El ministro de la Corte Suprema Ricardo Lorenzetti consideró que es necesario cubrir las vacantes del tribunal y del Poder Judicial, habló de su pelea interna con Horacio Rosatti y elogió a Mariano Cúneo Libarona, titular de la cartera de Justicia en el gobierno de Javier Milei. En diálogo con Eduardo Feinmann, por LN+, Lorenzetti ejemplificó: “Hace dos semanas dictamos una sentencia sobre seguros, y estábamos dos a dos, tuvimos que traer a un conjuez para desempatar”. En ese sentido, analizó que la inestabilidad del máximo tribunal del país es un tema a resolver.
“Se vienen temas importantes, en lo económico, en lo laboral... si cada vez que hay que resolver hay que llamar a un conjuez es complicado”, precisó. Para Lorenzetti, las declaraciones de Cúneo Libarona sobre estos temas fueron positivas. “El ministro es conocido en el mundo judicial hace años, sabe del sistema judicial penal, lo conozco hace tiempo, la Corte lo ha recibido, ha dado pasos iniciales importantes, la necesidad de cubrir cargos importantes, en la Corte y la Procuración”, dijo y agregó: “La Corte resuelve entre 200 y 400 causas por año con fundamentos. Son temas importantes”.
Sobre la posibilidad de que las reformas del Estado terminen en la Corte vía per sáltum, afirmó: “No puedo hablar sobre el futuro ni adelantar opinión. Pero sí sobre el pasado. En el pasado, con temas así, se habilitó el per sáltum. Lo natural es ir al [fuero]contencioso administrativo. Pero para no paralizar, se habilita el per sáltum por una ley, que permite acelerar la resolución del conflicto”.
Lorenzetti se refirió a la interna interna, pero pública, con Rosatti y apuntó contra “operadores” en el entorno del actual titular de la Corte. “No quería hablar de esto para que no influyera en el proceso del juicio político [iniciado en el Congreso]pero nos debemos un código de ética, como el que acaba de aprobar la Corte de Estados Unidos. Hay que ser y parecer”, indicó. No dio nombres, aunque apuntó contra el director de la vocalía de Rosatti, Silvio Robles. “Lo que hice fue seguir el modelo de Eduardo Petracchi, Carmen Argibay; decidimos sacar de las reuniones a las personas que creían que eran ministros y hablaban como tal, a los operadores los echamos a todos. Hubo una imputación respecto de vínculos de funcionarios de la Corte con una de las causas. Desde el punto de vista judicial eso se cerró, pero después yo presenté un escrito. Nosotros debemos ser y parecer. Ahora está en manos de él [por Rosatti]”.
El juicio político resaltó las diferencias internas a las que hizo referencia Lorenzetti, que presentó un escrito interno por el accionar de Robles. Sin embargo, para afuera, la Corte intentó cerrar la discusión. Fuentes de la Corte dijeron tras el dictamen acusatorio a LA NACION: “Ese juicio político no tiene andamiaje, ni fáctico ni jurídico, es algo ilegítimo que tiende a presionar y perturbar la honorabilidad de los jueces sin sustento alguno. Ha sido para dañarlos públicamente”.
También se mostró a favor del traspaso del fuero laboral y comercial a la justicia de la ciudad de Buenos Aires. “Necesita una justicia propia y está en la Constitución. También hay jurisprudencia de la Corte. La manera de resolver esto es conversando con la Asociación de Magistrados y de hecho lo están haciendo: en este sentido su vocación de diálogo (por Cúneo Libarona) es importante”.
La relación de Cúneo Libarona y la Corte
En una entrevista que publicó LA NACION, Cúneo Libarona anticipó cómo podría ser su relación con la Corte Suprema. “Como abogado aprendí que ganás o perdés. Por suerte en general ganaba, he dado vuelta cada historia. Con la Corte tengo una relación cordial, afectuosa, de respeto y tengo una historia en tribunales donde iba desde los 5 años con mi papá. Fui el secretario más joven de la historia argentina con 22 años. “¿Va a cubrir la vacante que hay en la Corte? ¿Hay nombres consensuados con el presidente?”, preguntó este medio. “Lo vamos a plantear en marzo. En ese aspecto, el Presidente me dio mucha libertad. Tengo perfiles: que sepan derecho, pero que tengan sentido común, calle, lógica y experiencia judicial. No me va el super estudioso, tiene que tener criterio equilibrio, sensatez, una gran armonía y espíritu libertario”, respondió.