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"Rafaela es desde su nacimiento una ciudad pujante"

En un contexto complicado como el actual estamos haciendo nuestro mayor esfuerzo para llevarle al empleado de comercio un sinnúmero de beneficios y ayudas, para que el salario rinda un poco más. Nuestro sindicato tiene más de 114 años y una de las primeras luchas gremiales fue el descanso dominical, aunque recién en el 2014 lo pudimos lograr, gracias a una Ley Provincial y una Ordenanza Municipal. Nuestra principal preocupación es mantener nuestro sueldo acompañando la inflación, pero también lo es el trabajo digno y decente. Por esto hemos conformado un equipo de trabajo que visita los comercios para tratar de charlar con los empresarios y explicarles las bondades y desventajas de tener un trabajador informalmente o no registrado.
Tuvimos un golpe muy duro como lo fue la pandemia de Covid-19. Esto nos dio vuelta todo porque hubo que cambiar la metodología de trabajo y empezar a aplicar protocolos que no conocíamos. En el sector de ventas de alimentos y artículos de limpieza los empleados de comercio cumplieron un rol fundamental. Con mucho miedo íbamos a trabajar sin saber a ciencia cierta cuál era nuestra posibilidad de contagio. En el sindicato tenemos un centro de salud que nunca dejó de funcionar, así como también nuestra farmacia. Esta etapa nos enseñó mucho: principalmente la solidaridad y el trabajo altruista. En la provincia y en la ciudad hubo un equipo que se puso al frente de la situación, haciendo lo mejor en términos sanitarios. Creo que se armaron estructuras de contingencia, las cuales rápidamente posibilitaron la atención de la población.
Una vez superada esta coyuntura, lamentando las pérdidas humanas de amigos, compañeros, parientes, seres queridos, la ciudad retornó a su ritmo habitual. Poco a poco se volvió a pleno con la capacidad comercial, agropecuaria e industrial previa. Tanto es así que los puestos de trabajo se incrementaron.
Rafaela es desde su nacimiento una ciudad pujante. Esto lo dice mucha gente, no solo localmente o desde otros lugares de Argentina, sino también desde el extranjero. Hemos tenido la posibilidad de participar de encuentros sindicales con gente de Brasil o Paraguay, quienes conocían el potencial de Rafaela. Creo que nuestra fortaleza está en que nos empecinamos en hacer bien las cosas y formamos una población consustanciada en todos los sectores.
Como es permanente el crecimiento también tiene que ser acompañado por políticas acordes a ese desarrollo. Por lo tanto, es necesario trabajar mucho en la seguridad, la educación, los centros de salud, los caminos. Con la oferta educacional terciaria y universitaria se hace preciso desarrollar más actividad para los jóvenes.
Como sindicato representativo de todos los empleados de comercio y servicios aportamos nuestra participación para escuchar y opinar sobre nuestro sector, siempre en beneficio de la comunidad y nunca en forma corporativa. Actualmente, en Rafaela hay cerca de 6.000 empleados de comercio, formalmente trabajando. Tenemos nuestra propia estructura para satisfacer sus necesidades: una Biblioteca centenaria, centro de salud, farmacia, jardín materno infantil, campo recreativo, talleres, comisión de jubilados, mutual, obra social, escuela de informática, cursos on-line, etc.
Creo que marcada por un crecimiento sostenido. Una de las grandes realizaciones de nuestra ciudad es la diversidad de sectores importantes que confluyen tanto en industria, comercio, servicio, agro, educación, innovación. Hay un factor determinante para destacar que es el político. Gobernar Rafaela no es fácil porque los rafaelinos somos exigentes y permanentemente queremos más.
Rafaela es la ciudad en donde nací, di mis primeros pasos, concurrí a las escuelas primaria y secundaria y donde tuve mi primer trabajo. Es donde coseché amigos y compañeros. Es donde me jubilaré y, posiblemente -porque nadie es eterno-, será donde descansen mis restos una vez que parta. Uno siempre se siente orgulloso de la tierra en donde se crió.
Lo bueno de tener unos años es que se puede ver el desarrollo. En la escuela secundaria me picó el bichito de la participación en política y, por lo tanto, pude conocer la realidad de muchos barrios. Yo me acuerdo del Villa Podio cuando estaban las curtiembres y ahora veo un sector totalmente distinto. La zona sur donde se inundaba cuando caían 30 mm y ahora está irreconocible. El norte con sus zanjones, ahora con pavimento y su propio sector comercial e industrial. El oeste que con su crecimiento le ganó a la ruta y se tuvo que construir la variante. El este que, en unos años más, seguramente se unirá a Bella Italia. Como integrante de la familia mercantil siempre estaremos dispuestos a aportar al mejoramiento de la Ciudad.

Autor: Juan Berca|
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