Estas dos profesiones que aúnan la precisión, la creatividad y el buen gusto se celebran cada 3 de noviembre en conmemoración al nacimiento del joyero, orfebre y escritor italiano, Benvenuto Cellini en el año 1500.
Cada 3 de noviembre se celebra internacionalmente el Día del Joyero y Relojero, una celebración en honor a estos profesionales dedicados a fabricar, reparar y comercializar artículos de joyería.
El carácter de los joyeros suele ser abierto y amigable. Son muy observadores y muy creativos para elaborar sus joyas y personalizarlas. Se dedican a la elaboración de anillos, pulseras, broches, pendientes, collares, brazaletes, entre otras cosas. Para la realización de su trabajo utilizan diversos y variados materiales como el oro, la plata y además usan piedras preciosas para su decoración como turquesas, rubíes, etcétera.
Este día se celebra en conmemoración a Benvenuto Cellini (Florencia, 1500-id., 1571), escultor y orfebre italiano. Su personalidad de es una de las mejor conocidas del Renacimiento italiano gracias a su autobiografía (Vita, h. 1558-1566), que gozó de gran fama en los siglos XVII-XVIII, hasta el extremo de encumbrar al artista por encima de sus merecimientos. La obra muestra a un Cellini orgulloso de sí mismo y narra una vida llena de aventuras y de anécdotas que dan origen a páginas de gran interés, reveladoras del ambiente cultural y social de su época.
Si bien su padre era músico, a Benvenuto Cellini no se le daba bien la música, pero sí el dibujo y la orfebrería, y a los quince años entró como aprendiz del orfebre Antonio Di Sandro, apodado Marcone. Un año después tuvo que exilarse a Siena a consecuencia de su apasionado temperamento que le hacía verse involucrado continuamente en duelos y peleas, ya que llegó a matar a un hombre.
De 1519 a 1540 residió fundamentalmente en Roma, donde se sabe que recibió encargos del Papa y de otros comitentes destacados, pese a lo cual sólo se conservan de aquel período algunos sellos, monedas y medallas. Fue discípulo de Miguel Ángel durante corto tiempo y residió allí casi sin interrupción hasta 1540.
Trabajó para las principales familias de la aristocracia romana y Clemente VII le nombró maestro de la Ceca en 1529. Participó en las fuerzas de defensa durante el Saqueo de Roma (1527) perpetrado por las tropas del emperador Carlos V y, según cuenta en su Vida, mató con un arcabuz al mismísimo Condestable de Borbón. Posteriormente vivió en Florencia y Mantua, si bien regresó a Roma y se acogió a la protección del papa Clemente VII.
La Ninfa de Fontainebleau es la primera escultura que se conoce de su mano, fechada poco antes de su regreso a Florencia motivado por problemas con la corte, en 1545. En esta ciudad trabajó al servicio de Cosme I de Médicis, para quien realizó bustos y esculturas de en metal, entre las cuales se cuenta el famoso Perseo en bronce de la Loggia dei Lanzi, que se considera su obra maestra.
Todas estas creaciones se caracterizan por el trazo nervioso y la riqueza de detalles, transposición a la escultura de su formación como orfebre. Escribió dos tratados (de escultura y de orfebrería), de carácter eminentemente práctico, en los que incluyó detalladas descripciones de sus obras y noticias sobre otros artistas de su tiempo.
Conocedores sobre el tema, afirman que en la estatua colosal de Perseo se muestran influencias de la escuela florentina, de Miguel Ángel y de Rafael, y cuya accidentada fundición Benvenuto cuenta en su Vida, pues estuvo a punto de agotarse el bronce y tuvieron que recurrir incluso a bandejas para poder tener suficiente.
Poco después le intentaron envenenar, pese a lo cual logró sobrevivir tocado con molestos desórdenes digestivos. Diversas envidias de artistas rivales, las acusaciones de sodomía, prisiones y diversos problemas legales amargaron sus últimos años y contra todo ello escribió su Vida, como venganza moral contra sus detractores.
En 1540 se trasladó a Francia para trabajar al servicio de Francisco I en Fontainebleau. Por entonces realizó el celebérrimo Salero de oro con esmaltes, que constituye la mejor creación de la orfebrería renacentista gracias a su plasmación en pequeño tamaño y con multitud de detalles de un grupo escultórico digno de haber sido realizado en gran escala.
¿Cómo se celebra?
En el día de hoy todos los joyeros celebran su día mediante diferentes actividades. Muchos joyeros exponen joyas y relojes nunca visto antes en su tienda o taller, otros realizan descuentos a sus clientes, muchos talleres abren sus puertas para que los clientes puedan observar cuál es el trabajo que realizan los joyeros de joyas nuevas o de aquellas que están en reparación por algún motivo.
También se realizan exposiciones en las que se podrán ver los cambios históricos que ha sufrido el trabajo de joyero a lo largo de los años.
Fabricación de joyas
La fabricación de joyas ha sufrido cambios bruscos a lo largo de la historia gracias a la tecnología implantada. Muchas de las tareas que en el pasado se hacían manualmente hoy son realizadas mediantes máquinas facilitando su elaboración.
Para la realización de las joyas primero se diseña, se realiza la elaboración del dibujo sobre papel. Este paso en uno de los más creativos del autor ya que de éste boceto o idea surgirá la futura joya. Además tendrá que tener en cuenta los materiales a utilizar para hacerlo factible. En segundo lugar está el modelaje, se realizan moldes para los metales preciosos, de este modo se empieza a dar forma a las joyas correspondientes. Luego está la fundición, en esta fase se reproduce la joya en cera utilizando un molde de caucho o silicona; se introduce en el molde y de este modo se obtiene la forma de las piezas deseadas.
Una vez obtenida la forma, se pasa a un trabajo manual, se realizan la soldadura y limado. Luego, viene el pulido, las piezas son pulidas utilizando máquinas y de este modo empezarán a tener una forma limpia de restos e impurezas; y por último, está el engaste, etapa en la que se colocan las piedras preciosas en su correspondiente lugar.