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Pese a sus promesas, Alberto Fernández no anunció ninguna medida económica


El Presidente que había anunciado una guerra contra la inflación postergó los anuncios concretos. "He instruido a mis ministros para que tomen las medidas necesarias y ellos serán los encargados de comunicarlas a partir de mañana", dijo.





La declaración de la guerra contra la inflación que anunció Alberto Fernández generó una expectativa que chocó de frente con el contenido discurso presidencial. El Presidente describió el marco general de las medidas que terminarán de definirse tras la reunión que el jefe de Estado mantendrá a comienzos de la semana con la conducción de la CGT y de la Unión Industrial Argentina, con quienes se entrevistó en la Casa Rosada el miércoles, luego de que el Consejo del Salario estableciera el nuevo haber mínimo.
En un mensaje grabado de 15 minutos, Fernández enfatizó que el acuerdo con el FMI -que el cristinismo rechaza- es el primer paso para ordenar la macroeconomía. "Ha sido un momento histórico. Por primera vez la refinanciación de una deuda con el FMI se discute y se aprueba en el Congreso", celebró el mandatario, aunque nada dijo del rechazo de los socios mayoritarios del Frente de Todos, que quedaron en soledad.
El jefe de Estado dijo: "He instruido a mis ministros para que tomen las medidas necesarias y ellos serán los encargados de comunicarlas a partir de mañana".
En su análisis, el Presidente indicó que "la inflación es un serio problema para los argentinos", pero apuntó que la guerra entre Rusia y Ucrania "lo agrava".
"He escuchado decir que la Argentina no debería tener problemas por ser un país productor de alimentos. Ojalá fuera así. Nosotros producimos muchos de los alimentos que consumimos en nuestros hogares. Pero la formación de sus precios no depende enteramente de nosotros", agregó.
En el párrafo siguiente apuntó: "También he oído decir que esta guerra representa para la Argentina una oportunidad. Yo creo que una guerra, sin importar dónde sea, jamás puede volverse una oportunidad. Una guerra es siempre una mala noticia".
"Es por ello que como Presidente de la Nación tengo la obligación y la responsabilidad de proteger de esas consecuencias económicas a la mesa de los argentinos", indicó el jefe de Estado.
Al respecto, Alberto Fernández aseguró: "No voy a permanecer pasivo ante esta situación. No hacer nada tendría consecuencias muy claras: el aumento del trigo haría que aumenten los costos de producción del pan, de los fideos, de la harina que millones de argentinos consumen".
"He decidido constituir un fondo de estabilización con el objetivo de evitar el traslado de esta suba del precio internacional al precio que pagan los argentinos", añadió.
El alza de precios en los dos primeros meses del año – 3,9 en enero y 4,7 en febrero- obligó al Ejecutivo a diseñar un paquete de medidas que todavía está en ciernes. El alza de la canasta de alimentos y bebidas que subió 7,5 puntos en febrero (y llegó al 8,6 en el Conurbano) y de la canasta básica de alimentos para una familia tipo -que se utiliza para medir la indigencia y trepó un nueve por ciento el último mes- ponen el alarma a la Casa Rosada, en el medio de las internas -la fractura expuesta- en el oficialismo que dejó el acuerdo con el FMI.
El inicio de la "guerra" no traerá resultados favorables inmediatos para el Gobierno y los consumidores. Uno de los socios más prominentes del oficialismo ya descuenta que en el mes de marzo la inflación seguirá su curso ascendente y superará holgadamente los 5 puntos. Fuente: Clarín.


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