”El mundo será un lugar vivible cuando todos los días se ejecute un periodista; son el cáncer de la humanidad”. El 25 de setiembre de 2022 el abogado Leopoldo Monteil escribió esa frase en la red social X.
Este letrado, que ejerció la defensa de los narcos como Esteban Alvarado, de quien en una audiencia en el Colegio de Abogados admitió ser su “amigo”, y del clan Funes, fue denunciado por el Foro de Periodistas Argentino (FOPEA), acción que también inició el Sindicato de Prensa de Rosario, en el tribunal de ética del Colegio de Abogados de Rosario, que decidió este miércoles suspender por seis meses la matrícula de Monteil, que probablemente apelará la medida.
La decisión del tribunal de ética del Colegio de Abogados sienta un precedente importante en materia de libertad de expresión y la defensa contra agresiones a periodistas en un contexto como el de Rosario, atravesado por una violencia que supura de los grupos criminales, que el gobierno provincial y nacional coinciden que entró en una etapa de “narcoterrorismo”.
Paula Moreno, presidenta de Fopea, señaló que tras conocerse la resolución del Colegio de Abogados, que “esta decisión es relevante porque se pone el acento en que este tipo de agresiones no pueden ser naturalizadas en una el país, y en una ciudad donde el ejercicio del periodismo está en riesgo permanente”. Además, según advirtió Moreno, la resolución “tiene un gran valor porque sienta un precedente muy importante”.
FOPEA presentó la denuncia contra Monteil luego de que publicara el mensaje en la red social y la primera audiencia en el tribunal de Ética fue en febrero de 2023, con la representación legal del abogado y docente de la UCA Juan Gabriel Soriano. El trámite fue extenso, porque a la denuncia se sumaron testimonios de periodistas como testigos y los descargos por parte de Monteil, que nunca se retractó de lo que había publicado. En una de las audiencias admitió ser “amigo personal” de Alvarado.
La resolución deja en claro que un abogado, sobre todo que defiende a gente de este mundo criminal, no puede publicar este tipo de mensajes, que son una incitación a la violencia, por más que el propio Ministerio Público de Rosario, en una decisión que tomó sin tener en cuenta el “contexto”, definió en una denuncia que presentó el Sindicato de Prensa que los dichos de Monteil no estaban encuadrados en ese delito.
El abogado escribió en X ese mensaje el 25 de septiembre, y quince días después, en la puerta de Canal 5 de Rosario apareció una bandera colgada de las rejas que profería algo similar: “Vamos a matar periodistas”. Y la firma era el sello de las bandas narco: “Con la mafia no se jode”.
En una decisión fuera de todo este “contexto”, el fiscal Damián Cimino desestimó la denuncia contra Monteil por incitación a la violencia con argumentos de la doctrina jurídica que parecían extirpados de otra geografía. “En el presente caso surge que los dichos que habrían sido vertidos mediante la red social Twiter, habrían constituido más bien una expresión de voluntad o de deseo, al manifestar en el mensaje “El mundo será un lugar vivible cuando…”, que una incitación a cometer delitos o empujar a actuar, brindando además el autor del mensaje una opinión sobre lo que él considera al periodismo “...son el cáncer de la humanidad”, señala en la resolución el fiscal Cimino.
El tribunal de ética del Colegio de Abogados tomó otro camino del que eligió Cimino para sacarse este caso de encima con una argumentación ajena a la realidad que vive Rosario.
Monteil es abogado del clan Funes desde hace tiempo. Posiblemente el fiscal lo desconocía. Porque Monteil no es un simple tuitero. Más allá de sus textos amenazantes en las redes sociales contra los periodistas su mensaje podría haber alentado a engranajes del crimen organizado a dar un paso adelante y ser ellos los autores directos de las intimidaciones, como la que apareció este martes en canal 5.
Por eso, la decisión del colegio de Abogados es relevante, como explicó la presidenta de FOPEA, porque sienta un precedente de que un letrado no puede agredir a los periodistas de esa manera ni tampoco instigar a posibles hechos de violencia, en una ciudad que vibra ante cada atentado planeado por los eslabones del narcotráfico y el crimen organizado. Los autores de los libros Los Monos y Rosario, Hernán Lascano y Germán de los Santos, enfrentaron amenazas públicas y anónimas por parte de las bandas narco. Fuente: La Nación.