Los obispos argentinos saludaron a los catequistas en su día, agradeciendo especialmente por su valiosa tarea en la transmisión de la fe y en la evangelización.
En la memoria de San Pío X, la Iglesia celebra cada 21 de agosto el Día del Catequista. En ese marco, los obispos argentinos aprovecharon la ocasión para valorar el servicio que los catequistas realizan en cada diócesis.
El obispo de Catamarca, monseñor Luis Urbanc, se dirigió a los catequistas para agradecerles "el tiempo que ustedes dedican al lado de tantos niños y adolescentes para compartirles la fe con el testimonio de su vida, y también ayudándolos a interiorizarse de esa fe por medio del conocimiento".
"Le ruego al Señor que ustedes aspiren todos los días a una santa vida: santas esposas, santos papás, santos hijos, hijas, ciudadanos. La santidad de vida es el mejor gancho para poder compartir la fe con otros, eso es el testimonio", consideró.
El arzobispo de Mendoza, monseñor Marcelo Daniel Colombo, envió una carta a los catequistas de la arquidiócesis en la que dio gracias a Dios "por la vocación y la misión que ustedes han recibido del Señor para hacerlo presente con entusiasmo y fidelidad".
"En este tiempo tan intenso y vivo de la Iglesia, el Papa Francisco quiso subrayar la importancia de la misión del catequista instituyéndolo como ministerio, en la Carta apostólica Antiquum ministerium", valoró el prelado.
Y citando las palabras del Santo Padre, expresó: "El Espíritu llama también hoy a hombres y mujeres para que salgan al encuentro de todos los que esperan conocer la belleza, la bondad y la verdad de la fe cristiana. Es tarea de los Pastores apoyar este itinerario y enriquecer la vida de la comunidad cristiana con el reconocimiento de ministerios laicales capaces de contribuir a la transformación de la sociedad mediante la penetración de los valores cristianos en el mundo social, político y económico".
En una carta dirigida a los catequistas, el obispo castrense de la Argentina, monseñor Santiago Olivera, planteó un desafío "apasionante": "¿Cómo predicar el Evangelio a los jóvenes y adultos de hoy? ¿Cómo ayudar a profundizar la fe y a la vez como acompañar a los jóvenes y adultos que se nos confían para ser testigos auténticos y valientes del Evangelio en sus realidades?"
"En ese desafío de la evangelización, ustedes tienen mucho que ver. Agradezco todo lo que hacen para concretarlo y los animo para que sigan con pasión, anunciando la Buena Noticia de Jesús", expresó.
"Lo que el Señor ha puesto en sus manos, ese 'tesoro en vasijas de barro', se sostiene desde la oración, la Palabra y la Eucaristía; pilares que- no dudo- están presentes en sus vidas. A eso, pueden sumarle también, mi constante oración por ustedes", añadió.
El arzobispo de Mercedes-Luján, monseñor Jorge Eduardo Scheinig, envió un abrazo a los catequistas agradeciéndoles infinitamente el servicio que prestan a la Iglesia. "Gracias de corazón, gracias por tanto tiempo entregado en la comunidad", expresó.
"Gracias por tantos gestos invisibles que hacen el tejido del Reino. El Reino se va tejiendo así, con estas palabras, estos gestos siempre sencillos, y ustedes tienen tantos", valoró. "En tiempos de mayores dificultades ustedes están siempre al pie del cañón, gracias", reconoció.
"Hay que transmitir, hay que anunciar, hay que hacer presente a Jesús", exhortó monseñor Scheinig, con la esperanza puesta en el sínodo para que "podamos descubrir por dónde hoy el Espíritu quiere guiarnos a nuestra Iglesia de Mercedes-Luján".
En el día del catequista, el obispo de Reconquista, monseñor Ángel José Macín, saludó a quienes viven este ministerio "ofreciendo su tiempo generosamente para la formación en la fe de las nuevas generaciones, o de las personas que buscan crecer en el conocimiento y el amor a Jesucristo".
"Que el Señor haga fecundo su servicio a Dios y a la Iglesia. Pido también los dones de la sabiduría y la fortaleza para quienes animan la labor catequística a nivel diocesano y parroquial".
El obispo de Quilmes, monseñor Carlos José Tissera, recordó en esta fecha especial, que ser catequista no es un trabajo, es una misión: discípulos misioneros de Jesús llevando la alegría del Evangelio.
"Algunos apóstoles, otros profetas, otros maestros, dice San Pablo que eso eran los catequistas: los que van enseñando los caminos de la fe sin mucho barullo, pero con el testimonio de la vida cristiana", señaló, agradeciendo "por este servicio, esta misión que tienen en todas nuestras comunidades de la diócesis".
El obispo de Avellaneda-Lanús, monseñor Marcelo Margni, hizo llegar a los catequistas su saludo y agradecimiento por su servicio en el ministerio de la catequesis. "Es un saludo de aliento y compromiso. En medio del desánimo, el distanciamiento y los encierros, tu servicio ha sido y sigue siendo más que nunca insustituible en la vida de la comunidad cristiana. ¡Gracias!", valoró.
"Gracias por tu servicio, que hace resonar el evangelio con el anuncio comprometido y el testimonio cotidiano que tu vida nos regala. Gracias por tu servicio a la palabra de Dios, esa palabra que convierte y transforma, que confirma la fe y crea comunión. Gracias por hacerte eco del silbido del buen Pastor, convocando a hermanos y hermanas que, por sendas angostas, buscan atravesar la puerta abierta por Dios mismo a una vida nueva, una humanidad nueva, una creación nueva", añadió, anhelando "que tu vida siga dejando oír esa llamada y despierte a la fe. Que tu fe y la de quienes vas acompañando maduren juntas en el don de la comunidad".
Por su parte, el obispo de San Luis, monseñor Gabriel Barba, deseó a los catequistas un feliz día, y agradeció porque "ustedes, sin duda son cientos, quizás miles de evangelizadores anónimos, que dan su tiempo, su corazón, sus obras, sus bienes materiales, que se preparan, que se capacitan para que muchos niños, jóvenes, adultos, conozcan a Jesús y sigan sus pasos", reconoció.
Finalmente, agradeció por la generosidad silenciosa, la fidelidad a la Iglesia, al Papa, al obispo, al párroco. "Que Dios les dé la fuerza, que el Espíritu Santo les dé la luz, que nuestra Madre, la Virgen María, los cubra bajo su manto", concluyó, con su bendición.