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Puntos del acuerdo con el FMI que pueden complicar la aprobación en el Congreso


Legisladores que responden a Cristina Kirchner siguen mostrando críticas al entendimiento, como los plazos, controles, el rol del Banco Central, tasas y tarifas en el centro de la discusión, entre otros.





Los conflictos en el kirchnerismo del último tiempo son evidentes y se reflejan cuando se trata sobre el acuerdo con el FMI. Desde la renuncia de Máximo Kirchner como jefe del bloque del Frente de Todos, el sector más duro del partido mantiene un silencio distante respecto de las necesidades de la Casa Rosada de aprobar el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.





Hasta ahora, sólo el presidente del bloque oficialista en el Senado, José Mayans, planteó que tenía dudas y diferencias respecto de la negociación con el organismo internacional, al punto que se reunió con parte del equipo del ministro de Economía, Martín Guzmán, y con el representante argentino ante el FMI, Sergio Chodos.





Pero los senadores y diputados más duros de la coalición de gobierno decidieron hacer silencio y esperar para analizar los detalles del acuerdo que, aunque Guzmán asegura que no trae un ajuste, no lo creen.





Hay cuatro puntos en particular que son los que el kirchnerismo duro cuestiona del entendimiento con el Fondo Monetario Internacional y que, en una primera instancia, serán difícil de salvar.





El primero de los puntos que discute el kirchnerismo tiene que ver con los plazos. Entienden que son muy ajustados. “Mínimo tienen que ser 10 años para poder pagar -el entendimiento prevé empezar a pagar en el cuarto año y los kirchneristas pretenden que sea a partir del décimo-. Hay que entender que el 62% del presupuesto es rígido, porque es gasto social, y no se puede ajustar más. Nosotros entendemos la continuidad del Estado, pero hay que entender que ya que ellos -por el FMI- hicieron las cosas mal, ahora dennos tiempo para poder crecer y pagar, porque no se puede ajustar más. El ajuste ya se hizo, la canasta está en 80.000 pesos y el salario básico en 30.000 pesos, vamos a terminar como el cuento del burro que no come y cuando se acostumbra a no comer, se muere”, explica a Infobae una alta fuente del mundo kirchnerista parlamentario.





El segundo reclamo tiene que ver con el rol del Banco Central de la República Argentina. Para los legisladores kirchneristas que aún tienen dudas respecto del acuerdo, el entendimiento “deja sin herramientas financieras al Central, ahí está en discusión que te dicen -el Fondo- como tenés que manejar el Central y es la entidad que tiene que llevar adelante la política monetaria, la cotización del dólar, las exportaciones y las importaciones. Nosotros cambiamos la ley de la época en que Mercedes Marcó del Pont estaba en el Central para que funcione la asistencia al Tesoro en momentos como este, el problema es que Mauricio Macri abusó con las Lebac y nos dejó una base monetaria completa”.





Otra duda que tiene este sector kirchnerista se refiere a los controles del Fondo. “Nos van a auditar cada tres meses, ¿qué sucede si en la segunda o tercera revisión nos dicen que no alcanza lo que se está haciendo y que incumplimos? ¿nos mandan al default?. Sin tenemos una oficina del Fondo en Economía nos van a decir que sí y que no se puede hacer”, manifiestan.





En tercer lugar, reclaman sobre los subsidios. A nadie le escapa que el acuerdo tiene un capítulo que apunta a la reducción de los subsidios y que la contracara de eso es un incremento de las tarifas de los servicios públicos. “Hay que ver hasta dónde. La gente no tiene plata y no la podemos dejar sin luz ni gas, no podemos hacer lo que hizo Macri con las tarifas, sería una locura”, agrega la misma fuente.





Por último, el cuarto punto tiene que ver con la pretensión y el pedido de que la tasa sea positiva -que esté por arria de la inflación- Nuevamente, desde los sectores kirchneristas apuntan a que eso sería un nuevo ajuste sobre los bolsillos de la gente. “Si la tasa es positiva se encarece el financiamiento, el consumo, lo que sea”, indica.





En este escenario el kirchnerismo espera los detalles del acuerdo. Lo hace en silencio, pero envía señales a la Casa Rosada. “El límite es el ajuste. Ya se ajustó, no hay mucho margen más”. Y también lo hace con la oposición.


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