María, mujer fiel en la alegría y el dolor: camina con nosotros. Consagración: ¡Oh Madre quiero consagrarme a Ti! Virgen María hoy consagro mi vida a Ti. Siento necesidad constante de tu presencia en mi vida para que me protejas, Me guíes y me consueles.
Sé que en Ti mi alma encontrará reposo y la angustia en mí no entrará. Mi derrota se convertirá en victoria, mi fatiga en Ti fortaleza es. Amén.
Santa María madre nuestra, Que en cada misterio del santo rosario, Nos brindas al Salvador, acudimos a Ti, necesitados, nos alegramos que desde su cruz, el Señor te halla encontrado la misión de acercarnos a él y a su iglesia por la conversión y la penitencias. Alentados por la confianza que nos inspira, ponemos en tus manos maternales nuestras preocupaciones y temores, pero deseamos imitar tu fidelidad a Dios aceptando con amor y humildad todas las pruebas, Madre nuestra.
Amor a los demás, convirtiéndonos así en testigo del amor del Padre que no vacila por tu intermedio en darnos a Jesús. Amén.
Amados hijos, se que estais rezando el Santo Rosario como os pido, mas quiero que en este día empecéis una novena agradeciendo al Señor el haberme enviado para protección vuestra. Agradeced también por todo lo que es capáz de dar porque Dios es Misericordioso, es Todopoderoso e infinitamente Piadoso. La gracia del señor, es maravillosa, no tengas la menor duda. Gloria al padre Supremo. Sembrando semillas de fe.