Este día está dedicado a esos artistas de la vida cotidiana, aquellos que con sus manos y su habilidad transforman espacios y llenan de color nuestras vidas. Un pintor no sólo es quien aplica pintura sobre una superficie; es alguien que entiende los materiales, las texturas y las emociones que un color puede despertar.
Desde la remodelación de un edificio entero hasta la renovación de una pequeña habitación, el pintor es esa pieza clave que convierte un espacio en algo más que paredes y techos: lo vuelve un lugar lleno de personalidad, donde cada trazo cuenta una historia.
Los pintores son como artesanos de la renovación. No sólo cubren imperfecciones, sino que realzan los detalles, aportan luminosidad y juegan con la psicología del color para influir en nuestras sensaciones y estados de ánimo. Gracias a ellos, nuestros hogares, oficinas y cualquier rincón que habitamos se vuelve más acogedor, más vivo.
Así que, más que nunca, recordemos y agradezcamos a aquellos que, con paciencia y dedicación, renuevan nuestros espacios y pintan de colores nuestro día a día.
Una pincelada
En la actualidad, el "pintor de brocha", como también es llamado, tiene una amplia empleabilidad más en primavera y verano, donde aumenta significativamente la demanda por esta profesión, que existe desde antaño. Hoy la tecnología fue avanzando y los materiales y herramientas también, por lo que a los pinceles y rodillos, se les sumaron otros modernos equipamientos, como las pistolas de aspersión y otros, la mayoría importados.
Como otras, es una profesión que implica ciertos riesgos laborales, por eso es recomendable el mantenimiento periódico de los elementos de protección y la adopción de posturas correctas del cuerpo, evitando en la medida de lo posible, la inclinación de la cabeza al realizar las diferentes tareas, así como encoger los hombros, ya que produce tensión muscular y otras dolencias físicas.
Los pintores prácticamente "conviven" en su tarea diaria con las escaleras de mano, que deben cumplir con las normas vigentes; tener una base ancha, contar con elementos antideslizantes, además de una plataforma de trabajo con baranda de seguridad.
"Pintores de la historia"
En el momento en el que el país se estaba consolidando, en las últimas décadas del siglo XIX, una serie de artistas comenzó a pintar escenas de la historia argentina. Esa producción aumentó considerablemente en torno al Centenario de 1910.
Algunos pintores actuaron por iniciativa propia, con el objetivo de vender sus obras, y otros lo hicieron por pedido del Estado. Esas obras estarían destinadas a libros, billetes, y materiales educativos, entre otros objetos. Con esas pinturas también querían transmitir valores patrióticos, brindar discursos épicos para una nación nueva, resaltar las virtudes de los héroes del pasado y fortalecer la identidad nacional.
Muchas de esas imágenes son las que vemos cuando se busca información sobre hechos fundamentales de la historia argentina en los libros escolares o en internet. Aunque fueron creadas varios años después de los eventos que describen o recrean, quedaron fuertemente asociadas con ellos en el imaginario colectivo.
"La idea de hacer 'Pintores de la Historia' tiene que ver con seguir rearmando el guión histórico, una tarea que comenzó el año pasado con Tiempo de Revolución y que va a seguir con la exhibición que abarca el período de 1820 a 1852. Queremos contar lo que ocurrió entre fines del siglo XIX y principios del XX, cuando hubo una operación de creación de imágenes del pasado argentino y uno de los que intervino en esa creación fue justamente este Museo a través de su primer director, Adolfo Carranza, que encargó algunas de estas imágenes que luego se volvieron muy famosas porque muchas de ellas aparecen en los billetes o en los textos escolares", comenta Gabriel Di Meglio, director del MHN.
Entre las obras que se expondrán se encuentra el célebre "La Batalla de Chacabuco", del artista chileno Pedro Subercaseaux; "Los últimos momentos de Manuel Dorrego", que Fausto Eliseo Coppini, nacido en Italia y radicado en Argentina, pintó en 1902; y, "Baile de negros. Carnaval en la época de Rosas", del pintor uruguayo Pedro Figari, un óleo sobre cartón, en el que se recrea una escena de candombe en un carnaval porteño.
Al referirse a la elección de las obras que se exhibirán en "Pintores de la Historia", Di Meglio, dice: "Decidimos exponer todas juntas porque son muy importantes ya que fueron utilizadas en libros escolares y para mucha gente que vive en Argentina las imágenes son muy familiares".