Para Domingo Faustino Sarmiento, la educación debía ser pública, gratuita y común, para niñas y niños. Algo que no era la norma en el mundo de la época, en el cual la mujer solía ser relegada en todos los ámbitos de la sociedad.
Sarmiento pasó décadas dándole forma a su idea de Educación Pública para la Argentina, que fue llevando a la práctica desde los distintos puestos de poder que ocupó: Gobernador de San Juan, Senador, Presidente de la Nación, director de escuelas, e incluso como periodista desde los medios.
El padre del aula
"Lo primero que hay que decir de Sarmiento es que la escuela pública argentina y los educadores y educadoras recibimos el legado sarmientino y de alguna forma, somos sus herederos", contó Ayuso.
"Sarmiento fue el principal impulsor de una educación para todos y todas, en una sociedad que estaba en profunda transformación. A través de la educación se propiciaba la igualdad social, y se ocupaba de formar al ciudadano para la nación que se estaba formando", continuó Ayuso.
"No podemos pensar a la escuela moderna si no lo pensamos en el marco de la construcción del Estado Moderno. En ese sentido, Sarmiento ha dejado mucha letra escrita, mucha obra hecha y muchas discusiones dadas como para pensar cómo iba a ser esa educación".
"Sin embargo, el discurso Sarmiento y su legado tienen luces y sombras, ya que se trató de un personaje muy polémico de nuestra historia. Podemos encontrarlo ensalzado, replicado en las figuritas de Billiken, con sus recuadros dorados y sus banderas celestes y blancas. O también, fuertemente atacado".
"Uno de los elementos discursivos en educación más atacado es el sujeto en el cual pensaba, un sujeto ideal que se alejaba en mucho al sujeto real de nuestro territorio en esa época".
Sarmiento tenía ideas muy progresistas para su tiempo, y otras diametralmente opuestas. La educación debía ser para todos y todas, igualaba de forma completa a mujeres y hombres, algo polémico para la época. Pero a la vez, dejaba fuera a los indígenas, a quienes no consideraba dignos de ser educados.
La gesta educativa
Cuando Sarmiento se exilió en Chile, por su oposición el régimen de Rosas, lo envían a Estados Unidos a estudiar el sistema educativo de esa nación. También viajó por diversos países de Europa. Esa experiencia Sarmiento la vuelcó en sus diversos libros, pero principalmente en "Viajes por Europa, África, y América" y en "De la educación popular", ambos de 1849.
"En su libro 'Educación popular' presenta distintos aspectos del amplio programa de educación que estaba imaginando a través de una educación popular que sería obligatoria, gratuita y sin religión para todos los niños y niñas entre seis y catorce años".