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Rusia anuncia que reduce sus ataques sobre Kiev y Chernigov para facilitar un acuerdo con Ucrania


19.45 EEUU desconfía y Joe Biden insta a esperar a ver "si cumplen con lo que están sugiriendo", mientras el Pentágono confirma que ha habido un "reposicionamiento" de tropas en Kiev.





Los ucranianos cruzan los dedos para que de Estambul salga un acuerdo que no dinamite su país, pero que acabe con una invasión que puede reducirlo a cenizas bajo las bombas rusas. Mientras, Moscú busca una salida airosa a un conflicto en el que ya ha perdido más soldados y material que en todas sus últimas guerras juntas y que no ha tenido sustanciales ganancias de terreno, además del aislamiento internacional y la quiebra de su economía.





Enfangado en el campo de batalla, se espera ahora una ofensiva diplomática que no tendrá muchas mejores oportunidades para la paz antes de que Ucrania se convierta en un laberinto sin salida. Las condiciones de este diálogo han mejorado sólo con poner a un anfitrión más o menos neutral a dirigir las negociaciones, porque las previas celebradas en Bielorrusia no contaban con esa figura y el que ponía la mesa era parte interesada en el conflicto.





El magnate ruso Roman Abramovich está participando en las negociaciones. Algunas fuentes aseguran que es de los más interesados en alcanzar algún tipo de acuerdo para recuperar su enorme fortuna, al igual que otros oligarcas sancionados por Occidente.





En ese contexto, Rusia ha anunciado este martes su decisión de reducir la actividad militar en torno a la capital ucraniana, Kiev, y a la ciudad septentrional de Chernigov. Lo ha hecho su viceministro de Defensa, Alexandr Fomin, tras las negociaciones celebradas en Estambul y afirmando que pretende "incrementar la confianza mutua y crear las condiciones necesarias para proseguir las negociaciones y lograr el objetivo de consensuar y firmar un acuerdo". Moscú considera que están avanzando las negociaciones sobre "la neutralidad y el estatus no nuclear", además de la concesión a Ucrania de "garantías de seguridad". Y hace un llamamiento para que "en Kiev se tomen las correspondientes decisiones y se creen las condiciones" para seguir adelante con las negociaciones.





El presidente estadounidense, Joe Biden, se ha mostrado hoy cauto sobre las negociaciones: "No interpreto nada hasta que no vea cuáles son sus acciones (de los rusos). Veremos si cumplen con lo que están sugiriendo". Además, añadió que "mientras", seguirá con las "sanciones fuertes" contra Moscú. Por su parte, Boris Johnson instó a los líderes occidentales a ser "implacables" contra Putin y el portavoz del 'premier' señaló que Reino Unido quiere ver una retirada total de las fuerzas rusas de Ucrania. Es decir, pidieron hechos, además de palabras.





Biden acordó este martes con los líderes de Alemania, Olaf Scholz, Francia, Emmanuel Macron, Italia, Mario Draghi, y Reino Unido, Boris Johnson, seguir "aumentando los costes para Rusia" por la invasión de Ucrania.





Según información del Pentágono, ha habido algún movimiento de algunas unidades rusas fuera de Kiev, como confirmó el portavoz, John Kirby, en una rueda de prensa. "Pero creemos que esto es un reposicionamiento, no una retirada real, y que todos debemos estar preparados para estar atentos a una gran ofensiva contra otras áreas de Ucrania. Eso no significa que la amenaza a Kiev haya terminado".





Concluye así la ronda en Estambul porque la delegación de Ucrania ha entregado una propuesta a la de Rusia que va a ser estudiada. Aunque la agencia de noticias RIA inicialmente informó de que Rusia no se oponía a permitir la entrada de Ucrania en la Unión Europea siempre que mantenga su neutralidad militar, posteriormente ha matizado que no se trata todavía de una posición de Moscú como de una petición de Kiev recogida en ese documento recibido por la delegación rusa. Ucrania, por su parte, insiste en las garantías de seguridad a cambio de renunciar a formar parte de la OTAN.





En algunos puntos puede haber acuerdo y en otros, las posturas están muy lejos. Los ucranianos, tras el episodio del intento de envenenamiento del oligarca Roman Abramovich y de varios miembros de la delegación ucraniana hace unas semanas, son muy escépticos sobre las intenciones reales del caudillo ruso. El ministro de Asuntos Exteriores ucraniano, Dmitro Kuleba, aconsejó a la delegación de su país que participa en las negociaciones con Rusia en Turquía "no comer ni tocar nada", ante las sospechas de envenenamiento surgidas en anteriores encuentros.





Además, el Kremlin lleva semanas asegurando una cosa y haciendo la contraria, como cuando afirmaba que jamás invadiría Ucrania o que su misión iba a centrarse en el Donbas. Ya nadie en Kiev confía en Putin y todo lo quieren por escrito. El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, instó a los negociadores a actuar con "responsabilidad". "Creemos que no hay perdedores de una paz justa y equitativa. La continuación de la guerra no es del agrado de ninguna de las partes y un alto el fuego inmediato beneficiaría a todos", subrayó el mandatario turco en su alocución televisada.





"Sí, podemos calificar de positivas las señales que escuchamos desde la plataforma de negociación. Pero estas señales no ahogan las rupturas de los proyectiles rusos", afirmó Zelenski en su habitual mensaje a última hora del día divulgado en la web de la presidencia ucraniana.





"El día 34 de la invasión a gran escala de Rusia y nuestra defensa a gran escala está llegando a su fin", manifestó Zelenski. (El Mundo)


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