Una de cada tres personas con rinitis alérgica no sabe que la padece. Síntomas, cómo detectarla y tratarla. Y su vínculo con el asma.
Estornudos, congestión, secreciones líquidas. Los síntomas de la rinitis alérgica pueden confundirse con los de un resfrío. Por eso, y en el marco del Día Mundial de la Alergia, especialistas instan a prestar atención a sus síntomas y no subestimarlos, para poder diagnosticarla y tratarla.
¿Qué es una alergia?
Se estima que en la actualidad entre el 20 y el 30% de la población mundial vive con algún tipo de alergia. Y la Organización Mundial de la Alergia prevé que para el 2050 esa cifra trepará al 50%.
Ahora bien, ¿de qué hablamos cuando hablamos de alergia? "Se trata de una reacción o respuesta alterada frente a sustancias que nuestro cuerpo reconoce como extrañas, a las cuales se la conoce como alérgeno", explica Ramiro Heredia, médico del Hospital de Clínicas.
El sistema inmune de esta persona -genéticamente susceptible o con predisposición- "reconoce al alérgeno y monta una respuesta contra él".
En esa respuesta, continúa Heredia, interviene en general un anticuerpo específico, la Inmunoglobulina E.
"Se va a generar una respuesta inmune exagerada a un elemento que, por lo general, es reconocido como inocuo por las células inmunológicas de la mayoría de las personas. Esta respuesta va a ser la responsable de las manifestaciones clínicas que pueden afectar a cualquier órgano y sistema", agrega.
Rinitis, la más frecuente
Entre todos los tipos de alergia, la rinitis es la más frecuente, y de hecho tiene una gran prevalencia a nivel local: es padecida por el 20% de los argentinos según el estudio de Prevalencia en Argentina en Rinitis Alérgica realizado en 2017 por la Asociación Argentina de Alergia e Inmunología Clínica (AAAeIC).
Sin embargo, uno de cada tres no sabe que la padece.
El vínculo entre la rinitis y el asma
En este sentido, Maximiliano Gómez, presidente de AAAeIC, advierte que detectar esta alergia puede favorecer el diagnóstico de otras enfermedades.
"Lo más importante a destacar es la detección del asma, que puede preexistir a la rinitis, y es un poco más severo porque afecta a los bronquios ya que puede interferir en las actividades diarias y provocar una notable alteración en la calidad de vida", sostiene.
Si se echa un vistazo a las cifras, puede dimensionarse su planteo: un tercio de las personas con rinitis alérgica tiene también asma. Y 8 de cada 10 pacientes asmáticos tienen rinitis alérgica.
¿Cuáles son los riesgos de no tratar la rinitis?
"Nosotros enfatizamos mucho en las comorbilidades, eso significa enfermedades asociadas que pueden ser a consecuencia de o en simultáneo con, como la otitis, o las adenoides hipertrofiadas (que se ve en niños fundamentalmente)", agrega Gómez.
También señala la sinusitis como otra de las complicaciones muy frecuente en los adultos.
"En casos de sinusitis crónica pueden aparecer pólipos, que son formaciones que se dan en la nariz y que provocan una obstrucción. Este tipo de situaciones se van generando en concomitancia o como consecuencia de la rinitis persistente", alerta.
Los motivos del subdiagnóstico
Ahora bien, ¿A qué se debe el subdiagnóstico de esta alergia? ¿Cuáles son los factores que llevan a que las personas no adviertan que la padecen?
"Hay dos factores fundamentales, en mi opinión -esboza Gómez-. Uno tiene que ver con las características de los síntomas, que pueden confundirse con resfríos a repetición. Los estornudos y la secreción nasal líquida acuosa pueden llegar a ser comunes a uno y a otro", afirma.
La segunda cuestión tiene que ver con la automedicación. "Al ser algo leve, sobre todo en los inicios, las personas pueden ir controlándolos -al menos temporalmente-, porque disponemos de ciertos tipos de antialérgicos que son de venta libre".
"Pero nosotros siempre insistimos en evitar la automedicación, no dejar que esto se vaya repitiendo a lo largo del tiempo", enfatiza.
Cómo saber que se trata de rinitis
Una de las claves está en la frecuencia con la que estos episodios se presentan: "Cuando este tipo de síntomas se empiezan a repetir, y no está relacionado con un dolor de garganta o fiebre, hay que tratar de descartar la alergia", sugiere.
"O sea, si muy seguido aparecen esta serie de estornudos -que pueden darse entre 8 y 10 veces seguidas-, acompañados de picazón en la nariz, congestión que impide respirar bien y además tenes una secreción que en ocasiones es líquida; casi seguramente se trata de una rinitis alérgica", afirma.
Esta sospecha puede confirmarse mediante un estudio que correlaciona los síntomas y detecta el alérgeno.
Principales causantes
Los alérgenos más comunes son:
-Los ácaros del polvo doméstico
-Polen
-Hongos aerógenos
-Pelo y caspa de las mascotas
Sabemos que en ocasiones no se detecta el causante de la alergia. Pero en caso de que sí, y de que sea evitable, ¿se puede evitar también el tratamiento?
"En esos casos lo que se hace es colaborar con la medicación necesaria, que va desde un antialérgico hasta medicamentos con corticoides nasales, de aplicación local en la nariz, que son sumamente seguros cuando están bien indicados", explica.
"Esa sería una segunda etapa del tratamiento, cuando el antialérgico que tomamos por boca ya no logra controlar los síntomas".
Por último, añade: "Como complemento de esta terapia, cuando vemos que no podemos evitar el alérgeno y está provocando problemas, indicamos la inmunoterapia, que son vacunas inyectables o sublinguales, específicas para el elemento que provoca la alergia", precisa.
¿Es genético o hereditario?
"Siempre hay una predisposición genética", reconoce Gómez, aunque indica: "tiene muchísima incidencia lo que se llama la epigenética, o sea todos los factores que potencialmente pueden modificar esta situación, incrementarla o empeorarla".