17.27 El ministro argentino señaló que los poderes judiciales en el mundo tienen un papel determinante en conflictos que reclaman soluciones de fondo, pero que también implican una serie de costos.
El desafío ambiental alcanzó ya grandes dimensiones en un momento en el que los ciudadanos del mundo empezaron a sentir en la piel y no en la teoría los efectos del deterioro del entorno. Esto representa un llamado a encontrar soluciones a problemas presentes pasados y futuros.
Con este llamado, Ricardo Lorenzetti, ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación de Argentina señaló que “estamos en el preciso momento en que todos los habitantes de este planeta empezaron a sentir muy directamente los efectos de una crisis ambiental, esto genera miedo y esto genera mucha desesperanza, tenemos que pensar cuál es el tránsito del miedo y la frustración a la esperanza, de cómo construimos una solución… así de grande es el desafío ambiental”.
Durante la Conferencia Magistral “Retos y tendencias del nuevo constitucionalismo medioambiental y climático” en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) en México, Lorenzetti reiteró que el desafío ambiental es grande, principalmente en tiempos en los que la pandemia por Covid-19 demostró al mundo cómo la civilización es altamente sensible ante un virus y cómo es cada vez más difícil trabajar en ambientes contaminados.
“Tenemos que tener la fortaleza necesaria para entender que nuestro pueblo reclama una gran cantidad de soluciones de fondo que solo pueden ser resueltas con la cooperación de poderes y soluciones de mediano y largo plazo que implican costos, pero es algo que la población pide”, añadió.
En este contexto, resaltó la importancia de pensar en los bienes y derechos colectivos, por encima de los individuales, pues cuando se habla de conflictos ambientales también se debe proteger a las generaciones futuras.
Un nuevo campo que se abre en la materia, señaló el ministro, es el de las obligaciones “porque quienes ahora toman decisiones en contra del ambiente también fueron generaciones futuras, y ahora hay generaciones que debemos proteger para que tengan el mismo capital ambiental que tuvimos nosotros”. Esto, a la vez, ayudará a resolver un conflicto intergeneracional y a garantizar un principio de no regresión, es decir que no haya retroceso en lo que se ha logrado hasta ahora en materia de derecho ambiental.
“El cambio climático excede las competencias nacionales, la contaminación del aire o ríos involucra a varias ciudades o distritos. Hay que repensar las jurisdicciones políticas y judiciales porque siempre hay una discusión sobre competencias, hay que redefinir y ajustar, esta es otra transformación. Vivimos en un shock, estamos viviendo un enorme cambio en la humanidad”, advirtió el ministro, quien este sábado será declarado “Heraldo de la Educación y la Justicia Ambiental” por el Congreso del estado de Tlaxcala.
Un planeta a punto de explotar
Ricardo Luis Lorenzetti nació en la ciudad de Rafaela, en la provincia de Santa Fe, el 19 de septiembre de 1955 y desde el 2004 asumió como ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación de Argentina.
Abogado y doctor en ciencias Jurídicas y Sociales por la Universidad Nacional del Litoral, fue presidente de la Corte de enero de 2007 hasta diciembre de 2015. En la Universidad de Buenos Aires dirigió la carrera de Especialización en Derecho Ambiental, la especialidad en Derecho de Daños, y el Programa de Actualización en el Código Civil y Comercial.
Desde el año 2020 se desempeña como consejero del Instituto Interamericano de Justicia y Sostenibilidad (IIJS), organización con sede en Washington, Estados Unidos.
Como Ministro, jurista y académico ha sido acreedor a tres nombramientos de Doctor Honoris Causa y distinciones nacionales e internacionales, entre ellos la distinción “Mérito Académico” por parte de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en 2004 y el Premio de la Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Buenos Aires; Venera “Ius Ambiens-Lumen Orbis”, otorgado por la Liga Mundial de Abogados Ambientalistas de México.
De igual forma, es autor de más de 40 libros sobre temas ambientales y de derecho entre los que se destacan títulos como Teoría del Derecho ambiental (obra que fue editada en México), El Arte de hacer justicia, Justicia Colectiva, Las normas fundamentales de derecho privado y Defensa del consumidor, entre otros.
En uno de sus libros más recientes, El nuevo enemigo. El colapso Ambiental (Sudamericana, 2021), el abogado describe los signos de la crisis ambiental, social y política, mismos que se ven reflejados no sólo en los desequilibrios que muestra la naturaleza sino también en el surgimiento de nuevas enfermedades, crisis en el abasto de agua, incendios y afectaciones a las mismas personas, entre otros.
Por ello, en su texto hace un llamado a superar la polarización generalmente desatada por “disputas menores”, ya que la crisis climático y sus consecuencias tanto sociales como económicas afectarán a ricos y pobres por igual debido a que “no habrá distinciones ni lugar donde esconderse si el planeta explota”. (Infobae)