En el año 2050 habrá 10 mil millones de personas en el mundo; Europa se ha planteado la estrategia Farm to Fork (F2F) -de la granja a la mesa- con exigencias medioambientales y sanitarias como condición para más y mejores alimentos. Dos jóvenes científicos santafesinos acaban de inaugurar una planta piloto de producción a escala de ARN, y un laboratorio para el testeo y optimización de la tecnología.
"Teníamos que comprender mejor a las plantas para diseñar nuevas estrategias de agricultura sustentable; entendimos cómo podíamos comunicarnos con ellas usando ARN (ácido ribonucleico); nos propusimos mostrarles a las plantes el segmento del genoma de un patógeno (por ejemplo un hongo) y de esta manera la planta puede generar defensas".
Federico Ariel -doctor en Ciencias Biológicas y Licenciado en Biotecnología- recordó que el ARN fue la tecnología de punta en las vacunas ante el Covid; las plantas no generan anticuerpos pero el proceso es equivalente y el resultado son cultivos que no están genéticamente modificados -pueden entrar a los mercados sin barreras como las que pone Europa- pero optimizan el salto productivo que reclama el mundo. Con menos agroquímicos.
Matías Badano -Ceo y cofundador con Federico de Apolo Biotech- reseñó la idea de generar una cultura de equipo para validar la tecnología, "convirtiéndonos en una empresa de base tecnológica, avalada por el Conicet. Para nosotros eso fue un paso increíble".
La empresa ya tiene 20 líneas de trabajo en diferentes proyectos, con cultivos en instancia de pruebas a campo (vid, maní, tomate, frutilla) y socios comerciales de relevancia -argentinos y extranjeros- bajo contrato de confidencialidad. "Pudimos agregar valor y formar parte de la transición a la sustentabilidad, en una industria como la agropecuaria".
Ya hay 25 personas en Apolo "y en mayo entra más gente". Hay entre ellos 17 doctores en ciencias, un nivel que pocas multinacionales pueden darse el lujo de contar. "La idea es llegar a la producción en escala, a los pequeños productores que tienen la necesidad de preservar sus emprendimientos y su salud, para desarrollar valores y mejores prácticas agropecuarias", explicó Badano.
La empresa tiene un hito por delante: obtener el primer producto para cultivos con tecnología de ARN a nivel global para fungicidas (hongos). "Y para esto necesitamos el compromiso de los gobiernos, para dar los pasos que vienen"
El "puerto de innovación"
Eduardo Matozo, gerente general del Parque Tecnológico del Litoral Centro, explicó aunque Apolo Biotech se instala en el "Puerto de Innovación", un espacio "modular y flexible para la generación de empresas basadas en el conocimiento".
El proyecto de 2,5 millones de dólares incluye un pasillo técnico -en desarrollo- de 60 metros, con servicios lineales por debajo, espacios y laboratorios comunes de biotecnología -además de espacios exclusivos- que optimizan el uso del limitado terreno del PTLC.
"Es un orgullo y un compromiso que los 120 metros cuadrados de Apolo Biotech estén en este pasillo técnico. Pero no es casualidad que esté acá, en Santa Fe, porque tenemos recursos humanos de alta capacidad formados en universidades públicas, los institutos de doble dependencia con el Conicet donde se generan conocimientos y ciencia de calidad".
Matozo destacó que en el Parque ya hay 25 empresas y 550 puestos de trabajo, de los cuales el 10% tiene título universitario. Recordó que la gente del BID -que visitó el PTLC el año pasado- dejó la intención de invertir en Santa Fe, y que en su mapa de bioeconomía figura Santa Fe aunque le falta infraestructura. "Nos comprometemos a seguir trabajando", aseguró Matozo, para que "haya más apolos".
¿Qué hace Apolo?
"Modulamos genes de plantas y patógenos usando ARNs exógenos estabilizados, los cuales diseñamos y estabilizamos con tecnología propietaria. El enfoque libre de OGM (organismos genéticamente modificados) ofrece soluciones versátiles para aumentar la productividad mientras conservamos y aprovechamos las variedades locales de cada cultivo".
En las fronteras de la burocracia
Enrique Mammarella señaló que el país debe atreverse a la "gestión del talento". Para el rector de la UNL hay que "ponerse a la cabeza para invertir tiempo, esfuerzo, golpear puertas, juntar a la gente y convencer. Poner en palabras las necesidades; hacer ciencia y expandir fronteras del conocimiento implica expandir regulaciones, conseguir que quienes están en la gestión burocrática y administrativa se atrevan a pensar y ver".
El Senasa está en el camino de Biotech y según pudo saber El Litoral, el reclamo al que hizo referencia el rector de la UNL quedó en principio bajo compromiso del secretario de Agricultura y Ganadería de la provincia, Ignacio Mántaras. ¿Cuál es el problema..? que las tecnologías disruptivas no tienen antecedentes en los que la burocracia pueda copiar las nuevas regulaciones.
"No esperamos que nadie venga y nos regale. Vamos a ganar lo que nos merecemos en cada lugar", dijo Mammarella, reseñando los largos recorridos que hicieron los jóvenes científicos emprendedores "para que Santa Fe crezca y nuestro país tenga oportunidades".
"Nos roban"
Gisela Scaglia rescató los compromisos consecuentes de Omar Perotti y Miguel Lifschitz en "políticas públicas" como las que se concretan en el PTLC. La vicegoberandora reconoció que "duele cuando escucho a los científicos pedir plata, porque la tenemos; pero la roban en cada una de las retenciones que se van de nuestra provincia y no se invierten en ciencia y tecnología. Es la pelea grande que tenemos que dar entre todos los partidos políticos porque le quitan a quienes hoy hacen ciencia, la posibilidad de crecer".
Fuente: El Litoral