Locales

Rafaela: entre el eco del Himno y el compromiso perenne con la tierra

Era sólo la pampa salvaje, cuando llegaron aquellos pioneros que encontraron paz, hogar y trabajo en el suelo generoso. Y en el nombre del hijo y del pan, se lanzaron al futuro, confiando en la tierra y en su propio afán.
En el eco de la canción que nos legaron Mario R. Vecchioli y Remo Pignoni resuena claramente la historia arraigada del campo en nuestra querida Rafaela. Por eso, no es extraño imaginar que allá por 1906, cuando la palabra "ciudad" todavía quedaba grande, naciera la simiente de la Sociedad Rural, gestada por un grupo de hombres visionarios, con una misión clara y notable: representar y hacer valer la voz de los productores, en búsqueda de beneficios y apoyo a la actividad y a la economía de la región.
Desde entonces, la entidad ha sido un pilar fundamental en la evolución de Rafaela, y ha caminado de la mano con el desarrollo del agro y la identidad de nuestra gente. Su compromiso, forjado en tiempos donde la confianza en la tierra era la semilla del progreso, ha perdurado a lo largo de los años. Y hoy, en el aniversario de la ciudad, reflexionamos sobre este legado, recordando con gratitud a esos visionarios pioneros.
Como representante de la Sociedad Rural de Rafaela me siento honrado de ser parte de una institución que desde su fundación ha sido testigo y participante activa en el desarrollo de la ciudad. A lo largo de los años, hemos contribuido de manera significativa al posicionamiento de la región como el epicentro de la zona agrícola y ganadera más productiva del país.
Quienes hoy formamos parte de la entidad continuamos con el legado de trabajar con claridad y transparencia en la defensa del productor, de la familia rural, del crecimiento y el desarrollo sostenidos y sustentables. Y trabajamos seriamente -porque no conocemos otra forma de hacerlo- en hacer de este anhelo una realidad.
Entre nuestros logros, hemos celebrado la inclusión de la mujer y los jóvenes en el tejido de nuestra comunidad institucional. Iniciativas como los grupos de trabajo GAMA y Ateneo han demostrado que el futuro de la actividad agropecuaria está intrínsecamente ligado a la diversidad y la participación activa de todas las generaciones.
Hoy, miramos hacia el futuro con el desafío apasionante de lograr una actividad agropecuaria sustentable, con triple impacto, que abrace la tecnificación y a la vez respete la salud del ambiente. Estamos firmemente comprometidos en mejorar la calidad de vida de nuestras familias ruralistas. Por supuesto, en este andar, no estamos solos: los éxitos alcanzados por la Sociedad Rural han sido posibles gracias a un enfoque que valora el consenso, el diálogo efectivo con los sectores político y privado, y la colaboración estrecha con otras entidades intermedias. Este enfoque no sólo preserva nuestras raíces, sino que también nos impulsa hacia un horizonte de sostenibilidad y progreso.
Por eso, para nosotros este aniversario de Rafaela es más que una marca en el calendario; es un recordatorio de nuestra capacidad colectiva para superar desafíos, un testimonio de la labor incansable de generaciones de trabajadores que han labrado la tierra con dedicación y amor.
Así, mientras celebramos el pasado, miramos al futuro con la misma confianza que aquellos pioneros depositaron en el suelo. Que Rafaela siga siendo un hogar donde el campo y la ciudad se entrelazan -como en su Himno- en una sinfonía de progreso y amor por la tierra. ¡Feliz aniversario, querida ciudad!
El autor es Vicepresidente de la Sociedad Rural de Rafaela.

Autor: Horacio Albrecht|
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