Los líderes de Francia y de Rusia se reunieron en el Kremlin para encontrar puntos en común en la forma de resolver el conflicto con Ucrania.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, se reunió ayer con su homólogo ruso, Vladimir Putin, con el fin de "iniciar una desescalada" de la crisis en Ucrania y encontrar una "respuesta útil" a las preocupaciones conjuntas en materia de seguridad europea.
"La discusión puede iniciar una desescalada, a donde queremos ir", declaró Macron, agregando querer "empezar a construir una respuesta útil de manera colectiva para Rusia y para todo el resto de Europa".
La reunión tiene como objetivo "evitar la guerra" entre Rusia y Ucrania, dijo el mandatario francés, y "construir elementos de confianza, de estabilidad, de visibilidad para todo el mundo".
Los dos líderes empezaron su encuentro en el Kremlin sentados de un lado y de otro de una mesa blanca, una imagen que llamó la atención en las redes sociales por la separación que mantuvieron los mandatarios. La gran distancia entre ellos corresponde a un formato que Putin adoptó recientemente durante sus encuentros con líderes extranjeros por la pandemia.
Macron consideró que dialogar con Rusia es "necesario, porque es el único que permite construir una verdadera seguridad y estabilidad para el continente europeo".
En este sentido, su homólogo ruso agradeció los esfuerzos de Francia para "resolver el tema de seguridad en Europa" y específicamente para encontrar una "solución a la crisis" en Ucrania.
Situación "crítica"
La visita de Macron a Moscú se produce en un contexto de aumento de tensiones entre los occidentales y Rusia, que es acusada de haber desplegado decenas de miles de soldados en la frontera de Ucrania en vistas a una invasión.
El presidente francés tildó de "crítica" la situación actual de Europa, por lo que había que "ser extremadamente responsable" para llegar a una solución urgente.
En la misma línea y desde Washington, el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, señaló hoy que Europa atraviesa el "momento más peligroso" para su seguridad desde el final de la Guerra Fría, aunque confía en que una "solución diplomática" es "posible" para resolver el conflicto.
"No es alarmismo, son sólo hechos", afirmó por su parte el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, quien se encontraba junto a él en la rueda de prensa, al ser consultado por las advertencias de Estados Unidos sobre una posible invasión.
En el marco de la crisis, Olaf Scholz, el canciller alemán, se reunirá este lunes con el presidente estadounidense, Joe Biden, en la Casa Blanca, y visitará Kiev la próxima semana.
El aumento de las tensiones entre Ucrania y Rusia supone la primera gran prueba de política exterior para Scholz, que asumió el cargo el año pasado tras 16 años de liderazgo de Ángela Merkel, y que se enfrenta a la división dentro de su coalición sobre cómo responder a la presión rusa.