La provincia de Santa Fe prepara la primera subasta en lo que va de la actual gestión provincial, de bienes secuestrados y decomisados al delito. Será el próximo 25 de abril en la ciudad de Rosario. En la ocasión, se rematarán lotes de rodados, motos y una lancha, entre otros.
En diálogo con El Litoral, Matías Figueroa Escauriza, titular de la Agencia Provincial de Registro, Administración y Destino de bienes y Derechos Patrimoniales (APRAD), adelantó que estarían a disposición "entre 20 y 30 vehículos algunos de alta gama y camionetas, entre 10 y 20 motos y quizá, un lote de joyas, además de una lancha".
Según contó, se planteará como valor base de los bienes citados "entre el 40 y el 60% del valor de mercado". Sobre los vehículos, recordó que "se les cambia la chapa patente y el dominio para que no terminen asociados a las organizaciones criminales a las que les fueron quitaron. De esta manera – mencionó-, le damos seguridad a las personas que quieran adquirirlo".
El funcionario mencionó que ya han suscripto convenios con los Colegios de Martilleros tanto de la primera como de la Segunda Circunscripción, para comenzar los procesos de tasación de los lotes a subastar.
"Dentro de los próximos 10 días vamos a estar haciendo un sorteo público de martilleros que participarán de la subasta para que todo sea transparente, y para asegurar que participen profesionales de varios puntos de la provincia", mencionó.
- ¿De cuánto sería el monto de los lotes a subastar?
- No lo tenemos definido aún; eso lo sabremos cuando emitamos la resolución definitiva. Allí publicaremos cada lote con sus respectivos bienes.
- ¿No habrá lotes de inmuebles?
- En esta ocasión, no. Tenemos inmueble para subastar, pero esta primera subasta la vamos a hacer de rodados para ver cómo funciona todo el circuito. Si todo sale bien, la próxima subasta la vamos a estar haciendo de bienes inmuebles.
- ¿Cómo deben registrarse quienes quieran participar?
- Vamos a abrir una inscripción la semana que viene; va a ser a través de un link. Allí estarán todos los lotes publicados. Dicha inscripción será obligatoria para quienes deseen participar. Nosotros hacemos, luego, un cruzamiento de datos sobre antecedentes penales y para verificar que los interesados no tengan vínculos con organizaciones criminales.
- ¿Cómo evalúan el funcionamiento de la Agencia durante la gestión anterior?
- Mal, totalmente mal. Se notaba que le tenían miedo a las organizaciones criminales porque todas las subastas fueron casi totalmente en silencio. La gente no se enteraba; participaba muy poca gente. Y cuando pasan estas cosas, se da lugar a irregularidades. Se han subastado joyas, cuando los propios participantes del remate no pudieron ni tasarlas; entonces se remataban lotes cerrados y, obviamente, el primer postor ya se lo llevaba. No había puja de precios. De este modo, al no publicitarse, al no enterarse la ciudadanía de lo que se estaba subastando, al subastar inmuebles cruzados en diferentes ciudades sin que se exhiban porque se exhibían muy poco o directamente nada; al subastarse automóviles que no estaban en lugar el día de la subasta, se genera una falta de transparencia. Todo esto nos demuestra dos cosas. Primero, que le tenían miedo a las organizaciones criminales y no querían ir contra los bienes, que es lo más importante y lo que nos está pidiendo hoy el gobernador. Aquí hay que controlar las calles pero también atacar los bienes y el patrimonio de estas bandas. En el caso de la subasta que estamos preparando, va a ser millonaria. Eso también hay que mostrarlo a la sociedad como una señal. Entonces, tenían miedo; de hecho, ni los funcionarios salían públicamente a exponer estos procesos. En segundo lugar, no hubo cruzamiento de datos de las personas que se anotaban. En una de las subastas, compró un inmueble la hija de Esteban Alvarado; después se dio marcha atrás con el proceso, pero en ese momento, la persona participó, pujó y levantó la mano por ese inmueble. Eso es desidia y falta de control, porque de esto nos terminamos enterando a través de la fiscalía. Si las cosas no se transparentan, hablan de cierto oscurantismo. (El Litoral)