el jueves, Diputados vuelva a la sanción original de Bases y del Paquete Fiscal.
No es urgente, pero el reloj corre. Para el staff report, las autoridades argentinas “siguen comprometidas para desmantelar las restricciones cambiarias, comenzando por las más distorsionantes, incluida la eliminación del esquema de exportación preferencial 80/20 (fines de junio de 2024, SB) y la eliminación del impuesto país antes de fines de 2024”. Son “sugerencias”.
Las incertidumbres sobre una devaluación que el gobierno niega (nadie levanta defensas si no teme un ataque) alienta los retardos relativos en liquidar exportaciones desde la cadena agroindustrial, que es la que alimenta las reservas del BCRA. Argentina propuso al FMI que para fines junio, la meta de piso de variación positiva de las reservas netas llegará a US$10.900 millones.
Para el economista Salvador Vitelli, las reservas netas del BCRA pasaron de un rojo de aproximadamente US$11.290 millones al cierre de la gestión del expresidente, Alberto Fernández, a uno de US$950 millones al 5 de junio, contabilizando el stock de Bopreales a 12 meses. Pero esa cuenta -que sobrecumple el compromiso- no se sostiene si el plazo se extiende a más vencimientos de esos bonos que se emitieron para saldar el “pagadiós” que dejó Massa a los importadores.
Javier Milei aseguró días atrás que lo único que falta para salir del cepo es sanear el stock de puts del Banco Central. Se refiere a instrumentos que otorgó el Banco Central -a instancias de Sergio Massa- a bancos que suscribieron Letras y bonos del Tesoro en las licitaciones de deuda que hizo el Ejecutivo. El sentido de esos instrumentos es dar un seguro antidevaluación a los que compraron deuda pública, aumentando así su atractivo, ayudando a que el fisco pueda financiarse… y agravando el balance del Banco Central
Juan Pedro Mazza, analista de la financiera Cohen, estimó que el gobierno de Milei redujo el stock de pasivos remunerados del BCRA en un 59% en términos reales, gracias a las bajas tasas de interés y a que los bancos desarmaron pases para adquirir Lecaps del Tesoro. Pero quedan por eliminar $19 billones en pases pasivos y $20 billones en puts sobre deuda del Tesoro en manos de bancos. En el proceso para sanear el balance del BCRA, Milei aún no despeja el futuro de los Bopreales ni los puts, mientras incrementó la deuda del Tesoro, que asciende a 18 billones.
Desde el salto cambiario del 12 de diciembre, el gobierno ha implementado una política de devaluación controlada al 2% mensual, por debajo de la tasa de inflación. Así, el tipo de cambio oficial ha experimentado una apreciación del 43% en comparación con el valor posterior al salto inicial. Mazza calcula que -sin impuesto PAIS- la divisa ha regresado a niveles de octubre de 2023, mientras que con el impuesto se encuentra en niveles de septiembre del mismo año.
La semana corta cerró con el dólar blue más caro que los financieros, y con brechas de 40% a 43%, lo que desalienta la liquidación de exportaciones más allá de lo que estrictamente necesitan los productores.
Después de recibir el desembolso de US$800 millones del FMI el 18 de este mes, el Banco Central vendió 156 millones de dólares para cubrir importaciones; las reservas brutas del Central descendieron 12 millones de dólares para cerrar la semana en US$29.944 millones. En junio apenas se acumulan US$25 millones de compras netas. Números escuálidos en la “ventana de oro” de las exportaciones de soja y maíz.
Ya el mes pasado los embarques no avalaron la política financiera de Caputo. La Cámara de la Industria Aceitera y el Centro de Exportadores de Cereales reportaron liquidaciones por U$S2.612 millones de dólares (US$ 9.046.083.647 en 5 meses); lo que supuso para el mes de mayo una baja del 37% en relación al mismo mes de mayo del año 2023 (dólar soja) y una leve caída del 4% en relación al acumulado de este año en comparación con el 2023, en plena sequía.
El gobierno quiere ir a un nuevo esquema monetario; naturalmente no lo devela más allá de la “competencia de monedas”, que el Fondo acepta con restricciones (no admite dólares para pagar impuestos). El RIGI promete inversiones que mejorarán la balanza de pagos junto al superávit comercial previsto; la inflación promete dos a tres meses estancada en el 5% por la eliminación de subsidios pendiente.
Javier Milei y Luis Caputo están en el medio del río; Federico Sturzenegger (partidario de liberar el dólar) estaría acotado a la reforma estructural del Estado. La Casa Rosada necesita respaldos, y no los conseguirá en los premios políticos que la derecha europea le dispensa.
Fuente: El Litoral